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martes, 6 de agosto de 2024

PARA AFRONTAR EL ENVEJECIMIENTO POBLACIONAL HAY QUE INTERESARSE EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE LOS GOBIERNOS


El proceso de envejecimiento de la población, resultado del desarrollo y de los avances en materia de salud, educación y bienestar, ya no es un fenómeno exclusivo de los países occidentales, sino que atañe a toda la humanidad de Norte a Sur y de Este a Oeste.




Según el Informe World Population Prospects 2022 (ONU, 2022), se estima que en 2050 1 de cada 6 personas en el mundo tendrá más de 65 años, es decir casi el 17%, mientras que en 2019 era 1 de cada 11 personas la que superaba dicho umbral de edad, es decir el 9%. 

Si la mirada se circunscribe a Europa y América del Norte, los pronósticos indican que en 2050 1 de cada 4 personas podría tener 65 o más años, es decir en torno al 25%. De acuerdo con el Informe Mundial sobre Salud y Envejecimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2015), si en 2015 la población mundial de personas mayores era de aproximadamente 900 millones, lo que representaba el 12,3% de la población total, se prevé que en 2050 será del 21,5%, es decir 1600 millones de personas con 65 o más años.

Este acelerado proceso de envejecimiento es fácilmente visible si se tiene en cuenta que desde 2018 el colectivo de individuos con 65 o más años supera al número de niños menores de cinco años en todo el mundo. Entre los principales factores que influyen en el incremento de la longevidad se encuentra el incremento de la esperanza de vida.

Según los datos a nivel mundial, si en 1960 la esperanza de vida al nacer no alcanzaba los 53 años, en 2022 llegó a los 72,98 años.

Las estimaciones pronostican que en 2050 se habrán superado los 77 años de vida de media (ONU, 2022), gracias a los continuos avances médicos y las mejoras de bienestar que se vienen experimentando a nivel mundial.


Las preguntas en torno a las cuales se articula la investigación son: ¿cuáles son los impactos de esta transformación demográfica?, así como ¿cuáles son las políticas públicas que están ejecutando los gobiernos?

El congreso se presenta, pues, como un espacio para conocer las últimas investigaciones al mismo tiempo que para desarrollar una red de expertos afines al área a partir de la cual surjan nuevas sinergias de cooperación. Frente a los congresos clásicos sobre envejecimiento ubicados en el campo de las ciencias médicas, en particular la geriatría, este proyecto se distingue por aportar la mirada transversal de las políticas públicas ante el envejecimiento.

En esta nueva edición, volvemos a apostar por trabajar con una óptica internacional de la mano de universidades de otros países como la Universidad Autónoma de Nuevo León de México, el CIESCOOP de la Universidad de Santiago de Chile, la Universidad Jönkoping de Suecia, entre otras, así como con universidades españolas como Florida Universitaria.

En Chile

Ha llegado el momento de abandonar el antiguo paradigma de la vejez como sinónimos de inactividad, dependencia y vulnerabilidad. Como sociedad debemos comenzar a reconocer las trayectorias de las personas mayores y el aporte que ello puede significar en la sociedad moderna.

Sólo en la Región chilena de los Ríos, según el último CENSO, suman  48 mil 428 personas que se encuentran viviendo esta etapa, correspondiendo al 12,6 %  del total de la población regional. Además a nivel país, la región de Los Ríos es una de las más envejecidas de Chile.

Todo esto nos debe mover como sociedad a abordar este fenómeno que repercute en distintos  ámbitos. Por ejemplo, en lo laboral, según un estudio de la UDD y la Caja Los Andes mostró que la participación de los adultos mayores en el mercado laboral entre 2010 y 2017  tuvo un crecimiento de 4,5 puntos, pasando de 11,4 % a 15,9%. Debemos reconocer el potencial aporte que en términos productivos pueden llegar a realizar los adultos mayores a nuestra sociedad, siendo entonces el envejecimiento productivo una materia que debemos comenzar abordar de manera paralela a la búsqueda del envejecimiento activo.

Ha llegado el momento de abandonar el antiguo paradigma de la vejez como sinónimos de inactividad, dependencia y vulnerabilidad. Como sociedad debemos comenzar a reconocer las trayectorias de las personas mayores y el aporte que ello puede significar en la sociedad moderna.

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