PAPA-VISITA-CUBA
EL PAPA FRANCISCO CRITICO LAS IDEOLOGIAS EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN EN CUBA
Ante una multitud congregada en la emblemática Plaza de la Revolución, en La Habana, y horas antes de visitar al legendario líder cubano Fidel Castro, el Papa Francisco criticó este domingo la supremacía de las ideologías en la construcción de una sociedad mejor, al señalar que “nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas”. La definición del pontífice, pronunciada en el marco de su visita oficial a Cuba, sonó potente por haber sido dicha en un país con un régimen que le otorga a la ideología marxista -que “sacraliza” al Estado- una gran importancia, y delante del presidente Raúl Castro y todo su gabinete.
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No
fue la única vez durante el día que Francisco arremetió contra las ideologías.
Al caer la tarde, en un vibrante encuentro con jóvenes en el centro cultural
Padre Félix Varela, el Papa advirtió que “no sirven las lecturas parciales o
ideológicas, que deforman la realidad para que entre en nuestros pequeños
esquemas preconcebidos, provocando siempre desilusión y desesperanza”. Ya en su
periplo por tres países de Sudamérica, en julio pasado, Francisco había
criticado las ideologías por considerar que pueden degenerar en totalitarismos.
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Antes
de que hablara Francisco, el joven Leonardo Fernández Otero había dicho, en
nombre de los jóvenes, que a ellos los unía “la esperanza en un futuro de
cambios profundos y donde Cuba sea un hogar para todos sus hijos, piensen como
piensen y estén”. Y le había pedido al Papa “en esta compleja realidad que nos
tocó vivir” que los ayude a “ser jóvenes que sepamos acoger y aceptar al que
piense diferente, que no nos encerremos en los conventillos de las ideologías o
las religiones, que evitemos el individualismo y la indiferencia, grandes males
de la rutina cubana”.
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Francisco,
a su turno, le agradeció a Leonardo sus palabras, sobre todo por su insistencia
en la esperanza en un futuro mejor. Y tras advertir sobre las ideologías señaló
que “un camino de esperanza requiere una cultura del encuentro, del diálogo, que
supere los contrastes y el enfrentamiento estéril. Para ello –subrayó– es
fundamental considerar las diferencias en el modo de pensar no como un riesgo,
sino como una riqueza y un factor de crecimiento”. Y advirtió que “no basta la
simple tolerancia” y que “si no hay solidaridad ningún país tiene futuro”.
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Con
todo, Francisco –en la misa en la Plaza de la Revolución– advirtió sobre el
riesgo de dejar ideologías y abrazar caminos egoístas. Al pedirles a los
cubanos que cuiden y sirvan a los hermanos más frágiles, recomendó no descuidar
la atención de los más necesitados “por proyectos que puedan resultar
seductores, pero que se desentienden del rostro del que está a su lado”. Si
bien reconoció que el cubano “es un pueblo que tiene heridas, como todo pueblo,
pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza porque su
vocación es de grandeza”.
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Al
término de la misa, el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, le
agradeció al Papa “haber favorecido el proceso de renovación de las relaciones
entre Cuba y los Estados Unidos que tanto beneficiará a nuestro pueblo”. E hizo
votos para que su llamado a la paz llegue especialmente “al pueblo cubano para
alcanzar la anhelada reconciliación entre los que vivimos dentro y fuera de
Cuba”. Luego, en el rezo del Angelus, Francisco rogó por el éxito del proceso
de paz en Colombia que llevan adelante el gobierno y la guerrilla.
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Una
multitud –que había llegado muy temprano e incluso muchos que pasaron la noche
en el lugar para obtener una buena ubicación– ocupó la plaza y un tramo de las
avenidas adyacentes. Con mucho orden, vítores al Papa y el agitar de
banderillas cubanas y del Vaticano, la gente recibió el ingreso de Francisco en
el papamóvil y siguió la misa que, desde un altar especialmente emplazado, el
pontífice ofició la primera que dio en los cuatro días que estará en la isla.
