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sábado, 24 de abril de 2010

Caso Spiniak sigue penando a algunos políticos

CASO MACARI: ¿FALTA DE MANEJO POLÍTICO O  "VENGANZA"?

Por Walter Krohne


Justamente lo que ocurrió con Mirko Macari es lo que no debe pasar en un gobierno que se vanagloria permanentemente de eficiente, con ideas y promotor de los cambios.

Es imposible entender que alguien sea designado para un cargo público y sólo horas después, por presiones políticas, debe ser bajado por las mismas personas que lo nombraron. En este caso, el nombramiento de Macari como director del diario “La Nación” tuvo que ser anulado por el propio presidente Sebastián Piñera, antes de que asumiera, por la obcecada oposición del Partido Unión Demócrata Independiente (UDI).

Esto recuerda el caso de la designación de José Miguel Steigmeier como gobernador del Bío Bío, en marzo pasado, quien tuvo que ser bajado varios días después por haber pertenecido al círculo de hierro del máximo jerarca de la Colonia Dignidad Paul Schäfer (fallecido hoy en la cárcel de alta seguridad de Santiago), lo que desconocía el ministro del interior Rodrigo Hinzpeter.

Aunque Macari, no tiene ningún parecido de fondo con Steigmeier, sólo de forma por su nombramiento y posterior anulación, esto último obedece a una falla de coordinación en el equipo de gobierno que se repite y seguirá repitiéndose si no se mejora la comunicación interna. Puede ocurrir que en el futuro le sea difícil al Gobierno encontrar nueva gente por el temor de que después del nombramiento, éste pueda ser vetado por oposición de algún sector.

Vamos por parte.

En PRIMER LUGAR, Macari, que es en este caso la víctima y que fue propuesto por la ministra general de Gobierno Ena von Baer, cuenta con la mejor hoja de vida profesional para ser el director del diario “La Nación”, del cual ya fue su editor general, época en que este matutino semiestatal comenzó a salir del precipicio en que se encontraba en cuanto a circulación. En este punto, la ministra tuvo en sus manos la mejor carta del momento, tras la proposición que le hiciera el presidente del directorio de La Nación, Daniel Platovsky, la que contó con la aprobación de los miembros de dicho directorio, entre otros, Gonzalo Müller, asesor de la secretaria de Estado, Hernán Larraín Matte, colaborador del Presidente, y Cristina Bitar, asesora comunicacional de Piñera durante la campaña presidencial.

SEGUNDO, el error (si es que se puede calificar así) no fue haberle consultado a la UDI si estaba de acuerdo con el nombramiento de Macari, lo que todo parece indicar que no se hizo directamente. Esto obedecería a las fallas de coordinación a las que nos referíamos al comienzo, porque parece que los partidos de la alianza conversan muy poco con el Gobierno y viceversa. Además está el hecho de que Ena von Baer es pro UDI.

TERCERO: Indudablemente que en este caso --en el futuro seguramente se archivará como “caso Macari”-- no hubo el manejo político apropiado por falta de experiencia, lo que siempre se echó de menos cuando el mandatario designó al gabinete ministerial en marzo pasado, formado por un conjunto de super técnicos pero nulos o casi nulos en manejo político. Con un poquito más de práctica política, esto no habría pasado, lo que aún no se le puede pedir a Ena von Baer (35), quien antes de ser ministra estuvo más dedicada a la teoría política que a la praxis.

En CUARTO LUGAR está la UDI y sus máximas figuras que se opusieron rotundamente al nombramiento cuando Macari ya tenía el decreto en la mano, por la única razón de que este periodista fue cofundador del periódico Plan B, junto a otros periodistas como Alejandra Matus, Marcelo Ramos, Julio César Rodríguez y Marcelo Padilla. En este periódico se publicaron varios reportajes que horrorizaron a la UDI. El periodista Víctor Gutiérrez (no Macari) inició la serie Spiniak el 9 de octubre de 2003, donde habló por primera vez sobre una supuesta participación de políticos en las fiestas con menores de edad que organizaba el condenado empresario Claudio Spiniak. Esta versión dio pie a posteriores denuncias formuladas por la ex diputada Pía Guzmán. Posteriormente, la misma publicación identificaba con el título de “bajo sospecha” por supuesta participación en las fiestas de Spiniak al senador UDI Jovino Novoa, sobre la base de declaraciones falsas que hizo la testigo clave del caso Gemita Bueno, que luego fueron desmentidas y todo quedó bien aclarado.

Ciertamente, como se puede ver hasta ahora, Macari fue cofundador del periódico, pero habría tenido cero participación en los artículos aludidos. Además que este periodista permaneció sólo un período breve de tres números de la revista, porque se fue a trabajar a la revista Caras, pero sin dejar la copropiedad en Plan B.

Por otra parte, lo que dijo Plan B fue sobre la base de declaraciones, es decir había un respaldo con fuentes concretas, no fue invención o ficción de los periodistas de Plan B. Si luego se supo que las declaraciones que hacía Gemita Bueno eran falsas, ese es ya un tema judicial y no periodístico.

Con este criterio ningún periodista o persona que haya trabajado en Plan B podría ocupar hoy día un cargo público, lo que sólo cabe en cuadros discriminatorios porque ninguno de los periodistas mencionados ha cometido, al menos en este caso, un delito. En esta misma situación estarían los periodistas de varios otros medios que también atendieron a las declaraciones de Gemita Bueno, como el mismo Canal 13.

Esto huele mal, porque aquí lo que está primando es un ánimo de "venganza" lo que no encaja con un partido como la UDI formado por cristianos, muchos de ellos miembros del Opus Dei o los Legionarios de Cristo. Creemos que aquí debe intervenir el Colegio de Periodistas.

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