El primer atentado en el barrio cívico de Oslo
El asesino en masa o "carnicero de Oslo", como se le conoce, que es acusado de 77 asesinatos cometidos el 22 de julio de 2011, el ultraderechista Anders Behring Breivik, comparó hoy ante un tribunal noruego a los miembros de las Juventudes Laboristas, que él mató en la isla noruega de Utøya, con las Juventudes Hitlerianas y afirmó que, de poder, repetiría los atentados.
"No eran inocentes, niños civiles, sino activistas políticos que trabajan por el multiculturalismo", dijo Breivik, al leer una declaración escrita, para añadir que “AUF (siglas de las juventudes laboristas) se parecen mucho a las Juventudes Hitlerianas".
El asesino fue autor de un doble atentado terrorista que afectó al barrio cívico de Oslo y a un campamento de la juventud socialdemócrata dejando 77 muertos, decenas de heridos y cuantiosos daños materiales en varios edificios en el centro capitalino, entre ellos en el que se encuentran las oficinas del primer ministro noruego Jens Stoltenberg.
La mayoría de las víctimas fatales se registraron en la isla Utoeya, ubicada en la periferia de Oslo". Allí acampaban 560 personas, la mayoría jóvenes, muchos de ellos participantes en una escuela de verano organizada por el Partido Socialdemócrata noruego.
A nivel político, el vicepresidente del Parlamento y Presidente del Partido Demócrata Cristiano de Noruega, Dagfinn Hoybráten, declaró al diario “La Vanguardia” de Cataluña que “queremos los noruegos demostrar que no estamos buscando venganza, no alimentaremos el odio con más odio, y creo que eso ya quedó claro en los inmediatos días posteriores (a los atentados). Ahora está el juicio y es donde se hará justicia. Eso es una buena parte de todo el proceso de curación de la sociedad. Recuperarse va a ser una cuestión de años y la historia va a estar allí para siempre”.
El asesino |
En la declaración que Breivik leyó ayer ante el tribunal, al iniciarse el juicio en su contra, expresó su rechazo a la inmigración y la multiculturalidad y habló de una guerra que ya ha empezado, poniendo como ejemplo los episodios de Toulouse hace unas semanas, o los atentados islamistas de Madrid.
El asesino confeso ha dicho que no entiende porque los movimientos nacionalistas y racistas de el Tíbet o Bolivia se ven con buenos ojos y legítimos, y en cambio en Europa no es así. Además ha alabado el modelo japonés, que dice que se defiende de la multiculturalidad. Otro de los puntos en su discurso que ha destacado es que el pueblo musulmán no vive en armonía en ninguna parte del mundo.
Breivik dijo que la prensa y los sistemas políticos, educativos y medios de comunicación de Europa están liderados por fuerzas marchistas y se han tergiversado las cosas y ahora los buenos son los malos y viceversa, y se pregunta hasta cuándo Europa ha de pagar las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Ha hablado del mayo francés y comentaba que se asocia democracia a marxismo.
El segundo atentado en la isla de Utoeya |
Ha asegurado que ir a la cárcel o morir como mártir por tu pueblo es el mayor honor que alguien puede tener, y que "quiere una nación cristiana, con población noruega". Cree que en cinco o diez años los noruegos serán una minoría en la capital.
Al inicio de su comparecencia dijo que se le ha tratado de loco para desprestigiarle y deslegitimizar sus ideas, pero que no lo está.
El caso de Breivik está siendo juzgado por dos jueces profesionales y tres jueces legos, es decir, jueces no letrados, ciudadanos destacados sin estudios legales cuya tarea es representar a los compatriotas del acusado.
Este proceso es el más importante que se lleva a cabo en el país escandinavo desde que finalizara la Segunda Guerra Mundial y se juzgara y condenara a los principales cómplices del nazismo por alta traición. 60 años después se realiza un juicio por la matanza de 77 personas, por temas ideológicos similares.
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