RECUERDO DE UN ESTADISTA-KRADIARIO
SALVADOR ALLENDE GOSSENS MURIÓ HACE 42 AÑOS
SALVADOR ALLENDE GOSSENS MURIÓ HACE 42 AÑOS
El 42° aniversario del golpe militar contra el gobierno constitucional de Salvador Allende encuentra a Chile en un franco despertar social y político, tras cuatro décadas de profundo adormecimiento inoculado por la dictadura militar. Sin embargo una profunda crisis política causada por la colusión inmoral entre conocidos personajes políticos y el dinero, en el marco del financiamiento de campañas, han colocado a Chile otra vez en un punto de retroceso, empañado por múltiples delitos cometidos, como cohecho, fraudes al Fisco y varios otros, poniendo en riesgo el ritmo de crecimiento que mantenía el país en varios campos.
Esta situación afecta a Chile como una nueva tragedia, la que se agrega a otra mucho peor como fue sufrir por años y seguir sufriendo quizá por toda la vida al conocer nuevas informaciones sobre la feroz represión de la dictadura militar que dejó un saldo de casi 4 mil muertos y desaparecidos.
Con decenas de miles de personas encarceladas/torturadas y centenares de miles de expatriados permitieron al dictador Pinochet implantar la nueva versión neoliberal del capitalismo –ahora convertida en el catecismo dominante en Chile–, mientras las clases populares estaban imposibilitadas de defender sus derechos y el miedo embargaba a gran parte de la población.
Los poderes mundiales convirtieron a Chile en una gran máquina productora de dinero y ganancias extraídos de la explotación de recursos naturales, con mano de obra barata hasta hoy, precios muy caros, innumerables injusticias sociales y económicas.
.
Chile está dividido en dos: el 1% de los chilenos que se reparte hasta el 90% de los ingresos del país y la clase media y los pobres que carecen de un servicio de salud/médico decente, una jubilación que los empresarios de las AFP reparten como quieren entre los usuarios cuando jubilan, sueldos miserables que apenas alcanzan para sobrevivir, una educación que aún no se ha llegado a la gratuidad como ha prometido el Gobierno, problemas graves de delicuencia, problemas en el transporte público y en los servicios básicos que están en manos privadas y que son muy bien explotados por los empresarios que reciben beneficios a través de cobros excesivos a la población.
¡Pobre Chile! Ha pasado por todos los sistemas políticos y económicos de izquierda y de derecha pero nunca ha podido disfrutar la prometida primavera.
Esta situación afecta a Chile como una nueva tragedia, la que se agrega a otra mucho peor como fue sufrir por años y seguir sufriendo quizá por toda la vida al conocer nuevas informaciones sobre la feroz represión de la dictadura militar que dejó un saldo de casi 4 mil muertos y desaparecidos.
Con decenas de miles de personas encarceladas/torturadas y centenares de miles de expatriados permitieron al dictador Pinochet implantar la nueva versión neoliberal del capitalismo –ahora convertida en el catecismo dominante en Chile–, mientras las clases populares estaban imposibilitadas de defender sus derechos y el miedo embargaba a gran parte de la población.
Los poderes mundiales convirtieron a Chile en una gran máquina productora de dinero y ganancias extraídos de la explotación de recursos naturales, con mano de obra barata hasta hoy, precios muy caros, innumerables injusticias sociales y económicas.
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Chile está dividido en dos: el 1% de los chilenos que se reparte hasta el 90% de los ingresos del país y la clase media y los pobres que carecen de un servicio de salud/médico decente, una jubilación que los empresarios de las AFP reparten como quieren entre los usuarios cuando jubilan, sueldos miserables que apenas alcanzan para sobrevivir, una educación que aún no se ha llegado a la gratuidad como ha prometido el Gobierno, problemas graves de delicuencia, problemas en el transporte público y en los servicios básicos que están en manos privadas y que son muy bien explotados por los empresarios que reciben beneficios a través de cobros excesivos a la población.
¡Pobre Chile! Ha pasado por todos los sistemas políticos y económicos de izquierda y de derecha pero nunca ha podido disfrutar la prometida primavera.
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