Por Patricio Herman
El empresario del retail se aventuró a decir que su alto edificio Costanera Center, por su pretendido impacto positivo en la ciudad, se parece a la hermosa y digna torre levantada en París, entre los años 1887 y 1889, por el insigne ingeniero Alexandre Gustave Eiffel.
La torre de Paulmann se inserta en un sector colapsado de la ciudad en donde se producirán mayores y crecientes tacos en las vialidades aledañas, lo que ha sido profusamente informado por la comunidad de especialistas en transportes y urbanismo.
El hombre de negocios avecindado en Chile llenó su terreno de 4 hectáreas con diversas construcciones y por ello se dice que exprimió el limón en su exclusivo beneficio. En cambio la torre de Eiffel está rodeada de magníficos y amplios espacios públicos verdes y peatonales.
El "monstruo" de Providencia |
Está sumamente claro que Horst, personaje hermético y vendedor de ilusiones, sobre todo a aquellos que ejercen el poder político, se excedió en sus dichos con la idea de tranquilizar los ánimos de una opinión pública molesta con los tiempos que vendrán en el límite de las comunas de Providencia y Las Condes.
A continuación relataremos algunas de las irregularidades detectadas, ello con el único propósito de transparentar las actuaciones de la municipalidad de Providencia, cuya Dirección de Obras hizo la vista gorda en el respectivo proceso administrativo para así favorecer al titular de este negocio que le significó más de mil millones de pesos ingresados a la tesorería municipal por concepto de derechos por la obtención del extemporáneo permiso de edificación.
En efecto, tal permiso se obtuvo en marzo de 2007, un año después de iniciadas las obras, y como los distintos predios en donde se emplaza el proyecto no se habían fusionado, la Contraloría General de la República tuvo que sancionar a los tres funcionarios que analizaron la solicitud del permiso.
Para otorgarse ese permiso debería haber existido previamente una aprobación, por parte del Seremi de Transportes, del estudio de impacto vial, el que se logró recién en el año 2009.
Por la altísima carga de ocupación del proyecto se le considera equipamiento mayor, según las disposiciones de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) y por ello debía enfrentar una vía expresa, lo que no acontecía porque la Avenida Andrés Bello, en ese tramo, tiene 36 metros entre líneas oficiales y por ello tiene categoría de vía troncal.
Ante esta incómoda circunstancia, el siempre complaciente ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) modificó dicha OGUC fijando que los equipamientos mayores, como Costanera Center, sí podían enfrentar vías troncales, además de las expresas y así, con la firma de un Decreto publicado rápidamente en el Diario Oficial, se solucionó el inconveniente que perturbaba esta millonaria inversión.
Como Paulmann quería tener la torre “más alta de Sudamérica” fue necesario que los funcionarios municipales procedieran muy creativamente para satisfacer las aspiraciones de aquel y así fue como la rasante de 70º no se levantó a nivel del suelo natural desde el eje de la vía troncal Andrés Bello, como lo prescribe con mucha claridad el artículo 2.6.3. de la OGUC, sino que se calculó desde un punto más alejado de la ribera del río Mapocho.
En todo caso hay una resolución del Seremi de Vivienda y Urbanismo, del año 2009, en la cual recoge algunas de las observaciones dadas a conocer en esta columna y como ese ministerio no ha ejercido en plenitud sus atribuciones para exigir el cumplimiento de la ley, ya le hemos solicitado al ministro Pérez Mackenna que, tanto él como el presidente Piñera, se inhiban de asistir a la inauguración del fastuoso mall prevista para el 27 de mayo próximo.
El hecho de que las mitigaciones viales se exijan al goteo, de acuerdo a las distintas y parciales recepciones finales de obras, ya es un chiste que no merece mayores comentarios.
Podríamos continuar narrando situaciones inaceptables, pero para no cansar a los lectores terminamos ahora afirmando que Paulmann en Alemania no se habría atrevido a hacer las brutalidades que ha hecho en nuestro país, por la sencilla razón de que allá las instituciones del Estado sí funcionan.
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