El drama de Brasil
Los tres personajes claves de la política brasileña en tiempos triunfales: Temer, Dilma Rousseff y Lula da Silva |
EL PROBLEMA ES QUE NO SABEN CÓMO NI CON QUIÉN CAMBIAR A TEMER
Por Juraima Almeida (*)
El Tribunal Supremo Federal (TSF) de Brasil abrió una investigación contra el presidente de facto por obstrucción de la justicia,
con base en una grabación en la que el mandatario supuestamente da el aval para
que un empresario compre el silencio del ex presidente de la Cámara de
Diputados Eduardo Cunha (derecha), operador de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.
La grabación fue difundida por el multimedia oligopólico
Globo, mentor y, al mismo tiempo, gestor del golpe.
En capitales estatales y localidades a lo largo de 23 de los 26
estados (además del Distrito Federal) del país, se llevaron a cabo
movilizaciones para exigir que se convoque a elecciones presidenciales ya,
horas después de que al estallar el escándalo se presentaron al menos cuatro
solicitudes de impeachment (juicio político) contra Temer, quien asumió el
gobierno el 12 de mayo de 2016, cuando comenzó el proceso contra Rousseff.
El expresidente Fernando Henrique Cardoso –considerado como el
autor intelectual del golpe juidicial-policial-parlamentario contra Dilma-, la
cadena Globo y legisladores conservadores manifestaron su respaldo a la
realización de elecciones indirectas para elegir al sucesor del actual
gobernante y concluir el mandato el 31 de diciembre de 2018. Si lograran ese
objetivo no sería otra cosa la prolongación del golpe a través de la
proscripción de más de unos 120 millones de brasileños empadronados en el
colegio electoral.
Los analistas nacionales internacionales coinciden en que hayaa o
no elecciones directas depende, en buena medida de las movilizaciones para exigir elecciones inmediatas y definir un plan de
emergencia popular.
“El gobierno se acabó”,
sintetizó Alberto Goldman, vicepresidente del Partido de la Socialdemocracia
Brasileña (PSDB) que era una de las dos fuerzas centrales de
la coalición encabezada por el Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB),
de Temer. Cardoso, líder del PSDB, recomendó la renuncia de Temer.
Hasta la semana pasada la banca privada nacional y extranjera, y
los fondos buitres eran fiadores del gobierno de facto, luego que éste les
aseguró desmontar el sistema previsional y la legislación laboral. Hoy, el
senador socialdemócrata Ricardo Ferraco, a cargo de la reforma laboral, anunció
que el proyecto dejó de ser prioridad , y otro tanto ocurrirá con el
jubilatorio que ni siquiera fue aprobado en Diputados.
Haciendo equilibrio en su tela de araña, Temer, convertido en
presidente tras la destitución de su antecesora el 31 de agosto pasado, dijo en
un discurso televisado que no renunciará. Ahora, el poder fáctico se apresura
en construir una alternativa a Temer. La forma en que va a salir se decidirá si lo juzgan en el Supremo Tribunal
Electoral o incluso si aceleran los pedidos de juicio político que entraron en
el Congreso (**).
“Remover a la presidenta elegida democráticamente en nombre del
combate a la criminalidad era una farsa, precisamente porque encumbraría a las
facciones más corruptas, a los criminales más ocultos y a los bandidos, y les
daría el control sobre el país sin haber ganado elecciones”, señaló el
estadounidense Glenn Greenwald en su portal The Intercept.
Pruebas materiales irrefutables comprueban la naturaleza
corrupta de la coalición de fuerzas que se ha apoderado del gobierno e imponen
una agenda de reformas antipopulares, antinacionales y antidemocráticas, afirmó
el PT en un comunicado. Agregó que el gobierno de Temer recurrió a las más
nefastas prácticas para implementar las reformas, como sobornos y malversación
de recursos públicos.
Según la Constitución, si el presidente es depuesto, quien lo
sustituye es el presidente de la Cámara, después el del Senado y por último el
presidente del Supremo Tribunal Federal (STF).
Pero el actual presidente de la Cámara, Rodrigo Maia (DEM), está
siendo investigado por sobornos de 110 mil dólares en un proceso abierto por el
magistrado del STF Edson Fachin a partir de la delación realizada por
ejecutivos de la empresa Odebrecht en el ámbito de la operación Lava Jato.
Lo mismo ocurre con el actual presidente del Senado, Eunício
Olivieira (PMDB), quién asumió el cargo el primero de febrero, y que aparece
mencionado en tres delaciones de la operación Lava Jato.
