kradiario.cl

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Gabriel Valdés Subercaseaux: Crítico a su partido demócrata cristiano post dictadura, murió luchando por la unidad y el liderazgo

Por Gabriel Valdés Subercaseaux

En el año 2005, el senador y ex presidente de la Democracia Cristiana, Gabriel Valdés Subercaseaux, fallecido esta mañana en su casa en Santiago (ver semblanza en nota aparte)  decidió no asistir a la Junta Nacional de su partido por estar en desacuerdo con el manejo entonces de la colectividad y el liderazgo. En lugar de eso, le escribió al entonces presidente de la DC, Adolfo Zaldívar, una carta crítica llamando a la unidad del partido, en la que revela su mística política y trayectoria de vida, en un relato sabroso y ameno. Entregamos este escrito de archivo como documentación de Krohne Archiv.

“Quiero reflexionar contigo (Adolfo Zaldívar)  a partir de mis años, tan cargados de ilusiones y experiencias, rostros, palabras, sonidos, aromas, en fin. He aprendido de nuestro partido y de la historia de mi Patria que los grandes movimientos políticos, los que rompen la monotonía de la vida cotidiana de los pueblos, son aquellos que son capaces de dejarse conducir por la superioridad de un liderazgo, enarbolar un puñado de ideas y de convocar a millones. Eso es lo esencial.

Digo esto porque quiero ser fiel a mí mismo. Hace setenta años, en Roma, en febrero de 1934, en la ciudad del Vaticano, escuché a un joven, esmirriado y severo, que hablaba al Papa a nombre de todos los jóvenes católicos del mundo. Las ideas que proclamaba y los ideales que promovía se deslizaban con fuerza inusitada entre las columnas centenarias. Sentí que el calor de esa voz vibrante se deslizaba misteriosamente hacia mí a través de los espacios desnudos, agitadas por los largos brazos y manos extendidas del joven orador. Era Eduardo Frei Montalva el que hablaba. Desde ese día asumí un camino de pensamiento y una razón de vida pública que me han acompañado hasta estos días, ya en el magnífico otoño de mi vida.

La impresión de un líder innato

Si Eduardo Frei Montalva me impresionó por su potencia intelectual, Bernardo Leighton me subyugó por su bondad espiritual. Junto con Eduardo, Bernardo es el otro gran gigante de nuestra historia. En un imborrable viaje en tren, mientras bosques, ciudades y rostros de Chile aparecían y desaparecían a gran velocidad, Bernardo me habló de sus temores y esperanzas, alegrías y tristezas.

El 10 de octubre de 1935 me acompañó a firmar los registros del movimiento político que hoy se reúne (en una Junta Nacional en el 2005). Su trabajo incansable consistía en hacer carne una visión cristiana de la sociedad y rescatar a la juventud católica de los mortales brazos del fascismo que la había en parte asfixiado en Berlín, Bruselas, Roma y Madrid. No exagero cuando digo que todo lo dejó por amor a los pobres de Su Señor. Cuando unos alevosos sicarios lo intentaron matar, al más bondadoso de todos, malograron el tiro. Porque hombres como Bernardo son espiritualmente inmortales.

Nuevos liderazgos, sueños, seguidores y mucha, mucha mística, fuerza e inspiración. Salto veinte años de mi vida. Es el día de Reyes Magos: 6 de enero de 1954.

Muerte de Gabriela Mistral

Germán Arciniegas, pensador colombiano universal, sale del hospital de Hampstead, California. Nevaba tristemente pues Gabriela Mistral se moría de cáncer. Arciniegas pensaba que esa noche la maestra de Vicuña había visto la estrella, cerrado los ojos y echado a andar. Porque "Mistral es nombre de viento. Cuando pienso ahora en Gabriela, me parece que el viento me golpea en la cara del alma, y que trae ráfagas de hielo, perfume de araucaria, soles del Mediterráneo, florecillas de Asís, salobre gusto del mar, cenizas, chispas de hoguera, trozos de viejas canciones, todo revuelto en la rosa de esa maestra rural que ahora avanza hacia el jardín de la melancolía".

El colombiano relata y yo me contraigo. "Hace pocos días se sentó un viejo al borde de la cama de la moribunda Gabriela, y hablaron varias horas. Como dos amigos de toda una larga vida que van a despedirse. Como dos poetas cristianos que tiemblan frente al portal iluminado. Él era Jacques Maritain".

