29-4-2014-KRADIARIO-N°895
EL CURA PRÓFUGO ALDO VARA FUE DETENIDO ANOCHE EN PARAGUAY
ERA BUSCADO POR VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS EN ARGENTINA
El ex capellán del Ejército fue hallado por Interpol en
Ciudad del Este, Paraguay, y quedó detenido. Era buscado desde hace dos años,
cuando la Justicia consideró probada su participación en delitos de lesa
humanidad durante la dictadura.
Vara visitaba a secuestrados en La Escuelita y otros centros
clandestinos. Entre 1971 y 1979, Aldo Vara limpió las conciencias de los
integrantes del V Cuerpo del Ejército Argentino. Según aseguraron varios
testigos, el entonces capellán de esa fuerza también visitó a jóvenes
secuestrados clandestinamente durante la última dictadura cívico-militar argentina. Hace
casi dos años, la Justicia consideró probada su participación en los crímenes
de lesa humanidad cometidos durante aquellos años y poco tiempo después ordenó
su captura internacional. Estuvo prófugo hasta ayer, cuando Interpol lo
localizó y detuvo en Ciudad del Este, Paraguay. Según informó la Unidad Fiscal
de Causas por Violaciones a los Derechos Humanos, el octogenario represor fue
trasladado a Asunción, desde donde “se realizarán todos los trámites judiciales
con la finalidad de que sea trasladado hacia la Argentina”, puntualizaron.
Lo último que se supo de Vara fronteras adentro de la
Argentina fue que vivió en San Rafael, Mendoza. El dato tiene varios años de
antigüedad. Cuando el Tribunal Oral Federal que dirigió el juicio por los
delitos de lesa humanidad cometidos en el Batallón de Comunicaciones 181 de
Bahía Blanca, en 2012, quiso citarlo a declarar, la Iglesia dijo desconocer su
paradero. Los jueces Jorge Ferro, José Triputti y Martín Brava, entonces, no
dejaron allí la cuestión: en la sentencia en la que condenaron, a fines de
aquel año, a diecisiete represores por los crímenes involucrados en esa causa
determinaron su culpabilidad y encomendaron al Ministerio Público Fiscal que lo
investigara.
Vara es el único del grupo de religiosos que colaboró
activamente con la represión en Bahía Blanca que resistió el paso del tiempo.
Son varios los sobrevivientes de centros clandestinos de detención y sesiones
de tortura de la última dictadura cívico-militar que recordaron ante la
Justicia las visitas que el capellán hacía a los lugares de secuestros, su
conocimiento respecto de los métodos de exterminio y las palabras que solía
dedicar a las víctimas.
El caso más conocido en el que testigos aseguraron a la
Justicia haber dialogado con él en cautiverio es el de un grupo de estudiantes
de la secundaria técnica Nº 1, secuestrados en 1976, encerrados y torturados
durante un mes en La Escuelita y luego un tiempo más en el Batallón. Los chicos
contaron, por primera, aunque no única vez, durante el Juicio a las Juntas, que
el sacerdote les llevaba comida y cigarrillos, además de “la palabra de Dios”,
pero que no hizo nada cuando ellos pidieron por sus padres.
También fue vinculado con el terrorismo de Estado por
familiares de víctimas de aquellos crímenes. Incluso él admitió, en el marco
del juicio por la verdad que se llevó a cabo en 1999, que supo de las torturas
en el centro clandestino La Escuelita y que vio las secuelas de la picana sobre
el cuerpo de jóvenes secuestrados en el Batallón de Comunicaciones 181.
Tras realizar la investigación, los fiscales a cargo de la
Unidad de Asistencia en Causas por Violaciones a los Derechos Humanos, Martín Palazzini
y José Nebbia, solicitaron que se lo detuviera por privación ilegal de la
libertad agravada por amenazas y violencia, homicidio agravado por alevosía en
concurso de tres personas por lo menos y homicidio y desaparición forzada e
imposición de tormentos.
“Vara garantizó la continuidad de la privación ilegal de la
libertad y torturó psíquicamente a los cautivos dentro del centro clandestino y
a sus familiares, afuera”, escribieron en su pedido de imputación, búsqueda y
detención a Vara, tal como informó este diario hace un año. La cuestión derivó,
algunos obstáculos mediante –el juez de primera instancia, Santiago Martínez,
denegó la solicitud–, en su pedido de captura internacional, en agosto de 2013.
En noviembre pasado, agrupaciones defensoras de los derechos
humanos solicitaron de manera formal a las autoridades locales de la Iglesia y
al papa Francisco, a través de ellas, que intervinieran y participaran en la
búsqueda de Vara. En diciembre siguiente, el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos ofreció una recompensa de 100 mil pesos para quien aportara información
sobre su paradero. Finalmente, fue encontrado ayer en Ciudad del Este.
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