EL CÓNCLAVE QUE TRATÓ DE HACER REVIVIR A
LA DESGASTADA Y ENVEJECIDA CONCERTACIÓN
Por Walter Krohne
Generalmente los cónclaves son a puertas cerradas para crear un ambiente adecuado de concentración y abordar así temas cruciales con buena argumentación, análisis profundo y piezas oratorias que luego se recuerden como parte de la historia.
Sin embargo el cónclave de la Concertación en el Estadio El Llano no alcanzó este escenario ni tampoco el nivel de debate que realmente se esperaba, si bien estuvieron presentes los cuatro ex presidentes de la Concertación y otros jerarcas de varios partidos, también es cierto que hubo muchos ausentes.
Para los jóvenes de este país, que son el futuro, lo que vieron por televisión no fue más que las mismas caras de hace años que lentamente se han ido desgastando o envejeciendo y que no satisfacen ya las aspiraciones de aquellos que, aunque son de una o dos generaciones anteriores a los ex mandatarios, ya casi vienen de vuelta de una revolución tecnológica de los años ochenta y de un mundo globalizado que permite conocer en cosa de segundos lo que está pasando al otro lado del planeta.
La verdad es que Chile necesita un líder fuerte, con ideas claras y democrático, que mueva a las masas y que entusiasme a los jóvenes a unirse a una nueva lucha para cambiar el rostro nacional y no a dirigentes que se han quedado con un discurso que sólo habla del “país que queremos….”
.
Por este camino, tan poca innovador, lo único que se va a lograr es debilitar más aún la ya debilitada democracia chilena que tanto costó recuperar.
Sin embargo, los jóvenes ven que en Chile estos “desgastados” políticos siguen hablando de lo mismo y buscando las “cinco patas al gato” para descubrir de una vez por todas las causas del porque perdieron la elección presidencial.
Los ex presidentes, en discursos que leían muy concentrado, como para no saltarse ninguna línea de lo que habían escrito, orientaron sus ideas a cuestionar los conflictos de intereses, aludiendo al presidente derechista y empresario Sebastián Piñera, y advirtieron a La Moneda que la reconstrucción no se debe hacer con una mirada patronal.
Con o sin mirada patronal, en la actual emergencia, lo importante es que el Estado resuelva en el menor plazo posible el problema de los miles de damnificados que carecen aún de un techo, tienen hambre y frío y se acercan con mucha rapidez a un invierno que ha sido pronosticado de lluvioso y triste. Esto es lo único importante en este momento. Obstaculizar esta tarea significa sólo una pérdida de votos para la Concertación.
Planes alternativos para la reconstrucción u ofertas de diálogo franco y abierto, no hubo en el cónclave o hubo intentos muy débíles de conversar con el gobierno que tampoco parece que podrían llegar a un buen puerto. Anunciaron anticipadamente que iban a votar en contra del Proyecto del Fondo para la Reconstrucción que, hasta anoche al terminar el encuentro concertacionista, el gobierno ni siquiera lo había presentado.
El senador Eduardo Frei Ruiz Tagle repetía su ya anticuado pensamiento profundo de que “estamos frente a la mayor concentración de poder político, económico y comunicacional en la historia republicana de los últimos cien años”, dejando abierta la pregunta para el mismo sobre ¿qué hizo él, como presidente, para evitar la concentración de los tres poderes mencionados? O no se recuerda que cuando se cerraba el histórico diario “La Epoca” y se le pidió ayuda, respondió que en esto no podía intervenir el Estado.
Sin embargo, el fomento del pluralismo, como parte del fortalecimiento de la democracia, es un tema que debe resolver el Estado chileno y no evitarlo, como ocurrió bajo la administración de Patricio Aylwin en que se dijo que “la mejor política de comunicación es la que no extistía”, tras la asesoría del sociólogo Eeugenio Tironi ¿Consecuencia de aquello? Se cerraron el diario Fortín Mapocho, las revistas Análisios, Apsi, Cauce y varias otras publicaciones, y se fortalecieron los llamados medios del monopolio ideológico de orientación derechista.
Ahora, ¿qué hicieron Ricardo Lagos y Michel Bachelet para evitar el abismo que separa a ricos y pobres en este país? ¿Dónde está la Ley de Fideicomiso que prometió la Concentración? ¿Y la reforma electoral con el derecho a voto de los chilenos en el extranjero? ¿Qué pasó con la nueva Ley de Educación que mantiene los mismos problemas de antes? ¿Qué pasa con la salud, las isapres, las farmacias y las afp? Las preguntas son muchas y siguen sin respuesta, pero en ellas los ex presidentes y jerarcas de la Concentración pueden resolver el dilema que les atormenta de ¿por qué perdieron la elección presidencial?