Esa mujer era hija de la misma tradición que Eduardo y Bernardo, por eso apoyó siempre al primero. Seguro que se dio vueltas de alegría en su tumba cuando Frei fue elegido Presidente de todos los chilenos en 1964. Como también debe haberse entristecido con nuestra derrota seis años antes. Pues un líder, un puñado de sueños y una multitud de seguidores deben arriesgarse y atreverse a perder. Algunas derrotas nos hicieron magníficamente bien pues fueron preludio de grandes victorias. Ese es el caso de 1958. Hoy día, por el contrario, hemos vencido en una justa municipal, ¿pero hemos realmente convencido a los chilenos de que somos la avanzada de un nuevo amanecer de la democracia chilena?

Recuerdos del Parque Cousiño

Liderazgo, ideas, seguidores, multitudes. Recuerdo el Parque Cousiño repleto de juventud, esperanzas y entusiasmo desbordante. La Democracia Cristiana les hablaba a la historia, a la Patria Joven. Poco después Eduardo Frei me pidió que yo fuese su Canciller. Me dijo como mandato solemne. "Hacer de América Latina la casa del hombre libre".

La integración latinoamericana, el Pacto Andino fueron junto con la Reforma Agraria, la Promoción Popular, la Sindicalización campesina, la reforma educacional y universitaria, la chilenización del cobre son parte del más vasto proyecto de reformas sociales que había conocido jamás la república. Y las hicimos dando mandobles a diestra y siniestra, ofreciendo siempre la mano extendida a quienes quisiesen cooperar.

Se nos aisló por parte de la derecha, ciego en su egoísmo y por la izquierda anclada en doctrinas destinadas al fracaso. No nos aislamos del pueblo. Mas los apresuramientos de jóvenes impetuosos, las eternas divisiones del partido, una Guerra Fría que no dejaba espacio a la libertad y un poco de arrogancia partidaria nos llevaron a la derrota de 1970. Pero, ¿fracasó Radomiro Tomic cuando habló de "ser espada y escudo de los pobres"? ¿No galvanizó así a una nueva generación de chilenos que fueron los que tomaron la antorcha de los ideales de la hora primera?

El resto es conocido. Tratamos con todas nuestras fuerzas de evitar lo que, a la postre, resultó inevitable: el quiebre democrático. Serias y graves son nuestras responsabilidades en ello. ¿Mas qué hubiese sido de Chile sin la voz serena del defensor de los derechos humanos que fue Jaime Castillo Velasco? ¿Qué hubiese sido de los trabajadores sin Manuel Bustos? ¿ Qué hubiese sido de la dignidad de los profesionales sin Juan Luis González? ¡Si hay un honor que he recibido en mi vida pública fue el haber sido portavoz de ese ejército de la noche que fue la Democracia Cristiana bajo el régimen militar!

Del Proyecto Alternativo salieron parte de las ideas que han nutrido a los gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia. Desde el Senado he tratado de ser un fiel colaborador de mis camaradas Patricio Aylwin, Eduardo Frei y del Presidente Ricardo Lagos. De la centralidad de su obra debemos sentirnos orgullosos, jamás avergonzados.

Unidad del PDC

Hoy como ayer es el momento de la unidad del partido, de la reflexión y no del atolondramiento, de la deliberación respetuosa y no de la aclamación desquiciada. Sobre todo, a partir de nuestra doctrina, historia e ideas, mirar a Chile como una mirada fresca. Veo el camino de nuestra Patria más abierto. Un crecimiento económico poderoso, una reforma educacional en curso, una audaz apertura comercial al mundo, una reforma procesal penal desplegándose, un enorme cambio en la infraestructura física del país. Sin embargo no creo que sólo baste con volver a crecer. Ello es condición necesaria, pero no suficiente. Lo esencial es la humanidad de nuestras obras, la permanencia de nuestros esfuerzos.

Aportamos una visión humanista de la sociedad. Eliminar la pobreza no es tarea del mercado sino ética y de alta exigencia política. Pues las cifras denotan avances, pero carecen de sentimiento. Los índices hablan fuerte, pero con frialdad. Veo muchos, demasiados, rostros tristes en los jóvenes y ancianos de mi país. Si sumamos los no inscritos en los registros electorales a los que no votan , votan en blanco o nulo se obtiene un número de chilenos mayor que el de los votantes.

