EL TRIUNFO DE MACRI PONE FIN A 12 AÑOS DE KIRCHNERISMO
Ganó por una diferencia mínima, pero ganó, aunque durante su gobierno tendrá dificultades al no contar con mayoría ni en el Senado ni en la Cámara de Diputados
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El liberal Mauricio Macri (Cambiemos) es el nuevo
presidente de Argentina, después de imponerse este domingo por una ajustada diferencia al
peronista Daniel Scioli (Frente para la Victoria) por 51,4% a 48,6%, al 99%
escrutado.
Macri ganó a Scioli por una mínima diferencia de votos de sólo 2,8 por ciento (unos 700.000) en un país con 32 millones de personas llamadas a las urnas, de las cuales habría votado un 78 por ciento.
Este resultado indica claramente que Argentina está políticamente dividida en dos, lo que le significará a Macri problemas adicionales para poder llevar a cabo su programa de cambios profundos, especialmente en la economía, cuando el deterioro en este sector es relevante.
Es un giro radical al centro-derecha tras 12 años de kirchnerismo. lo que se hizo en unas elecciones ordenadas y sin problemas graves que lamentar, a pesar que fue una campaña muy tensa y difícil.
Desde el primer momento ayer, la elección fue liderada por el empresario Mauricio Macri.
El resultado de ayer, si es en realidad un triunfo para Macri, tampoco es una derrota para Scioli en un sentido amplio de la política. La diferencia entre Scioli y Macri es mínima y perdió así la Presidencia de Argentina. Sin embargo resistió con
fuerza después del desgaste de 12 años de Gobierno.
Los macristas atribuían
este recorte final al éxito de la campaña del miedo que promovió Scioli en las
últimas semanas y que hizo mella aparentemente en un parte de la población,
sobre todo la más pobre. Scioli logró así ganar en la provincia de Buenos
Aires, la más sensible a este tipo de mensajes, según los macristas.
Consciente de esa
limitación, tanto Macri como su vicepresidenta, Gabriela Michetti, lanzaron
mensajes de concordia a los que no les han votado. "Muchos hogares
humildes están preocupados. Quiero decirles que no tienen nada que temer",
aseguró Michetti.
"Les pido a los que no nos votaron que se sumen a este
cambio. Esta Argentina no va a ser fruto de un iluminado que tiene todas las
soluciones. Eso no existe. Mi tarea es ayudarlos a encontrar el camino",
aseguró Macri.
El entusiasmo de los macristas se hizo sentir en las calles de Buenos Aires y de muchas otras ciudades argentinas. La fiesta terminó muy pronto y aunque el candidato bailó, como es
habitual, todo destilaba una voluntad de evitar excesos. "Este cambio no
puede detenerse en revanchas ni ajustes de cuentas", remató el nuevo
presidente electo. Un mensaje claro de mano tendida al kirchnerismo. Macri
está en minoría en el Congreso y el Senado y va a necesitar mucha negociación
para gobernar.
Macri, que comenzó su discurso con
una larga lista de agradecimientos a su familia, colaboradores y amigos, terminó con un
mensaje a los militantes: "Ustedes hicieron posible lo imposible. Pido a
Dios que me ilumine para ayudar a cada argentino a encontrar su forma de
progresar. Les pido por favor que no me abandonen. ¡Vamos Argentina!".
Mientras, Daniel Scioli reconoció la derrota y también pidió
a Dios que ayude a Macri a encontrar el camino para ayudar a los argentinos. En
un rasgo más de los muchos que acercan a estos dos políticos, ambos son
católicos y practicantes y tienen una posición similar en contra del aborto
incluso en caso de violación, por ejemplo. Eso sí, Scioli reivindicó al
peronismo como el partido de las clases más pobres y aseguró que él va a
"defender a los trabajadores". A su lado las caras de referentes del
kirchnerismo como Carlos Zannini mostraban la desolación por la derrota. La mujer
y la hija de Scioli vestían de negro, casi de luto. Es un golpe muy duro para
quien ha controlado el poder durante 12 años y hasta hace un mes estaba seguro
de la victoria, como resalta hoy el El País de España.
En la noche electoral, Macri estuvo acompañado en Buenos
Aires por Lilian Tintori, la esposa del preso político venezolano Leopoldo
López. Esta presencia demuestra que Macri va muy en serio en su intención de
pedir en la próxima cumbre de Mercosur, el 21 de diciembre, la suspensión de
Venezuela como miembro de bloque por la presunta violación de la cláusula
democrática que lo rige. Dependerá del resultado en las elecciones venezolanas
del 6 de diciembre y de la actitud de Nicolás Maduro, pero es probable que esta
sea su primera gran decisión internacional.
Macri logró forzar la segunda vuelta el 25 de octubre con un
resultado inesperado — ganó por una distancia ajustada similar a la de esta
segunda vuelta, 37% a 34%i— y desde entonces no ha parado de crecer mientras
Scioli y el oficialismo cambiaban por completo la estrategia, a la desesperada,
para intentar animar el voto anti-Macri y convencer a los argentinos, sobre
todo a las clases populares, de que tenían que ir a votar para defender sus
planes sociales y los derechos adquiridos en estos años.
Toda la campaña estuvo centrada en la idea de que con
Mauricio Macri venía un cataclismo, pero el día en que realmente se votó, no
pasó nada. Incluso Daniel Scioli, que durante tres semanas trató de convencer a
los argentinos de que su rival es “un peligro”, se olvidó ayer de esa guerra e
incluso trató de recuperar su amistad con Macri. Ambos eran amigos hace 30
años, pertenecen al mismo círculo de hijos de empresarios millonarios y son de
la misma generación, pero en estos últimos días todo parecía roto entre ellos.
Esta batalla entre dos hombres de la élite económica del
país, que vienen de mundos ajenos a la política —Macri del fútbol, como
presidente de Boca Juniors, y Scioli de un deporte para millonarios como las
lanchas fueraborda— ha llegado a su fin y Scioli busca la reconciliación e
incluso habló de la relación de sus mujeres. "Karina conoce a Juliana hace
muchos años y esas son las cosas que perduran, la política es una
circunstancia", sentenció. Scioli trató de utilizar a su favor la figura
del Papa, cercano al peronismo, y volvió a citar las palabras de Francisco:
“Voten en conciencia”.
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