Su gran frustración fue no haber podido ser Presidente de Chile
Nació en Santiago el 3 de julio de 1919, en el seno de una familia conformada por el ingeniero Horacio Valdés Ortúzar -alcalde de San Miguel y ministro de Obras Públicas del Presidente Carlos Ibáñez del Campo- y la escritora y artista plástica Blanca Subercaseaux Errázuriz.
Su enseñanza y la de sus cuatro hermanos -entre ellos quien más tarde sería monseñor Francisco Valdés Subercaseaux- estuvo marcada por la influencia europea que recibió de una institutriz belga y por los tres años que vivió en Italia.
En 1932, de regreso en el país, pasó a formar parte del Colegio San Ignacio, donde fue alumno de San Alberto Hurtado y compañero del conocido futbolista y actualmente comentarista deportivo, Sergio Livingstone.
En 1946 se casó con la viñamarina Silvia Soublette, con quien tuvo tres hijos: Maximiano, Juan Gabriel y María Gracia, el mismo año que se tituló de abogado en la Universidad Católica de Santiago.
El gobierno chileno decretó dos días de duelo por el fallecimiento de Valdés y el presidente, Sebastián Piñera, destacó su figura como un gran político chileno.
Como político se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964-1970); subsecretario general de las Naciones Unidas, ONU, a cargo del Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), para la Región de América Latina y El Caribe (1971-1981); Presidente de la Democracia Cristiana (1981-1987); senador de la República (1990-1998 y 1998-2006 por la Región de Los Lagos); presidente del Senado (1990) y embajador en Italia en 2006, nombrado por la Presidenta Michelle Bachelet. Igualmente fue embajador en la Misión Permanente ante la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Como Canciller conoció y tuvo buenas relaciones con los principales personajes mundiales del siglo XX como el francés Charles De Gaulle, el alemán Konrad Adenauer, el también francés Francoise Mitterrand, al Papa Pablo VI y a la Reina Isabel del Reino Unido, de quien años más tarde sería anfitrión, haciendo honor a su apodo "El Conde", con que Bernardo Leighton lo bautizó tras escucharlo hablar un perfecto italiano cuando recibió a una delegación de ese país.
Sin embargo, antes de eso debió eludir a la muerte. En 1976, el mismo año que asesinaron a Orlando Letelier, el Departamento de Estado norteamericano se enteró de que él era otro de los candidatos a morir. "Me pasaron un revólver y quedé bajo la tuición de un agente del FBI. Tuve que viajar con nombres falsos y cambiar de aviones, varias veces, para despistar. Pasé mucho susto", reveló tiempo después, informó emol.com.
Pero las cosas tampoco fueron fáciles en Chile. Acusado de incitar a las protestas, fue llamado a declarar ante un juez, que lo sentenció a prisión. El primer día no comí nada, pero el segundo día me llegó de regalo un frasco con castañas confitadas de parte de doña Adriana Matte, nieta del ex Presidente Alessandri, que le exigió al alcaide que me las diera", relató.
Pero como la vida es ingrata, Valdés quedó fuera de la lista de quienes encabezarían los futuros gobiernos concertacionistas, aunque siempre quiso ser presidente de Chile, especialmente tras haber sido el gestor de la alianza opositora. Sin embargo, primero, en 1989, fue Patricio Aylwin. "Era indiscutido que tenía mejor derecho, (...) pero lo que pasa es que vocación política tengo, pero ambición, me falta mucha", declaró doce años después. Luego, en 1993, tuvo también que dar un paso al costado para favorecer la opción presidencial del también DC Eduardo Frei Ruiz-Tagle, quien al año siguiente se convirtió en el sucesor de Aylwin.
En 1997, otra vez debió renunciar a su posibilidad de representar a la Concertación en las elecciones presidenciales previstas para 1999. En esa tercera y última ocasión, cedió su cupo a favor de Andrés Zaldívar, quien posteriormente perdió las primarias frente a Ricardo Lagos.