Según el abogado y miembro de la Consulta Popular Ricardo
Gebrim, si eso acontece, el Supremo Tribunal federal puede impedir que sean
parte de la línea sucesoria, así como se hizo con el ex presidente del Senado
Renan Calheiros (PMDB) el 7 de diciembre; lo mantuvo en la presidencia pero
negándole la posibilidad de sustituir a Temer.
Quien tiene buenas posibilidades de asumir interinamente la
presidencia es la titular del STF, Carmen Lúcia quien debería convocar a elecciones indirectas en un plazo de 30 días. O sea, quien elegiría el sustituto
de Temer sería el Congreso Nacional, de acuerdo a lo previsto por el artículo
81 de la Constitución para casos en los que el presidente o el vice abandonan
el cargo tras dos años de mandato.
La realidad es que hoy, el poder fáctico, el campo golpista
aparece dividido. En el golpe de 1964, y en el período de gobierno de Cardoso
de 1994, la burguesía estaba unida, tenía un comando único, un proyecto de país
y una retaguardia importante en el capital. Hoy carece de un
proyecto de país y perdió la retaguardia de los estados, y pelean por salvaguardar, cada uno, sus intereses económicos
y financieros particulares. Para Gebrim, la delación de O Globo es parte de un
guión sospechoso. Recuerda que Cármen Lúcia se reunió a puertas cerradas (segunda semana de mayo) con un grupo de 13 empresarios, tres de ellos miembros del Consejo de
Desarrollo Económico y Social, conocido como “Conselhão”, formado en noviembre
del año pasado por Temer. Son empresarios de bancos, telecomunicaciones,
hoteles, compañías aéreas, inmobiliarias, del papel y la celulosa.
“Probablemente Cármen Lúcia ya sabía de la grabación cuando se reunió con el
PBI brasileño", señaló Gebrim.
En el “Conselhão” participaron Chieko Aoki, presidente de la red
Blue Tree Hotels; Luiza Trajano, dueña de la red Magazine Luiza; y Pedro
Wongtschowski, presidente del Instituo de Estudios para el Desarrollo
Industrial (Iedi). Los otros participantes fueron Betania Tanure, consultora de
BTA; Candido Bracher, presidente del Itaú Unibanco; Carlos Schroder,
director-general de la Red Globo; Décio da Silva, presidente del consejo de la
WEG; Flavio Rocha, dueño de las tiendas Riachuelo; Jefferson de Paula, CEO de
ArcelorMittal; Paulo Kakinoff, presidente de la empresa de aviación Gol; Rubens
Menin, fundador y presidente del consejo de administración de la MRV
Ingeniería; Walter Schalka, presidente de Suzano Papel y Celulosa; e Wilson
Ferreira, presidente de la Eletrobras.
El poder fáctico y golpista insiste en elecciones indirectas, en
las que cualquier partido puede presentar su candidato dentro del plazo legal
establecido, para ser votado por los diputados y senadores federales.
Simultáneamente, la oposición dentro del Congreso (PT, PC do B, PSOl, PDT, y
PSB), tramita una propuesta de enmienda constitucional que propone elecciones
directas inmediatamente.
La catedrática Carol Proner, de la Universidad Federal de Rio de
Janeiro (UFRJ), insiste en que “la transición para el Estado Democrático de
Derecho debe ser hecha por los legítimos perjudicados, que son los trabajadores
y los movimientos sociales, y no por un nuevo golpe. La población está atenta,
con mucha cautela”, señaló.
Conscientes de las dificultades, la Central de Movimientos
Populares, el Frente Brasil Popular y el Frente Pueblo sin Miedo, apuestan al
crecimiento de la propuesta de “Directas ya”: “Defendemos que se cambie la
Constitución con carácter de urgencia y que no se hagan elecciones indirectas”,
afirmó Raimundo Bonfim, coordinador general de la CMP.
Joao Pedro Stedile, coordinador del Movimiento de Trabajadores
sin Tierra señaló que el plan del Frente Brasil Popular es primero, bajar a los
golpistas y suspender todas las medidas legislativas que vienen tomando contra
el pueblo, para luego tener un gobierno de transición, que convoque a
elecciones presidenciales para octubre de 2017, y que se discuta una forma de
tener una reforma política inmediata, que garantice la voluntad del pueblo, y
se elija un nuevo Congreso.
Otro punto, añade Stedile, es que el nuevo gobierno asuma el
compromiso, ya en su campaña, de convocar una Asamblea Constituyente exclusiva
para construir un nuevo modelo democrático de régimen político-electoral en el
país.
