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martes, 6 de octubre de 2015

OPINIÓN DE UN EMPRESARIO
LA EDAD DEL PAVO
Por Roberto Fantuzzi

No ha sido un año fácil para Chile, eso no lo podemos negar, pero pese a que he tratado de tener una actitud positiva ante las dificultades que hemos enfrentado, también he intentado encontrar una respuesta de la serie de hechos que ha ocurrido en este agitado 2015.

Pensando en una respuesta a mi interrogante, – y analizando lo bueno y lo malo- hay un factor que no puedo negar, el país ha crecido, se ha desarrollado y se ha posicionado económicamente.

Al mencionar esto, no estoy pasando por alto los conocidos escándalos que han salido a la luz, sólo doy el pie para efectuar una  analogía entre los problemas que aquejan a todos durante nuestra etapa de crecimiento.

Al igual que los seres humanos,  durante su etapa de desarrollo los países van sufriendo una serie de transformaciones y se van enfrentando a diferentes tipos de problemas y claramente, las complicaciones  y las preocupaciones de un menor no son las mismas que tienen los adultos a diario.

Algo similar ocurre con el desarrollo de Chile, pues pese a tener un importante despegue se ha ido encontrando con problemáticas comunes de una economía  de mayor tamaño.

Pero vamos por paso para ir analizando en conjunto las similitudes que podemos encontrar entre el crecimiento de los humanos y el de los países.

Ningún país “nace” grande, todos pasamos por una metamorfosis física y psicológica  que nos permite finalmente ir forjando nuestra propia identidad, nuestros propios rasgos y aspectos que nos  distinguen  del resto.

En el periodo de niñez estamos conociendo el mundo, estamos adquiriendo nuestras primeras experiencias, manejando el lenguaje y adaptándonos a nuestro entorno. Quizás es la etapa más “fácil” de llevar, puesto que todo se va dando casi solo, de manera natural, pero a medida que pasa el tiempo, nos vamos enfrentando a otro tipo de situaciones.

Posterior a ello, pasamos por la adolescencia, etapa en la que se deja de ser un niño, pero sin haber alcanzado aún la madurez del adulto. Personalmente, creo que muchos integrantes de nuestro país se han estancado en esta etapa, sobre todo en lo que se conoce en aquel periodo entre la pubertad y la edad del pavo.

Usted se preguntará el por qué de mis palabras, y es que  siendo esta una fase en que las personalidades se caracterizan por ser un poco “difícil”, recuerdo que muchos de nuestros actores sociales tienen esta actitud últimamente.

Ahora, con respecto a Chile, al parecer la adolescencia es una de las etapas que más nos ha hecho sufrir,  ya que en cierto momento de nuestra historia nos hemos llenamos de “espinillas” que queríamos esconder, negar lo que nos estaba pasando, pero finalmente debemos entender que son cosas que deben ocurrir dentro del período de crecimiento, pues son un símbolo de cambio, de que estamos reaccionando al pasar del tiempo.

Con respecto a la juventud y la adultez , creo que  nos falta mucho para llegar a esta etapa, sobre todo en tiempos en que hemos vivido episodios que dejan mucho que desear, aunque quizás podría decir que tenemos ciertos aspectos que se viven durante la vejez,  sobre todo por la pérdida de memoria de ciertos personajes.

Pero dentro de todo, hay algo que no deja de preocuparme. Durante nuestro crecimiento  la mayoría de las personas tiene un cambio de conducta, en ocasiones favorables y en otras no.De acuerdo a esto, yo me pregunto si el pasar por alto la ética y los valores son características que van de la mano con el progreso de nuestro país, porque estas actitudes lamentablemente se han convertido en el factor común de actos efectuados por importantes representantes de reconocidas organizaciones.

Es lamentable reconocer que los diferentes actores  del sector social, político, empresarial, eclesiástico, etc. han ido dinamitando su pilar, debilitando la democracia producto de sus comportamientos, actos que debiesen ir de la mano con la ética al parecer están caminando solos, pues casos como el de La Polar, SQM, correos de altas autoridades de la Iglesia, viajes inoportunos, financiamiento político o información privilegiada hacen que vuelva a caer en la interrogante ¿qué nos está pasando?

Lo invito a responder la interrogante, yo por el momento creo que se debe trabajar arduamente por recuperar las confianzas, fomentar el diálogo e incentivar la participación ciudadana, pues son factores esenciales para el crecimiento de un país.

Quizás nos creemos demasiado adultos, pero hay aspectos que todavía están en pañales y hay muchos de nuestros protagonistas que durante este periodo al parecer se quedaron pegados en la edad del pavo, pues andan “mañosos”, buenos para pelear, no quieren dialogar y han adoptado un comportamiento que no nos hace ver como el país “maduro” que decimos ser.


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