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sábado, 24 de abril de 2010
MUERTE DE SCHAEFER PONE FIN A UNA ERA DE ANGUSTIA Y DOLOR
MURIO CUMPLIENDO CONDENA EL FUNDADOR DE COLONIA DIGNIDAD
El jerarca de la ex Colonia Dignidad (Villa Baviera), Paul Schaefer, murió hoy a la edad de 88 años como consecuencia de una insuficiencia cardíaca en el hospital de la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago, donde cumplía cuatro distintas condenas.
Este antiguo suboficial del Ejército nazi estaba condenado por homicidio calificado (a siete años de cárcel), por infracción a la Ley de Armas (a tres años), por torturas (a tres años y un día) y por abusos sexuales contra menores a (20 años).
Fuentes de Gendarmería, que confirmaron la noticia, dijeron que Schaefer permaneció en el hospital prácticamente todo el tiempo que estuvo en prisión. Fue detenido en Argentina y expulsado de ese país en marzo de 2005, y su muerte se produjo hoy sábado alrededor de las 07:00 horas.
Schaefer y otros alemanes fundaron la Colonia Dignidad, que ellos llamaron “Villa Baviera” en 1961 y, de forma paulatina, generaron una poderosa red de influencias y la transformaron en un verdadero enclave cerrado, al margen de las leyes chilenas.
Durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), la Colonia, que abarcaba unas 16.000 hectáreas, fue utilizada como campo de concentración y torturas, según testimonios de supervivientes, escribió hoy la agencia española EFE al relatar la historia de este enclave alemán ubicado cerca de la ciudad chilena de Parral.
El ex presidente Patricio Aylwin (1990-1994) definió el lugar como “un Estado dentro del Estado”, cuando su gobierno emprendió una ofensiva legal para desmantelarlo.
En 1996, Schaefer huyó de la justicia y durante varios años fue el prófugo más buscado de Chile, hasta que fue detenido por la policía argentina el 10 de marzo de 2005 en una localidad cercana a Buenos Aires, donde vivía protegido por varios de sus seguidores.
El gobierno argentino decretó su inmediata expulsión a Chile, donde fue procesado y condenado por la Justicia.
Según testimonios de supervivientes, durante la dictadura de Pinochet, la Colonia, que abarcaba unas 16.000 hectáreas, fue usada como campo de concentración y torturas.
La colonia “Villa Baviera” se abrió a la comunidad tras la detención de Schaefer, luego de décadas de vivir en un enclaustramiento extremo, casi sin contacto con el exterior. Las autoridades facilitaron a los colonos la inserción en la sociedad y el inicio de negocios legales relacionados con la producción agrícola y la gastronomía.
El inicio
Todo comenzó en 1961, un año después de que Chile sufriera el terremoto más destructivo de la historia de la humanidad. El movimiento de 9,5 grados en la escala de Ritcher provocó la muerte de unas 5 mil personas y dejó sin hogar a otros 2 millones.
Entonces, arribó a Chile el ex suboficial del ejército nazi que, junto a otros alemanes, fundó la colonia Dignidad cerca de Parral. Ese iba a ser un albergue para atender a los niños afectados por el terremoto de mayo de 1960, pero las intenciones reales eran otras: convertir la comunidad en una secta, en la que Schaefer fue finalmente el máximo líder. El lugar era impenetrable, ajeno a todo lo que ocurría en el exterior.
La iniciativa, que parecía esperanzadora, fue aprobada inmediatamente por las autoridades. Para tales fines, los extranjeros adquirieron una granja, donde unos 300 colonos fundaron la Villa Baviera.
Con el paso del tiempo, no cumplieron con lo prometido y, más bien, la comunidad se convirtió en un extraño lugar, refugio de nazis, como era el mismo Schaefer.
Pronto, el asentamiento comenzó a convertirse en una zona ajena a Chile, un estado dentro de otro estado, en donde sus habitantes vivían bajo un sistema autoritario. Las parejas no desarrollaban una vida conyugal, ya que habitaban en espacios separados. Eran castigados y padecían condicionamientos físicos y sicológicos.
Lo que sí construyeron en el lugar fue un hospital, en donde atendían a los habitantes locales en la región de Parral.
Y como ocurre en las sectas, todo giraba alrededor de Schaefer, quien, ya a finales de los sesenta, fue acusado de abusos sexuales a menores por parte de personas que lograron escapar del recinto. Algunos de los pequeños agredidos eran hijos de los alemanes y lugareños. Sin embargo, las denuncias no prosperaron.
El poder
La cuarta parte de esta historia surgió después de la caída del Presidente de Chile Salvador Allende, ocurrida el 11 de septiembre de 1973.
Inmediatamente, Schaefer y sus asistentes más cercanos iniciaron una estrecha relación con el gobierno militar, dirigido por el general Augusto Pinochet.
En el lugar, de acuerdo con movimientos de defensa de derechos humanos, se torturaron y se desaparecieron a disidentes chilenos. En estas labores, según las denuncias, participó el mismo Schaefer, quien tenía experiencia militar.
En esta coyuntura, agregan los informes, fue montado en colonia Dignidad un sofisticado sistema de detección y comunicaciones, búnkeres y túneles.
La caída
A principios de los noventa, años después de que Pinochet dejara el poder, las murallas invisibles de colonia Dignidad comenzaron a agrietarse, al punto que los testimonios de los abusos aumentaban día a día.
Una de las primeras acciones las tomó, en 1991, el primer Presidente tras el retorno de la democracia, Patricio Alwyn, quien ordenó cancelar la personería jurídica de esa sociedad, entonces Villa Baviera. Con el nombre de Colonia Dignidad los alemanes y sus cooperadores chilenos fundaron una nueva entidad "benéfica".
En 1996, un juez reactivó las investigaciones por abusos sexuales cometidos por Schaefer. Aquellos niños que sufrieron las violaciones eran ya hombres adultos que narraron lo ocurrido
El acusado contaba con un selecto grupo, compuesto por unos 20 niños, jóvenes y adultos no mayores de 30 años, quienes eran turnados para servirle de ayudantes y esclavos, de acuerdo a los señalamientos.
La presión llegó a tal punto que en mayo de 1997, otro juez ordenó allanamientos en la colonia, en busca de Schaefer. En 1998, las autoridades ordenaron el cierre del hospital.
El asunto provocó tal escándalo que representantes de los gobiernos chileno y alemán debieron sentarse para buscar una salida a tan bochornoso caso, que durante casi 40 años había estado allí.
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