El presidente ruso, Vladimir Putin, manifestó su ira por los ataques ucranianos contra Rusia en la región central de su territorio, en Kursk.
Las tropas de
Ucrania controlan ya más de mil kilómetros cuadrados en Kursk y otras regiones
rusas.
“¡Intentan
desestabilizar a nuestro país!”, dijo el jefe del Kremlin en un discurso que mostró su indignación.
Agregó que las acciones desestabilizadoras siguen vigentes: “De la misma manera que antes luchábamos contra los terroristas, ahora luchamos contra los que cometen delitos en la región de Kursk, Donbass y Novorossiya”.
El éxito militar
de Ucrania en Rusia representa un retroceso para el líder ruso que fue quien inició
el conflicto armado en febrero de 2022, cuando Rusia invadió territorio
ucraniano, según informan observadores internacionales. El resultado de este
conflicto se ha convertido en un considerable número de víctimas y ha provocado
un importante desplazamiento de la población civil, sumiendo a la región en una
crisis humanitaria significativa.
Putin comparó los ataques contemporáneos con los desafíos anteriores que enfrentó su administración: “Pero de la misma manera que logramos nuestros objetivos en la lucha contra el terrorismo, lograremos nuestros objetivos en la lucha contra el neonazismo. Y sin duda castigaremos a los criminales, de eso no puede haber ninguna duda”, dijo en su discurso.
Las palabras de Putin reflejan su frustración tras la sorpresiva y exitosa incursión ucraniana a lo que él describe como amenazas externas, reafirmando la toma medidas estrictas contra cualquier incursión u operación que considere perjudicial para la soberanía rusa, amenaza ya conocida en Europa y América.
El contexto de
estos comentarios se enmarca en una escalada reciente de violencia en diversas
regiones fronterizas debido a la ofensiva ucraniana en respuesta a las
operaciones rusas en su territorio, lo que ha acentuado las tensiones en la
región atacada.
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