La Falange Nacional
Su enseñanza y la de sus cuatro hermanos -entre ellos quien más tarde sería monseñor Francisco Valdés Subercaseaux- estuvo marcada por la influencia europea que recibió de una institutriz belga y por los tres años que vivió en Italia.
En 1932, de regreso en el país, pasó a formar parte del Colegio San Ignacio, donde fue alumno de San Alberto Hurtado y compañero del conocido futbolista y actualmente comentarista deportivo, Sergio Livingstone.
En 1946 se casó con la viñamarina Silvia Soublette, con quien tuvo tres hijos: Maximiano, Juan Gabriel y María Gracia, el mismo año que se tituló de abogado en la Universidad Católica de Santiago.
El gobierno chileno decretó dos días de duelo por el fallecimiento de Valdés y el presidente, Sebastián Piñera, destacó su figura como un gran político chileno.
Como político se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964-1970); subsecretario general de las Naciones Unidas, ONU, a cargo del Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), para la Región de América Latina y El Caribe (1971-1981); Presidente de la Democracia Cristiana (1981-1987); senador de la República (1990-1998 y 1998-2006 por la Región de Los Lagos); presidente del Senado (1990) y embajador en Italia en 2006, nombrado por la Presidenta Michelle Bachelet. Igualmente fue embajador en la Misión Permanente ante la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Como Canciller conoció y tuvo buenas relaciones con los principales personajes mundiales del siglo XX como el francés Charles De Gaulle, el alemán Konrad Adenauer, el también francés Francoise Mitterrand, al Papa Pablo VI y a la Reina Isabel del Reino Unido, de quien años más tarde sería anfitrión, haciendo honor a su apodo "El Conde", con que Bernardo Leighton lo bautizó tras escucharlo hablar un perfecto italiano cuando recibió a una delegación de ese país.
Sin embargo, antes de eso debió eludir a la muerte. En 1976, el mismo año que asesinaron a Orlando Letelier, el Departamento de Estado norteamericano se enteró de que él era otro de los candidatos a morir. "Me pasaron un revólver y quedé bajo la tuición de un agente del FBI. Tuve que viajar con nombres falsos y cambiar de aviones, varias veces, para despistar. Pasé mucho susto", reveló tiempo después, informó emol.com.
Pero las cosas tampoco fueron fáciles en Chile. Acusado de incitar a las protestas, fue llamado a declarar ante un juez, que lo sentenció a prisión. El primer día no comí nada, pero el segundo día me llegó de regalo un frasco con castañas confitadas de parte de doña Adriana Matte, nieta del ex Presidente Alessandri, que le exigió al alcaide que me las diera", relató.
Pero como la vida es ingrata, Valdés quedó fuera de la lista de quienes encabezarían los futuros gobiernos concertacionistas, aunque siempre quiso ser presidente de Chile, especialmente tras haber sido el gestor de la alianza opositora. Sin embargo, primero, en 1989, fue Patricio Aylwin. "Era indiscutido que tenía mejor derecho, (...) pero lo que pasa es que vocación política tengo, pero ambición, me falta mucha", declaró doce años después. Luego, en 1993, tuvo también que dar un paso al costado para favorecer la opción presidencial del también DC Eduardo Frei Ruiz-Tagle, quien al año siguiente se convirtió en el sucesor de Aylwin.
En 1997, otra vez debió renunciar a su posibilidad de representar a la Concertación en las elecciones presidenciales previstas para 1999. En esa tercera y última ocasión, cedió su cupo a favor de Andrés Zaldívar, quien posteriormente perdió las primarias frente a Ricardo Lagos.
La Falange Nacional
Participó activamente en la fundación de la Falange Nacional a fines de la década del treinta, que luego pasaría a ser el Partido Demócrata Cristiano en los años cincuenta (1957), del cual fue su presidente en plena dictadura y en los momentos más críticos de la política chilena, entre 1982 y 1987. Desde esta posición jugó un papel decisivo en el proceso de retorno a la democracia tras el régimen militar a partir de 1990, siendo uno de los gestores y organizadores de la Concertación.
