25-11-2013-KRADIARIO-880
EL ACUERDO CON IRÁN: LA DERROTA PARCIAL DE LOS MAXIMALISTAS
Por Martín Poblete (*)
Las negociaciones entre el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China más Alemania) e Irán sobre el programa nuclear de este último concluyeron en la madrugada de este domingo en Ginebra (Suiza) con el cierre de un acuerdo que congela el programa nuclear iraní durante seis meses, tiempo en el se buscará llegar a un acuerdo global y definitivo.
Una vez conocidos los resultados de las negociaciones en Ginebra el domingo vinieron las reacciones, unas más destempladas que otras, de
aquellos que desde un comienzo fueron críticos de las negociaciones y particularmente opuestos a cualquier acuerdo entre Estados
Unidos e Irán.
Destaca el lenguaje descomedido del Primer
Ministro Benjamin Netanyahu, para quien los acuerdos logrados en Ginebra serían
"un error histórico", agregando " hoy el mundo es un lugar
mucho mas peligroso"; para no ser menos, su ministro de relaciones
exteriores Avigdor Lieberman afirmó que "Israel necesitaría tomar decisiones diferentes"; mientras otros actores en el
mismo escenario coincidían en elaborar eventualildades bélicas, el
ministro de defensa General(R) Ehud Barak, el ex-jefe del Estado Mayor del
Ejército General (R) Yaakov Amidror, y el profesor de Bar-Ilan University
Gerald Steinberg, usaban similar lenguaje: "Israel puede actuar
solo".
Un vistazo al arsenal de la Fuerza Aérea israelí, trabajando con
fuentes secundarias, evidencia más limitaciones que capacidades para una
compleja operación a ejecutarse a larga distancia de sus
bases. Un eventual ataque a Irán obligaría a Israel a usar
casi la totalidad de su fuerza aérea, tiene aproximadamente ciento
veinticinco aviones de combate F15, F16 y F18A, la distancia a cubrir de
poco mas de 3.200 kilómetros de ida y regreso más el tiempo de aproximación
-loitering time- a los blancos escogidos, obligaría a dos reabastecimientos de
combustible en vuelo, al uso de aviones con instrumental electrónico para
bloquear los radares iraníes, en su conjunto una operación de singular
complejidad asumiendo una cierta ineptitud defensiva de los iraníes.
En tiempos del Shah (Mohammad Reza Pahlevi, fallecido en 1980, fue monarca iraní desde el 16 de septiembre de 1941 hasta la revolución musulmana del 11 de febrero de 1979), Irán adquirió aviones
de combate americanos; sin embargo, después de tanto tiempo sin adecuado
servicio serían de utilidad marginal; en la década del 1990, compró en
Rusia una cantidad de aviones de combate MIG-29, tecnología de tiempos de
la Unión Soviética desarrollada para enfrentar a los F15 y F16 americanos en la
batalla por los cielos de Europa en una hipotética tercera guerra
mundial, en manos de pilotos iraníes bien adiestrados y valientes podrían
presentar serios desafíos a un eventual ataque israelí.
Asimismo, el gobierno de Irán adquirió hace algo mas de diez años en
Rusia baterías de cohetes antiaéreos, si bien no son armas de última
generación, operadas por personal bien entrenado y valiente para sostener sus
posiciones bajo ataque, podrían estorbar considerablemente a los pilotos
israelíes.
En principio, entonces, el
berrinche en Tel Aviv queda solo en eso; para actuar militarmente
contra Irán, Israel necesita de la participación activa de los Estados
Unidos por lo menos como co-beligerante.
.
Mientras tanto en Riyadh, las reacciones vienen teñidas de variadas
expresiones de indignación por la forma como los saudíes creen haber sido
tratados por los diplomáticos americanos. Hablando en Londres, el
académico saudita Nawaf Obaid dijo "Fuimos mantenidos en la oscuridad por
los Estados Unidos y las potencias occidentales; nuestro problema no es tanto
con el acuerdo mismo logrado en Ginebra, sino con la forma como fue
negociado. Arabia Saudita seguirá su propia política exterior
independiente."
En Riyadh, Abdallah Al-Askar presidente
del Comité de Relaciones Exteriores del Shura (Cuerpo Consultivo de la
Monarquìa Saudita), declaró: " El acuerdo de Ginebra abre la puerta a
una carrera armamentista nuclear en el Medio Oriente. Respecto de
Irán, no tenemos coincidencias políticas con Israel, pero compartimos similares
temores".
En el plano religioso, las diferencias y rivalidades
entre sauditas e iraníes se remontan al cisma islámico de
comienzos del Siglo IX, cuando los suníes y los chía siguieron caminos
separados; el Reino de Arabia Saudita y su Casa Real se consideran los
líderes de la rama suni del Islam, la denominación Wahabí es la iglesia
musulmana oficial de Arabia Saudita.
Por su parte, la
teocracia revolucionaria gobernante en Irán se considera líder de los
musulmanes chía, sus intervenciones en diversos conflictos en el Medio Oriente
tienden a resultar en detrimento de los intereses de los suníes. A
lo anterior se agregan complejas cuestiones culturales; los iraníes
no son árabes, la suya es otra cultura politica y social, con una
lectura diferente del Korán y del legado del Profeta, proclamando la venida de
El-Mahdi o enviado de Dios para restaurar el reino de fe y
justicia. Suníes y chías han tenido actitudes mutuamente
excluyentes, manifestadas con brotes de singular violencia en el
curso de la historia.
(*) Profesor
de historia, Fordham University Nueva York
1981. Ejerció en Rutgers University (Universidad
del Estado de New Jersey), New Brunswick NJ. Director del
Seminario Latinoamericano de Columbia University, Nueva York, 1998-2009.
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