26-11-2013-KRADIARIO-880
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EL LEGADO DE JFK,
ICONO DEMÓCRATA
Editorial de Página12 de Buenos Aires
Kennedy sigue
simbolizando la ilusión por la política: la promesa de un sinfín de
aspiraciones que no vieron la luz por su repentina muerte. Los expertos afirman
que existe un romance de la opinión pública con él.
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La repentina
muerte de John F. Kennedy imprimió en su presidencia el mito de “Camelot”, una
idealización de sus dos años y medio en el poder que aún fascina a Estados
Unidos, pero que, lentamente, comienza a dejar paso a una imagen más fiel del
verdadero legado del icono demócrata. Cincuenta años después de su asesinato (ocurrido
el 22 de noviembre de 1963 en la ciudad de Dallas, estado de Texas en EE UU),
Kennedy sigue simbolizando la ilusión por la política: la promesa de un sinfín
de aspiraciones que no vieron la luz en su mandato pero fueron inspiradoras,
desde la llegada del hombre a la Luna en 1969 hasta la esperanzadora campaña
del actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en 2008.
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Minutos antes del asesinato |
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“Prácticamente la
agenda completa de Kennedy, que estaba estancada en el Congreso, fue aprobada
como un tributo al presidente fallecido”, recordó Sabato en un artículo
publicado en Business Insider. En efecto, durante su fugaz presidencia Kennedy
no pudo lograr que el Congreso respaldara muchos de sus proyectos, apuntó
Zelizer. Uno de los logros frecuentemente atribuidos a JFK tiene que ver con la
legislación a favor de los derechos civiles, aprobada en 1964 durante la
presidencia de su sucesor, Lyndon B. Johnson, quien gobernó el país entre 1963
y 1969.
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El cuerpo sin vida del Presidente |
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Lo que
verdaderamente define la presidencia de Kennedy, desde la perspectiva de
Zelizer, es su convocatoria al servicio público, formulada durante su
investidura en 1961, con un célebre: “No preguntes lo que puede hacer tu país
por ti; pregunta lo que puedes hacer por tu país”. Zelizer opinó que esa idea
sigue atrayendo actualmente a muchos estadounidenses. Fue esa filosofía la que
motivó la creación, en 1961, de los Cuerpos de Paz: una red de voluntarios que,
desde entonces, ha viajado a 130 países con proyectos de educación, salud y
medio ambiente.
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La misma idea
estaba detrás del ambicioso llamamiento de Kennedy para llevar al hombre a la
Luna antes de que acabara la década, objetivo que generaría expectativas en
torno del programa espacial estadounidense, inmerso en una dura carrera con la
por entonces Unión Soviética. La política exterior de Kennedy también
evolucionó durante su mandato, desde una mentalidad anticomunista “de línea
dura” a un “interés en las posibilidades de paz”, en la Guerra Fría, tal como
demostró la firma en octubre de 1963 de un tratado que prohibía la mayoría de
pruebas de detonación de armas nucleares, señaló Zelizer.
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Ese mismo año, el
mandatario llamaba, en un famoso discurso, a sacar a EE.UU. y a la URSS de lo
que definió como un peligroso ciclo de hostilidad. “Nadie sabe hacia dónde
habría evolucionado esa idea (de no haber muerto Kennedy). Hay quienes opinan
que habría evitado una escalada en la guerra de Vietnam”, indicó Leo Ribuffo,
profesor de historia en la Universidad George Washington. Quizá el último
coletazo de la influencia de JFK estuvo en la campaña de Barack Obama en 2008,
que generó un entusiasmo muy similar al de la elección de Kennedy en 1960, de
acuerdo con Zelizer.
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“Creo que la
comparación también tiene sentido ahora que la presidencia de Obama está
acabando y que (como Kennedy) es un mandatario cada vez más frustrado con la
política e incapaz de lograr mucho de lo que quería”, indicó. Para Ribuffo, el
dramatismo de la historia familiar de los Kennedy hace que la memoria del ex
presidente siga envuelta en el mito de una forma que aún llevará mucho tiempo
despejar. Zelizer, en cambio, cree que los estadounidenses comienzan a mirar
con más moderación al mandatario demócrata, y que tanto lo bueno como lo malo
empieza a verse con más claridad. “Cuanto más nos alejamos del trauma del
asesinato, con generaciones más jóvenes que no lo han vivido, es más fácil
empezar a pensar sobre qué ocurrió y quién era él”, reflexionó.
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