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martes, 20 de septiembre de 2011

EUROPA DEBE REACCIONAR PARA EVITAR UNA HECATOMBE GLOBAL, ADVIRTIÓ EL FMI

Aquí está el problema
La crisis de la deuda se agrava y Europa debe reaccionar para evitar una hecatombe global, es la opinión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe divulgado hoy en Washington (ver nota aparte sobre el crecimiento económicos para 2011 y 2012).

“Contra un telón de fondo de fragilidades estructurales no resueltas, la economía internacional se vio afectada este año por una ola de shocks. Japón sufrió el devastador terremoto y tsunami de la costa del Pacífico, y estallaron disturbios en algunos países productores de petróleo. Al mismo tiempo, en la economía estadounidense la transición de la demanda pública a la demanda privada se paralizó; la zona del euro sufrió graves trastornos financieros; los mercados mundiales experimentaron una venta masiva de activos riesgosos, y se observan crecientes indicios de efectos de derrame hacia la economía real”, resumió el FMI los sucesos que afectaron notoriamente en este nuevo clima de inestabilidad económica que vive el mundo.

Pero en el caso europeo, el FMI bajó aún más los pronósticos de crecimiento para la Eurozona de 2% a 1,6% este año y de 1,7% a 1,1% en 2012. "Si la crisis de deuda de los países periféricos continúa propagándose a las economías de los países centrales de Europa, podrá golpear la estabilidad financiera global".
El FMI

Según las proyecciones, el crecimiento mundial se moderará a alrededor de 4% hasta fines de 2012, en comparación con más de 5% en 2010. El PIB real de las economías avanzadas crecerá, según lo previsto, a un ritmo anémico de alrededor de 1½% en 2011 y 2% en 2012, ayudado por el desvanecimiento paulatino de las fuerzas pasajeras que han frenado la actividad durante gran parte del segundo trimestre de 2011.

Sin embargo, esto supone que las autoridades europeas contendrán la crisis de la periferia de la zona del euro, que las autoridades estadounidenses encontrarán un equilibrio prudente entre el respaldo de la economía y la consolidación fiscal a mediano plazo, y que la volatilidad de los mercados financieros mundiales no recrudecerá.

El caso europeo

Para evitar el caos global, el organismo urgió a Europa a una mejor integración, una reforma fiscal y a acelerar la puesta en marcha de las medidas acordadas en una cumbre del 21 de julio, que prevén un aumento de la dotación y usos del fondo de rescate europeo. "Europa lucha contra una renovada volatilidad en los mercados y riesgos crecientes de inestabilidad financiera", dice el FMI en su informe sobre las Perspectivas de Crecimiento Mundial. "Reforzar el sistema financiero es una prioridad".

Christine Lagarde, directora-gerente
del FMI
Las recientes pruebas de estrés a los bancos europeos no lograron "estabilizar" las valoraciones de los bancos en el corto plazo. Los inversores siguen preocupados, a pesar de los últimos esfuerzos por flexibilizar el Fondo de Estabilidad Financiera (FESF) contemplado en el paquete de medidas anunciadas en la cumbre de 21 de julio este año para ayudar a Grecia a hacer frente a sus crisis de la deuda, comentó el informe.

Ante el temor de que se repita la crisis de 2008 provocada por la quiebra de Lehman Brothers (septiembre 2008), el FMI urgió a Europa a recapitalizar sus bancos. Según explica, "el objetivo debe ser elevar los niveles de capital por encima de los mínimos exigidos por Basilea III" sobre solvencia bancaria. En el mismo tono se ha manifestado una y otra vez la directora general del FMI, Christine Lagarde, quien afirmó que era imperativo recapitalizar a bancos europeos.

La Unión Europea ya asumió que deberá inyectar más capital en sus bancos, algunos de ellos con balances cargados de deuda pública de Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia. Incluso este martes la Comisión Europea admitió que "más bancos necesitarán ser recapitalizados", más allá de los nueve que no lograron pasar su examen en julio, para ver si tenían capital suficiente en caso de una crisis.

"Los bancos europeos deben tener más capital y deberían ser estimulados para lograrlo. Europa necesita una mayor regulación que apunte también a su banca", dijo Zsolt Darvas, del centro europeo de análisis Bruegel. El FMI recomendó además al Banco Central Europeo mantener sus "intervenciones" para salvar al euro.

El BCE, encargado de emitir la moneda común de 17 de los 27 estados miembros de la Unión Europea, debería continuar con sus intervenciones "para contener la volatilidad en los mercados", al menos hasta que los gobiernos y parlamentos de la Eurozona aprueben el acuerdo del 21 de julio, escribió.

El organismo monetario ha comprado en los últimos meses bonos públicos en los mercados secundarios, sobre todo de España e Italia, lo que ha aliviado la rentabilidad exigida por inversores y especuladores al riesgo de impago de deuda de esos países.

Debido a una débil recuperación económica, y una reducción en las presiones inflacionarias, el BCE debe además bajar su tasa directriz, recomendó el FMI.

El BCE dejó a comienzos de este mes, tal como se esperaba, su tasa directriz sin cambios en 1,50%. Esta decisión de mantener el statu quo en el precio del dinero era esperada, pero la estrategia del BCE para los próximos meses está llena de incertidumbres.

El gran desafío, más allá de contener la crisis financiera, "es avanzar en la integración europea", sugiere el FMI. "Los países deben estar dispuestos a sacrificar parte de su soberanía por el bien de Europa".

Los riesgos

Los riesgos se inclinan claramente a la baja, y dos de ellos requieren especial atención de las autoridades:

• El primero es que las autoridades pierdan el control de la crisis de la zona del euro, pese a las firmes políticas de respuesta acordadas en la cumbre de la Unión Europea del 21 de julio de 2011. Las autoridades deben ratificar con rapidez los compromisos asumidos en la cumbre de julio y, entre tanto, el Banco Central Europeo (BCE) debe continuar interviniendo enérgicamente para mantener condiciones ordenadas en los mercados de deuda soberana.

• El segundo es que la actividad en Estados Unidos, que ya se está enfriando, sufra nuevos golpes; por ejemplo, como consecuencia de un impasse político en torno a la consolidación fiscal, la debilidad del mercado inmobiliario, el rápido aumento de las tasas de ahorro de los hogares o el deterioro de las condiciones financieras. Las profundas divisiones políticas significan que el curso de la política estadounidense es sumamente incierto. Existe el grave riesgo de que aplicando recortes fiscales apresurados se debiliten más las perspectivas sin brindar las reformas necesarias a largo plazo para reducir la deuda a niveles más sostenibles.

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