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martes, 22 de noviembre de 2011

EN CAMBOYA Y EN LIBIA PERSIGUEN JUDICIALMENTE A LOS REPRESORES DE LA DICTADURA

En Libia no entregarán a la Corte  Penal Internacional al hijo de Gadafi

Así como en Chile se persigue a quienes violaron los derechos humanos durante la dictadura militar, en otros países del mundo, con historias parecidas o aún más cruentas, se sigue el mismo camino para esclarecer los delitos cometidos y condenar a los culpables.

En Camboya, un tribunal internacional inició las diligencias decisivas contra los ex dirigentes del Jemer Rojo con la lectura de las acusaciones por el genocidio y otros crímenes cometidos en este país durante el régimen dirigido por Pol Pot.

El proceso está marcado por una controversia debido a la dimisión anunciada el pasado octubre por uno de los jueces, el alemán Sigfried Blunk, en protesta por las interferencias del Gobierno y la posible liberación de uno de los acusados debido a su alzheimer.

Estan sentados en el banquillo de los acusados el jefe de Estado del Jemer Rojo, Khieu Samphan, el ideólogo y número dos del Jemer Rojo, Nuon Chea, y el exministro de Exteriores, Ieng Sary.

La dictadura de Pol Pot
Nuon Chea, como parte de su defensa dijo que si los comunistas radicales hubiesen mostrado piedad con los traidores, la nación hubiera perdido. Con este argumento justificó su participación en el genocidio.

El ex líder también sugirió que elementos rebeldes en el seno de los jemeres rojos podían haber sido los responsables de las atrocidades que mataron a alrededor de dos millones de camboyanos en los años 70.

La fiscalía del tribunal que es apoyado por las Naciones Unidas, insiste en que él y los otros dos acusados son los responsables de las masacres.

La continuidad en el juicio de Ieng Thirith, esposa de Ieng Sary y extitular de Asuntos Sociales durante el régimen, Ieng Thirith, dependerá del recurso presentado por la acusación contra la orden de su puesta en libertad, después de que el tribunal internacional dictase que está incapacitada para ser juzgada por el alzheimer que padece.

Unos 1,7 millones de camboyanos, o uno de cada cinco habitantes, perdió la vida bajo el régimen de terror que establecieron Pol Pot y sus correligionarios en Camboya entre 1975 y 1979.

El recuerdo de las víctimas
Los octogenarios exdirigentes están acusados de genocidio, crímenes contra la humanidad y de guerra, asesinato, tortura y persecución por razones religiosas y de raza contra la minoría musulmana cham, la población vietnamita y el monacato.

La controversia alcanzó el punto culminante en octubre cuando el alemán Sigfried Blunk dimitió como juez de instrucción tras denunciar los obstáculos que el Gobierno de Camboya ponía a la apertura de nuevos casos contra otros cinco jefes militares del Jemer Rojo.

Hun Sen, antiguo jemer rojo durante un tiempo, como varios miembros de su Ejecutivo y mucha otra gente que vivió en aquellos años, opina que la continuidad de los procesos sólo contribuirá a reabrir aún más las heridas de la guerra civil.

El jefe del Jemer Rojo, Pol Pot, murió en la selva camboyana en 1998, prisionero de sus propios correligionarios.

Hijo de Gadafi Saif al Islam será procesado en Libia

Saif al Islam
Las autoridades libias no entregarán al hijo de Muamar al Gadafi, Saif al Islam, a la Corte Penal Internacional (CPI), aseguró el ministro de Justicia interino, Mohamed al Alagui, tras reunirse con el fiscal general de la CPI, Luis Moreno Ocampo.


Según declaraciones recogidas por la agencia oficial libia, WAL, Al Alagui subrayó que "la ley libia aclara la competencia de los jueces libios en el procesamiento de sus ciudadanos".

Asimismo, el ministro comentó que en la reunión con Ocampo intercambiaron sus opiniones sobre el procesamiento de Al Islam, detenido en el sur del país el pasado día 19.

El fiscal general de la CPI, se reunió con el primer ministro interino libio, Abderrahim al Kib, para tratar dónde serán procesados tanto Al Islam, como el exjefe de los servicios secretos, Abdalá al Senusi, sobre quienes pesa una orden de detención del tribunal internacional por posibles crímenes de lesa humanidad.

En un comunicado antes de su llegada a Trípoli, Ocampo adelantó que hablaría con las autoridades libias y buscaría "información sobre los procesos legales y nacionales que proponen" para juzgar a Al Islam y Senusi.

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