Durante el gobierno militar, Valdés se dedicó a diferentes actividades: Aparte de ser presidente del Partido Demócrata Cristiano, fue uno de los impulsores de la denominada Alianza Democrática, previa a la Concertación. En 1985 participó de la redacción y firma del Acuerdo Nacional (de oposición a la dictadura), actuó como uno de los ideólogos de la Concertación de Partidos Político por el "NO" en el Plebiscito de 1988, y fue miembro del Comité Mundial para la Reforma de la UNESCO.
También se desempeñó como consultor de las Naciones Unidas en América Latina, Asia, África y como fundador y presidente del Foro Latinoamericano. Presidió el directorio del Centro de Estudios del Desarrollo, CED y también fue Miembro del Club de Viena, Austria.
Inició su carrera como abogado de la CAP
Como abogado inició su carrera profesional en la Compañía de Acero del Pacífico (CAP) donde llegó a asumir la gerencia general. Posteriormente fue becado por el Gobierno francés para realizar estudios de Economía y Legislación en el Instituto de Ciencias Políticas de París, entre 1951 y 1952.
Entre sus labores parlamentarias destacó el impulso de la Ley Nº 18.985, conocida como "Ley Valdés", referente a las donaciones culturales. En otro plano se dedicó también a escribir y es autor de varios libros y numerosos artículos en el ámbito de las ciencias sociales, publicados en revistas, tanto en Chile, como en Europa, Estados Unidos y resto de América Latina. Su último libro son sus memorias: Gabriel Valdés Sueños y Memorias (editorial Taurus), publicado el 2009.
La violación de los DD HH en dictadura
En sus memorias recuerda la cruenta dictadura de Pinochet diciendo: “ Tantos sufrieron la muerte y la persecución, como el artista Víctor Jara, ante lo cual uno se pregunta: ¿Por qué su muerte? ¿Por qué las matanzas de campesinos en Valdivia? ¿Por qué a mi gran amigo músico Jorge Peña Hen, un hombre inocente, lo asesinaron? ¿Por qué al sacerdote Joan Alsina lo ejecutaron?”
“Frente a estos crímenes y este dolor no me explico, por ejemplo, el pretencioso acto posterior de Chacarilla, en 1977, endiosando al dictador y copiando ceremonias del peor fascismo”.
En el texto escribió también: "No me considero un buen político. No soy más que un simple narrador. Aunque puede parecer petulante o farsante, ustedes me perdonarán que yo haga mi biografía con modestia, pero les digo: ha sido una vida entretenida".
Luego señalo: "Si no fui candidato a presidente, después de largo trabajo, se debió a mi falencia en el oficio politico, que es duro y a veces torcido, sobre todo cuando hay ausencia de normas que se proclaman y que no se practican. Ser ingenuo en polítioca es perder".
Y sobre los partidos chilenos: "A mi modo de ver los partidos en Chile, como en muchas partes, se destruyen por dentro y al final son etiquetas de algunos que tienen el poder y aspiran a él, y así caen en la mediocridad".
Reconoció hasta el final que su gran frustración política fue no haber podido ser presidente de Chile.
En el texto escribió también: "No me considero un buen político. No soy más que un simple narrador. Aunque puede parecer petulante o farsante, ustedes me perdonarán que yo haga mi biografía con modestia, pero les digo: ha sido una vida entretenida".
Luego señalo: "Si no fui candidato a presidente, después de largo trabajo, se debió a mi falencia en el oficio politico, que es duro y a veces torcido, sobre todo cuando hay ausencia de normas que se proclaman y que no se practican. Ser ingenuo en polítioca es perder".
Y sobre los partidos chilenos: "A mi modo de ver los partidos en Chile, como en muchas partes, se destruyen por dentro y al final son etiquetas de algunos que tienen el poder y aspiran a él, y así caen en la mediocridad".
Reconoció hasta el final que su gran frustración política fue no haber podido ser presidente de Chile.
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