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lunes, 19 de agosto de 2024

DOCUMENTACIÓN HISTÓRICA – RECORDAR EL PASADO POR EL ANALISTA MARTIN POBLETE PUJOL




Por Martín Poblete Pujol

En la primera mitad de este mes de agosto se cumplen ciento diez años del comienzo de la Primera Guerra Mundial. Todo comenzó con el asesinato en Sarajevo, un mes y medio antes, del Archiduque Francisco Fernando y su esposa, heredero del trono del Imperio Austro Húngaro, víctimas del anarquista serbio Gavrilo Prinzip.  En principio un crimen atroz, pero en términos políticos un acontecimiento excéntrico a los intereses de las principales potencias europeas de la época; sin embargo, un enredado y enredoso andamiaje de garantías y tratados, unido a la falta de criterio de algunos de los principales protagonistas, terminó por precipitar una inmensa tragedia que duró cuatro años hasta encontrar su desenlace.

Otro factor importante a considerar es el desarrollo tecnológico en siderurgia en Gran Bretaña, que permitió construir un buque de guerra de desplazamiento superior a las veinte mil toneladas, equipado con seis cañones capaces de disparar proyectiles de once y doce pulgadas  con alcance impensado en los navíos antecesores, propulsado por turbinas de vapor un sistema entonces en las fronteras de la tecnología, el Dreadnought fue botado al mar en diciembre de 1906, su construcción mantenida en estricto secreto por un año.  


Gran Bretaña ganó ventaja de algunos años, pero pronto Alemania, Francia, Estados Unidos, y más lejos Japón, empezaron masivos programas de construcción naval.   A comienzos de 1914, Gran Bretaña tenía veinte y dos acorazados de la clase Dreadnought construidos entre 1910 y 1914; Alemania tenía catorce.   

Ninguno de los hombres en posiciones de poder en aquellos tiempos tenía intenciones de llevar su país a la guerra.   Así lo habían expresado en el momento bisagra del paso del Siglo XIX al Siglo XX, el Canciller Bernhard von Bülow en Berlín, y el primer ministro Lord Salisbury en Londres.

Posteriormente, el Canciller Theobald von Bethmann-Hollweg y el ministro de relaciones exteriores Gottlieb von Jagow, mantuvieron la línea trazada por su antecesor; pero el Emperador Guillermo II de Hohenzollern, hombre impulsivo, apoyado por sus altos mandos militares encabezados por los generales von Hindenburg y von Moltke, optó por ejecutar los tratados con garantías militares. 

En Londres, el Primer Ministro Sir Herbert Henry Asquith pensó que no estaban en juego ninguno de los intereses fundamentales de las principales potencias europeas; "I see no reason why Britain should be more than a spectator to the Continental Armageddon / No veo por qué Gran Bretaña tenga que ser más que un espectador del Armagedón Continental"; su ministro de asuntos exteriores / Foreign Secretary Sir Edward Grey, mucho más realista, en discurso ante el Parlamento  en presencia de todos los miembros y de dos figuras de la institucionalidad imperial Lord Lansdowne y Lord Curzon, el lunes 3 de agosto  advirtió que de precipitarse los acontecimientos en el Continente, Gran Bretaña tenía la obligación, por tratado vigente, de honrar las garantías a la protección de la neutralidad de Bélgica.


El martes 4 de agosto, los engranajes del andamiaje diplomático europeo habían empezado a girar.   El  Imperio Austro Húngaro había declarado la guerra al Reino de Serbia; Alemania confirmado sus obligaciones por el tratado de asistencia recíproca con Austria Hungría; Rusia declaraba la guerra a Austria Hungría en el marco de sus garantías militares al Reino de Serbia; Francia ratificaba sus obligaciones con Rusia conforme a tratado vigente; Alemania declaraba la guerra a Rusia y a Francia;  Gran Bretaña enviaba una nota urgente al Kaiser y su gobierno exigiendo garantías explícitas que Alemania respetaría la neutralidad de Bélgica, le daba doce horas para contestar de lo contrario honraría los términos de su tratado bilateral con Bélgica.   

En la residencia de Downing Street 10, el Primer Ministro Asquith, Sir Edward Grey, Lord Haldane, y el joven Secretario de la Marina / First Lord of the Sea Winston Churchill, esperaban silenciosos la respuesta de Alemania que nunca llegó.  Segundos antes de la medianoche, empezaron a caer las campanadas del Big Ben, a las doce de la noche Gran Bretaña quedaba en guerra con Alemania.

Al día de hoy, la guerra entre Ucrania y Rusia lleva más de novecientos días de hostilidades sin interrupciones, respecto de las potencias occidentales un conflicto excéntrico solo por la distancia geográfica; en el límite occidental de Ucrania está Polonia, país miembro de la OTAN.   En el Medio Oriente hay un conflicto latente que podría rematar en guerra regional, Estados Unidos tiene concedidas garantías militares a Israel, desconocemos si hay alguna forma de acuerdo de mutua asistencia entre Irán y Rusia.  

En el extremo de Asia, hay un conflicto latente entre China y Taiwan; Estados Unidos tiene tratado de asistencia recíproca con Taiwan, garantías militares (the American nuclear umbrella/el paraguas nuclear americano) concedidas a Corea del  Sur y Japón, y tratado de asistencia recíproca con Filipinas; Rusia tiene garantías militares vigentes concedidas a Vietnam; China tiene garantías militares vigentes a Corea del Norte, valga recordarlo hace setenta y tres años China no dudó en ir a la guerra por Corea del Norte.   La historia no se  repite, pero tiene ciclos y contraciclos,  cursos y recursos.           

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