De forma paralela, los movimientos populares están construyendo
un “Plan Popular de Emergencia”, que incluye más de 70 medidas que el gobierno
de transición y el nuevo gobierno deberían implementar para sacar al país de la
crisis económica, social y política.
La última crisis confirma que los golpistas carecen de comando
único, divididos, entre el poder económico (representado por Henrique Meirelles (***), el
ministro de Hacienda, los grandes empresarios como los Batistas de JBS); el
grupo del PMDB que manejan las leyes (el líder del gobierno en el senado Romero
Jucá, el ministro de la Casa Civil Eliseu Padilha, el jefe de la Secretaría
General de la Presidencia, Moreira Franco), y un grupo ideológico compuesto por
Globo, y el Poder Judicial, con muchas contradicciones entre ellos.
Es por eso que tampoco tienen claro ahora a quién colocar en
lugar de Temer y darle credibilidad a un gobierno de transición, mientras
tratan de que no se desborde la movilización popular en las calles (¿quizá con
mayor represión?). Su primera labor parece ser invisibilizar (o ningunear) al expresidente
Lula da Silva (en la foto con la destituida presidenta Rousseff), quien lidera todos los sondeos. Pero no logran “inventar” un
nuevo Collor de Mello o un Fernando Henrique Cardoso mientras Temer se balancea
en su tela de araña.
(*)
Investigadora brasileña, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis
Estratégico y publica a través de la agencia Noticias de América Latina y el Caribe (Nodal).
(**) El presidente Michel Tema revocó en la mañana de este jueves (25)
el decreto que autorizaba el empleo de las Fuerzas Armadas para la garantía de
la ley y el orden en el Distrito Federal, en especial en la Explanada de los
Ministerios, donde están ubicados los principales órganos públicos y el
Congreso Nacional. El decreto de revocación fue publicado en una edición extra
del Diario Oficial de la Unión. La revocación se hizo pública mientras el
presidente Temer estaba reunido en el Palacio presidencial del Planalto con los
ministros Raul Jungmman, de Defensa; Eliseu Padilha, de la Casa Civil; Moreira Franco,
de la Secretaría General de la Presidencia; Antônio Imbassahy, de la Secretaría
de Gobierno y con el general Sérgio Etchegoyen, del Gabinete de Seguridad
Institucional de la Presidencia. El miércoles (24), el objetivo
del gobierno al autorizar la presencia de las Fuerzas Armadas en Brasilia era
garantizar la integridad de los edificios públicos en la Explanada de los
Ministerios, bien como la seguridad de funcionarios que allí trabajan, después
de que un grupo de cerca de 50 personas con máscaras en el rostro protagonizó
actos vandálicos en medio de la manifestación Ocupa Brasilia –en contra la
gestión del presidente Michel Temer y las propuestas de reformas presentadas
por el gobierno–.
(***) El ministro de Hacienda,
Henrique Meirelles, declaró este viernes que se ha instalado un clima exagerado
de pesimismo en el país con relación a la economía. “Nosotros tenemos una
tendencia, en determinados momentos en que las noticias son todas buenas, de
adoptar un optimismo exagerado, lo cual es negativo, pues lleva a decisiones
equivocadas. En otros momentos, [adoptamos] un pesimismo exagerado también. Es
importante actuar con serenidad y equilibrio en ese tipo de situación”,
dijo. Para él, Brasil está discutiendo y aprobando reformas importantes,
como las reformas laboral y de pensiones, la ley del límite de gastos públicos
y la de la gobernanza de las estatales, que están devolviendo el país a la
senda del crecimiento. “Es un momento en el que el equilibrio es importante”,
resaltó. Para el ministro, la crisis política que el gobierno del
presidente Michel Temer ha vivido durante las últimas semanas no impedirá la
continuidad del crecimiento ni tampoco la aprobación de las reformas y
proyectos que se están tramitando. “Eso es cada vez más una agenda nacional. Mi
hipótesis de trabajo es de continuidad [del gobierno Temer]”, dijo. Según
Meirelles, con la estabilización de la economía y las reformas que se están
llevando a cabo, Brasil tiene condiciones de salir de la crisis y volver a
crecer un promedio del 2,3% al año, durante los próximos años. “Con las
reformas microeconómicas que también estamos impulsando y la disminución del
tamaño del Estado, podremos aumentar esa tasa de crecimiento potencial en los
próximos años, hasta llegar a una cifra entre 3,5% y 4%. Ahí sí que entraremos
en una ruta de fuerte crecimiento”, explicó Aporte de la Redacción)
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