Primero fue Fidel Castro, luego Dilma Rousseff y Fernando Lugo y ahora Hugo Chávez y Lula da Silva.
El estrés brutal y casi permanente al que están sometidos los presidentes o altos dirigentes políticos latinoamericanos sería una de las causas del cáncer que ya afecta a tres de ellos. Aparecen como curiosos y extraños a la vez, los gestos y envíos de solidaridad que se hacen mutuamente el paraguayo Fernando Lugo, el venezolano Hugo Chávez y ahora el brasileño (ex presidente) Lula da Silva. Los tres están afectados por la peligrosa enfermedad.
"En nombre de todo el pueblo venezolano y desde la experiencia que he vivido al haber enfrentado una situación similar, quiero expresar, desde la hermandad que nos une al compañero Lula, mi hondo deseo de que el tratamiento al cual se someterá en las próximas semanas permita su pronta recuperación, para seguir contando por muchos años con la luz de su pensamiento y su liderazgo que tanto ha hecho por su patria, por nuestra América y por los pueblos del mundo", señaló un comunicado del Palacio Miraflortes de Caracas difundido este último fin de semana.
Chávez fue operado en junio de un tumor en la zona pélvica en Cuba y este mes anunció que ya no tenía células cancerígenas en su organismo tras cuatro rondas de quimioterapia.
Sin embargo, el ex médico del mandatario, Salvador Navarrete, sostuvo que el presidente en el mejor de los casos tiene unos 24 meses de vida por delante. Según el facultativo, Chávez tiene un tumor de la pelvis que definió como muy agresivo y que la expectativa de vida puede ser de hasta dos años. La información que yo tengo de la familia es que él tiene un sarcoma, un tumor de muy mal pronóstico y estoy casi seguro que ésa es la realidad, agregó el especialista en una entrevista, según publicó el diario El Nacional de Caracas.
"Lula, hermano, ¡viviremos y venceremos!", agregó Chávez en su mensaje solidario al ex presidente brasileño.
Hospital de Sao Paulo es especialista en quimioterapia
El hospital Sirio Libanés de Sao Paulo declaró en un comunicado que el tumor de Lula fue detectado el sábado durante exámenes realizados al ex presidente de 66 años, electo en 2002 y reelegido en 2006.
Los médicos afirman que el ex mandatario se encuentra en buenas condiciones, con un tumor no muy grande y con una "excelente" posibilidad de recuperarse y retomar normalmente sus actividades.
Lula terminó su presidencia con una popularidad de 87% y logrando que Dilma Rousseff, a quien había designado personalmente, fuera elegida su sucesora.
El ex mandatario es tratado en el Hospital Sirio Libanés el mismo donde se trataron el cáncer linfático, también con quimioterapia, la actual presidenta brasileña Dilma Rousseff, en 2009, y el presidente paraguayo Fernando Lugo, en 2010-2011.
La presidenta Rousseff visitó a su predecesor y dijo que está “excepcional” y “es un guerrero” que continúa haciendo política y analizando la crisis europea mientras está hospitalizado.
Generalmente la pregunta que se hace en estos casos y que preocupa a la población de los países es ¿en qué condiciones reales se encuentran los mandatarios o dirigentes políticos que han enfermado de cáncer?
Ola de rumores afectan a los países con mandatarios enfermos
Como no hay respuestas claras y sólo circulan rumores, es difícil dibujar una ruta futura para el desarrollo político de estos países, aunque en el caso de Paraguay el Presidente Lugo pudo manejar muy bien la situación el año pasado.
Es común que los comunicadores de los Gobiernos afectados por este tipo de males den casi siempre pronósticos o resultados exitosos, sin contar toda la verdad.
La oposición comienza a inquietarse y a exigir partes médicos detallados, instando además a los gobiernos o a las organizaciones políticas a que los líderes deleguen responsabilidades.
Surgen también de inmediato una ola de especulaciones sobre la sucesión en el poder, como ha sucedido en Venezuela, donde se ha "autoacelerado" el proceso electoral para las elecciones de 2012 en las cuales el mandatario enfermo ya ha anunciado su candidatura.
Pero también está el factor de las Fuerzas Armadas, tema que ha sido preocupación principal de Chávez desde el comienzo de su enfermedad, anunciando en este sentido en forma repetitiva que “tenemos una estabilidad sólida y asegurada”. Al parecer no es tan así, porque el mandatario ordenó el último fin de semana un aumento del 50% de los sueldos del personal de las Fuerzas Armadas. Esto se ha interpretado como un intento político para darle más solidez a esta supuesta lealtad militar.
El incremento salarial a los militares, que será retroactivo desde el 1º de septiembre y tendrá un costo para el gobierno de más de 700 millones de dólares, se suma a los reajustes de 10% y 15% otorgados por Chávez en mayo y septiembre, respectivamente, al salario mínimo de los trabajadores venezolanos, que sufren una inflación que este año rondaría el 25%.
“Es el carácter militarista del gobierno que hace que haya preferidos y entre esos los militares, (…) un sector al cual el presidente le tiene afecto”, señaló el analista político José Vicente Carrasquero, publicó el Clarín de Buenos Aires. No hay que olvidar que el mismo Chávez desarrolló una carrera militar que terminó con el grado de teniente coronel.
Durante su gobierno, los militares han recibido varios aumentos salariales, aislados y superiores a los de otros sectores como maestros y médicos. Ahora, además podrán adquirir vivienda y vehículos sin pagar cuota inicial.
Definidas por el propio Chávez como “antiimperialistas, revolucionarias y socialistas”, las fuerzas armadas venezolanas son consideradas por el mandatario como pilares de su proyecto de gobierno. Su lealtad es esencial para el presidente, que sufrió un golpe de Estado fallido en 2002, y quien desde entonces acusa a sus opositores de intentar infiltrar las Fuerzas Armadas para reeditar una asonada violenta.
Chávez, de 57 años y en el poder desde 1999, buscará un tercer mandato en los comicios del 7 de octubre de 2012.
Los líderes latinoamericanos no gozan de buena salud
La noticia sobre el cáncer de Lula sacudió el sábado a los presidentes del continente. Uno más de los suyos tendrá que pasar por las desgastantes sesiones de quimioterapia. Lo hizo antes su sucesora en la Presidencia, Rousseff. Después Lugo y finalmente Chávez. La noticia se expandió apenas dos días después de cumplirse el primer aniversario de la muerte, por un infarto, del argentino Néstor Kirchner.
El poder los enferma o son enfermos de poder. En los últimos años el cáncer parece querer ganar terreno entre los políticos de la región. La enfermedad cuyo nombre hace temblar al más valiente se extiende como una maldición en los rincones de los gobiernos y amenaza, con otros problemas de la mente y el cuerpo, con acortar sus mandatos sobre la Tierra. Quien más quien menos tiene achaques, como Cristina Fernández, con subidas y bajadas de tensión demasiado frecuentes que la obligan a suspender sus actividades, escribió el diario ABC de Madrid.
Antes fue Fidel Castro que estuvo entre la vida y la muerte en el 2007. La hemorragia intestinal que le afectó se produjo a bordo de un avión que cubría la ruta entre Holguín y La Habana, distantes 734 kilómetros, sin médico a bordo, por lo que la nave debió aterrizar para el urgente ingreso hospitalario del paciente, de acuerdo con un informe médico cubano asumido como creíble por la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana y transmitido al Departamento de Estado. La causa de su mal habría sido diverticulosis, según las últimas versiones no desmentidas, aunque tampoco confirmadas.
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