El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, presentó en Quito las bases de una nueva consulta popular que tiene el objetivo de reformar una vez más la Constitución para que le sea permitido instalar bases militares extranjeras, reducir el número de diputados y llevar a juicio político a jueces constitucionales.
Esta
es la segunda consulta que plantea el mandatario desde que asumió el poder en noviembre de 2023 en un
país seriamente dañado y contaminado por la violencia que ya deja un balance de
4.621 homicidios registrados entre enero y junio de este año, como informó el
Ministerio del Interior en Quito.
La
nueva consulta popular incluye siete preguntas y el gobierno confía en que se
realice en diciembre próximo, luego de que el presidente cuente con la venia de
la Corte Constitucional.
"Estas
7 preguntas les dan el poder a los ciudadanos de escoger, de una vez por todas,
si queremos, como nación, enterrar el pasado y abrazar con esperanza un futuro
de paz y desarrollo", escribió el presidente en la red social X al fijar los
temas.
La
primera pregunta está relacionada con el establecimiento de bases militares
extranjeras para combatir la violencia del crimen organizado. Esa reforma fue
tramitada y aprobada en junio por la Asamblea Nacional, de mayoría oficialista,
pero el cambio debe ser ratificado en un referéndum.
Noboa también consultará a los ecuatorianos si desean eliminar la asignación estatal a las organizaciones políticas y que desaparezca el consejo encargado de nombrar autoridades de control como el fiscal general. Asimismo, propone reducir el número de asambleístas (151 en la actualidad) y que los jueces constitucionales estén sujetos a juicios políticos.
En
la consulta popular de 2024, Noboa consiguió la aprobación de nueve de las 11
preguntas planteadas en ese entonces, entre ellas la extradición de
connacionales y el incremento de penas para delitos como narcotráfico y
terrorismo.
En
este cuadro de descalabro nacional que vive Ecuador, diarios como El Comercio
de Quito opinaron así: “Este momento exige mesura. El país necesita
instituciones que se respalden entre sí sin abdicar de sus competencias. Que se
exijan, sí, pero con rigor técnico. Que se fiscalicen mutuamente, pero desde el
bien común.
“La justicia no puede convertirse en escenario de pugnas internas cuando afuera se libra una batalla decisiva contra el crimen. Más que nunca, se necesita coordinación, confianza y un compromiso firme con el Estado de derecho. Porque sin eso, no hay justicia posible. Y sin justicia, no hay seguridad duradera” (Fuente Diario El Comercio de Quito).
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