Los efectos del agravamiento de la crisis económica en Estados Unidos pueden ser muy grandes para América Latina y el mundo, alertó el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, al comentar algunas previsiones de la región ante esa posible eventualidad, informó Prensa Latina.
En entrevista con Prensa Latina, el ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración, consideró importante dimensionar el problema, porque Estados Unidos debe ya más del ciento por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) anual.
Y no sólo ese país debe preocuparse, sino especialmente sus acreedores, agregó Patiño.
Cuando un país como Ecuador llega a tener un problema de deuda externa en un momento pudiera llegar a unos 12 mil millones de dólares, pero en Estados Unidos estamos hablando de unas mil veces más, de 14 millones de millones de dólares.
Si el PIB mundial es de 60 billones de dólares (60 millones de millones de dólares), la deuda externa de Estados Unidos con 14 billones de dólares, que pudiera llegar a 16 o 17 billones, significa que si llegara al punto de no poder atender esa deuda, que ojalá nunca llegue a pasar, el desbarajuste internacional sería fenomenal.
Si eso llegara a pasar, estimó el economista y canciller ecuatoriano, caería al unísono el sistema financiero del mundo, las empresas, los países que han confiado y tienen bonos del tesoro norteamericano se irían de bruces.
Porque, explicó, todo aquello que pensaron eran activos suyos puede en algún momento derrumbarse y generar una crisis de nivel impresionante.
De manera que la situación es preocupante, dijo, y en ese sentido, Ecuador y América del Sur han ido adoptando algunas prevenciones.
Una de ellas, precisó Patiño, tiene que ver con la diversificación de los mercados. En Ecuador, hace 10 años, las exportaciones totales hacia Estados Unidos correspondían a más del 60 por ciento del total.
Ahora, puntualizó, las exportaciones no petroleras hacia Estados Unidos sólo llegan al 21 por ciento del total, lo cual no hace tan grave para nosotros los efectos de una disminución de la demanda norteamericana, afortunadamente.
Pero, en cierta medida, una situación de crisis que pudiera generar un debilitamiento y devaluación del dólar, en parte puede beneficiar a Ecuador porque haría más competitivos sus productos al ser nuestra moneda de curso.
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