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En
primera fila, junto a Castro, se ubicó la presidenta argentina, Cristina
Kirchner. Vestida de blanco, con un sombrero al tono, se acercó hasta el altar,
tras la misa, y saludó al Papa, con quien cambió unas pocas palabras.
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Tras
abandonar la Plaza de la Revolución y luego de un breve paso por la Nunciatura
Apostólica (embajada del Vaticano), Francisco fue a saludar a Fidel Castro en
su domicilio. La primera actividad de la tarde fue la visita al presidente Raúl
Castro, con quien conversó durante casi una hora en el Palacio de la
Revolución. Se descuenta que el restablecimiento de las relaciones de Cuba con
EE: UU. ocupó buena parte del diálogo. Al final, el Papa le regaló un mosaico
de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. Y Castro, un crucifijo
hecho con remos.
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Luego,
Francisco fue a la Catedral para encontrarse con el clero, a quien le recomendó
abrazar la pobreza y ser misericordiosos. Finalmente, tuvo el encuentro con los
jóvenes. Hoy, el Papa se trasladará a Holguín. Y mañana a Santiago de Cuba,
desde donde partirá a los Estados Unidos.
Visita a Fidel Castro
Durante el encuentro con el comandante de la revolución Fidel Castro, el Papa Francisco le regaló al ex Presidente un libro de Armando Llorente, el jesuita que en 2007 "quiso absolver" a Fidel Castro. Más de 60 años antes, había sido tutor de colegio del líder cubano.
Pero este español tuvo que dejar Cuba en 1961 para exiliarse en Miami después del triunfo de la revolución. Falleció allí en 2010.
Con esos antecedentes, es sorprendente que el papa Francisco, quien visita Cuba, le obsequiara a Fidel Castro un libro y dos discos con las reflexiones y sermones de Llorente.
¿Quién era?
Según Austen Ivereigh, quien escribió la biografía del Papa "El gran reformador", el obsequio del máximo representante de la Santa Sede llevaba un mensaje.
"En otras palabras, el regalo a Fidel del libro de padre Llorente y los CDs puede haber sido para ayudar a 'El Jefe' a reconciliarse con su pasado", escribió el autor católico en su cuenta de Twitter.
Ivereigh recordó que Llorente conoció a Fidel Castro en la década del 40, cuando el jesuita fue profesor del joven Castro en el colegio de Belén en La Habana.
Este domingo el papa Francisco se reunió con el líder cubano, de 89 años, durante aproximadamente 30 minutos en la residencia del expresidente.
El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, calificó la reunión entre Francisco y el revolucionario como un "encuentro informal".
Visita a Fidel Castro
Durante el encuentro con el comandante de la revolución Fidel Castro, el Papa Francisco le regaló al ex Presidente un libro de Armando Llorente, el jesuita que en 2007 "quiso absolver" a Fidel Castro. Más de 60 años antes, había sido tutor de colegio del líder cubano.
Pero este español tuvo que dejar Cuba en 1961 para exiliarse en Miami después del triunfo de la revolución. Falleció allí en 2010.
Con esos antecedentes, es sorprendente que el papa Francisco, quien visita Cuba, le obsequiara a Fidel Castro un libro y dos discos con las reflexiones y sermones de Llorente.
¿Quién era?
Según Austen Ivereigh, quien escribió la biografía del Papa "El gran reformador", el obsequio del máximo representante de la Santa Sede llevaba un mensaje.
"En otras palabras, el regalo a Fidel del libro de padre Llorente y los CDs puede haber sido para ayudar a 'El Jefe' a reconciliarse con su pasado", escribió el autor católico en su cuenta de Twitter.
Ivereigh recordó que Llorente conoció a Fidel Castro en la década del 40, cuando el jesuita fue profesor del joven Castro en el colegio de Belén en La Habana.
Este domingo el papa Francisco se reunió con el líder cubano, de 89 años, durante aproximadamente 30 minutos en la residencia del expresidente.
El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, calificó la reunión entre Francisco y el revolucionario como un "encuentro informal".
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