Cuando parto a Valdivia, Osorno o Río Bueno no puedo dejar de pensar que nuestro territorio no está al servicio de todos los chilenos. La concentración en Santiago es destructora de la nación chilena. Cuando converso con los mapuches de San Juan de la Costa siento su dolor de no sentirse tratados con justicia. ¿Cuándo haremos más justicia con los hijos del Arauco Indómito?

Las mujeres chilenas han crecido en dignidad y derechos, pero todavía cuánta soledad, pobreza e injusticias entre ellas. Pedro Machuca nos conmovió, pues hasta el día de hoy nuestros niños no nacen libres e iguales. Nuestros campos se industrializan, electrifican y llega el agua potable junto con nuevas escuelas, pero seguimos concentrando las oportunidades en las ciudades, que para colmo de males más se construyen para los automóviles que para nuestros compatriotas.

Nuestros cisnes se mueren en el Río Cruces, como nuestros huemules huyen de los desiertos verdes que son nuestras plantaciones de pino y nuestros mares son muchas veces diezmados por lo que parecen, a ratos, que desprecian la naturaleza que asienta a nuestra Patria.

La democracia en América Latina pende de un hilo, su gobernabilidad se hace cada vez más difícil y Chile, con una cierta arrogancia, no se ha atrevido a ser lo que está llamado a ser en el seno de la comunidad latinoamericana como lo profetizara Simón Bolívar: Chile puede ser una nación libre en una patria grande "la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y su gloria".

Liderazgo e ideas inspiradoras

Liderazgo generoso, ideas inspiradoras, seguidores entusiasmados y la victoria está a un paso. En 1997 me pidieron que presidiera el Congreso Nacional de la Democracia Cristiana. Desde 1992 que no tenía lugar la máxima instancia de reunión y resolución doctrinaria, ideológica y programática de nuestro partido. Los integrantes de diez comisiones de trabajo realizamos un esperanzador encuentro en Viña del Mar donde escuchamos las voces interpelantes de arquitectos como Fernando Castillo Velasco, educadores con Ernesto Schiefelbein o científicos como Jorge Allende. Luego más de mil quinientos profesionales se reunieron en el Edificio Diego Portales a escuchar a Chile. Se editaron doce cuadernos de trabajo que se distribuyeron por cientos de ejemplares por todo el país.

¿Qué ocurrió? Se me dijo que había que concentrar las fuerzas en las elecciones primarias y en las presidenciales de 1999. No había dinero ni tiempo para otra cosa.

Incluso la Iglesia Católica, madre y maestra de la humanidad por más de dos mil años, se reúne en solemne concilio para "aggiornarse", ¿no estaría bueno ya que lo hiciésemos nosotros ahora? ¿Me dirán de nuevo que ahora hay que concentrarse en una nueva elección? ¿Cuánto tiempo más deberá esperar la renovación del espíritu nuestro para que vuelva a elevarse?

No podemos ocultar que nosotros no hemos estado a la altura que logramos alcanzar en el pasado, ni del nombre que llevamos, porque hemos demostrado demasiada vehemencia en lograr cargos antes de saber qué visión de país tenemos. Penosas situaciones han empañado nuestra corrección ética. Por ello debemos ahora ofrecer una visión fresca y constructiva de país. Por cierto no soy juez de nadie, pero me resisto a seguir una corriente que puede dejar de ser cristalina. ¡Te reclamo a ti y a mi partido un congreso para la esperanza, ahora ya!
Sé que mis palabras pasarán en medio del ruido del combate electoral y de una junta partidaria más. Algunos, quizás llevados por la compasión y otros por sincera simpatía a mis planteamientos, aplaudirán. Mas me temo, todo seguirá igual. Un partido sin ideas ni ideales, se desgasta en el poder, termina siendo devorado por la burocracia y sus mil pequeñas comodidades. Vi morir a la Democracia Cristiana italiana y a la venezolana. No nos equivoquemos. Lo esencial está en el espíritu, no en los medios materiales del poder. Por el contrario, cuando un nuevo liderazgo es seguido por una muchedumbre tras un ideal, es la hora de la victoria, más temprano que tarde.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario