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miércoles, 8 de junio de 2011

Dilma Rousseff supera debilitada su primera crisis ministerial tras renuncia de Palocci

Con mucha calma, los inversionistas brasileños tomaron hoy la renuncia del ministro de la Casa Civil (jefe del gabinete) Antonio Palocci, quien era hasta el viernes pasado uno de los hombres fuertes y más influyentes del gobierno de la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.

Sólo el real sufrió un leve debilitamiento. Esto debido a que existe incertidumbre sobre lo que ocurrirá con la sucesora de Palocci, la senadora Gleisi Hoffmann del Partido de los Trabajadores (PT), quien fue elogiada por su nombramiento pero igualmente fuertemente criticada por sus propios correligionarios, que dijeron que ella no tenía experiencia política y que esa era una decisión que no terminará con los problemas de articulación política del Ejecutivo con el Legislativo y dentro del Legislativo.

A pesar de eso, hoy juró como nueva ministra de la Casa Civil.  Hoffmann es otra mujer en el gabinete de la primera mujer que dirige Brasil", dijo Rousseff, quien ahora tiene diez ministras en su equipo de 37 miembros.

Hoffmann (foto derecha), abogada de 45 años y especializada en Administración Financiera, está casada con el actual ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo Silva, lo cual supone un caso inédito en Brasil, que por primera vez hay un matrimonio en el gabinete de ministros.

Al asumir el cargo, Hoffmann recordó que la propia presidenta Rousseff ocupó ese puesto en el gobierno de Lula y aseguró que ese hecho aumentaba su responsabilidad. "Fue en este cargo que Dilma demostró su capacidad", dijo la nueva ministra, quien prometió "trabajar con la misma lealtad" para "superar el enorme desafío" que representa sustituir a Palocci. Este último se vio acorralado por un escándalo surgido tras conocerse que su patrimonio había aumentado veinte veces en los últimos cuatro años, informaron fuentes oficiales.

Fin de la primera crisis

El renunciado Antonio Palocci
El Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen Rousseff, Palocci y Hoffmann, consideró que la rápida solución hallada para sustituir a un ministro en problemas ha supuesto el fin de un conato de crisis política que le había dado alas a la oposición.

Mientras tanto el senador Aecio Neves, uno de los líderes del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), declaró tras el cambio de ministro que si bien las investigaciones en torno a Palocci deben continuar en el ámbito judicial, con su dimisión el caso ha salido de la agenda política.

Rousseff defendió la legalidad de los actos de Palocci y argumentó que decidió apartarse porque la polémica "podría perjudicar sus atribuciones" dentro del Ejecutivo, según un comunicado difundido por el gobierno. Sin embargo, algunos analistas dijeron que la presidenta “no se jugó entera por Palocci” ni menos en público. La única vez que ella se pronunció sobre el asunto, dijo que Palocci daría todas las explicaciones necesarias, pero sin afirmar -con todas las letras-, que ella confiaba en él. Según un confidente de la Presidente, esa declaración fue calculada exactamente para dejar una puerta abierta en el caso de que la salida de Palocci fuese inevitable, tal como sucedió finalmente.

La dimisión de Palocci,  aceptada por la presidenta, se produjo un día después que el procurador general de la República, Roberto Gurgel, decidiera archivar las peticiones de la oposición de que se abriera una investigación sobre el aumento del patrimonio de Palocci por no hallar indicios de delito.

Palocci había sido ministro de Hacienda del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva entre 2003 y 2006, cuando también se vio obligado a renunciar en medio de un escándalo de corrupción con tintes sexuales, por el que llegó a ser juzgado y finalmente fue declarado inocente.

El ex ministro estuvo durante poco más de un mes bajo el fuego cruzado de la oposición, después de que el diario Folha de Sao Paulo reveló que su patrimonio aumentó 20 veces entre 2006 y 2010, cuando además de diputado fue consultor de empresas que, según sospecha la oposición, tenían negocios con organismos oficiales.

La triste despedida

Al despedirse, el ex ministro afirmó hoy que aunque no es "culpable de nada", decidió dimitir porque así se "preservará el diálogo" político. Palocci fue aplaudido de pie por todos los miembros del gabinete presentes en el acto.

"No puedo dejar de estar triste por todo lo que hizo. Es un amigo y un compañero de luchas", declaró Rousseff en alusión a Palocci. Recordó que fue en 2010 el coordinador de su campaña electoral y afirmó que el ahora ex ministro "fue uno de los artífices" de su victoria en las urnas el pasado octubre.

Según Urgente24horas.com de Buenos Aires, con la caída del ahora ex ministro Antonio Palocci, quien concentraba todas las decisiones políticas del gobierno, la presidente Rousseff debería sustituir también al ministro a cargo de la Secretaría de Relaciones Institucionales (SRI), según se comentó en Brasilia. Se trata de Luíz Sérgio, blanco de las mayores críticas y reclamos sobre la falta de coordinación política en el Legislativo.

El reemplazo de Luíz Sérgio (foto izquierda) se conocería en los próximas horas o días, agregó Urgente24 Horas.com, indicando que sería reemplazado por la ministra de Pesca, Ideli Salvatti (PT), aunque otros medios dijeron que seguramente el sucesor de Sérgio sería del  PMDB (Partido Movimiento Democrático Brasileño).

Nuevo enfoque para la Casa Civil

Portavoces del Gobierno dijeron hoy que la Casa Civil (Ministerio de la Presidencia) volvería a tener funciones más enfocadas en las políticas públicas. Así la coordinación política quedará concentrada en la Secretaría de Relaciones Institucionales. Ese era el modelo adoptado por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, cuando Dilma Rousseff ocupó la Casa Civil, lo que fue modificado por Palocci.

Analistas opinaron hoy que de esta crisis la presidenta Dilma Rousseff ha salido debilitada, especialmente por haberse producido a sólo seis meses de haber instalado su Gobierno. Sin embargo, por otro lado, este incidente le ha dado a la presidenta la oportunidad de poder imponer su marca en el Ejecutivo con la designación de una sucesora alejada de la tutela del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

Si Palocci es considerado un hombre de Lula -fue el coordinador de la campaña que llevó al carismático ex presidente al poder en 2003 y luego su todopoderoso ministro de Hacienda-, Hoffmann es considerada una mujer a la “pinta” de Rousseff, elegida para ser la gerente de sus programas de gobierno.

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