LA DESGASTADA Y ENVEJECIDA CONCERTACIÓN
Por Walter Krohne
Generalmente los cónclaves son a puertas cerradas para crear un ambiente adecuado de concentración y abordar así temas cruciales con buena argumentación, análisis profundo y piezas oratorias que luego se recuerden como parte de la historia.
Sin embargo el cónclave de la Concertación en el Estadio El Llano no alcanzó este escenario ni tampoco el nivel de debate que realmente se esperaba, si bien estuvieron presentes los cuatro ex presidentes de la Concertación y otros jerarcas de varios partidos, también es cierto que hubo muchos ausentes.
Para los jóvenes de este país, que son el futuro, lo que vieron por televisión no fue más que las mismas caras de hace años que lentamente se han ido desgastando o envejeciendo y que no satisfacen ya las aspiraciones de aquellos que, aunque son de una o dos generaciones anteriores a los ex mandatarios, ya casi vienen de vuelta de una revolución tecnológica de los años ochenta y de un mundo globalizado que permite conocer en cosa de segundos lo que está pasando al otro lado del planeta.
La verdad es que Chile necesita un líder fuerte, con ideas claras y democrático, que mueva a las masas y que entusiasme a los jóvenes a unirse a una nueva lucha para cambiar el rostro nacional y no a dirigentes que se han quedado con un discurso que sólo habla del “país que queremos….”
.
Por este camino, tan poca innovador, lo único que se va a lograr es debilitar más aún la ya debilitada democracia chilena que tanto costó recuperar.
Sin embargo, los jóvenes ven que en Chile estos “desgastados” políticos siguen hablando de lo mismo y buscando las “cinco patas al gato” para descubrir de una vez por todas las causas del porque perdieron la elección presidencial.
Los ex presidentes, en discursos que leían muy concentrado, como para no saltarse ninguna línea de lo que habían escrito, orientaron sus ideas a cuestionar los conflictos de intereses, aludiendo al presidente derechista y empresario Sebastián Piñera, y advirtieron a La Moneda que la reconstrucción no se debe hacer con una mirada patronal.
Con o sin mirada patronal, en la actual emergencia, lo importante es que el Estado resuelva en el menor plazo posible el problema de los miles de damnificados que carecen aún de un techo, tienen hambre y frío y se acercan con mucha rapidez a un invierno que ha sido pronosticado de lluvioso y triste. Esto es lo único importante en este momento. Obstaculizar esta tarea significa sólo una pérdida de votos para la Concertación.
Planes alternativos para la reconstrucción u ofertas de diálogo franco y abierto, no hubo en el cónclave o hubo intentos muy débíles de conversar con el gobierno que tampoco parece que podrían llegar a un buen puerto. Anunciaron anticipadamente que iban a votar en contra del Proyecto del Fondo para la Reconstrucción que, hasta anoche al terminar el encuentro concertacionista, el gobierno ni siquiera lo había presentado.
El senador Eduardo Frei Ruiz Tagle repetía su ya anticuado pensamiento profundo de que “estamos frente a la mayor concentración de poder político, económico y comunicacional en la historia republicana de los últimos cien años”, dejando abierta la pregunta para el mismo sobre ¿qué hizo él, como presidente, para evitar la concentración de los tres poderes mencionados? O no se recuerda que cuando se cerraba el histórico diario “La Epoca” y se le pidió ayuda, respondió que en esto no podía intervenir el Estado.
Sin embargo, el fomento del pluralismo, como parte del fortalecimiento de la democracia, es un tema que debe resolver el Estado chileno y no evitarlo, como ocurrió bajo la administración de Patricio Aylwin en que se dijo que “la mejor política de comunicación es la que no extistía”, tras la asesoría del sociólogo Eeugenio Tironi ¿Consecuencia de aquello? Se cerraron el diario Fortín Mapocho, las revistas Análisios, Apsi, Cauce y varias otras publicaciones, y se fortalecieron los llamados medios del monopolio ideológico de orientación derechista.
Ahora, ¿qué hicieron Ricardo Lagos y Michel Bachelet para evitar el abismo que separa a ricos y pobres en este país? ¿Dónde está la Ley de Fideicomiso que prometió la Concentración? ¿Y la reforma electoral con el derecho a voto de los chilenos en el extranjero? ¿Qué pasó con la nueva Ley de Educación que mantiene los mismos problemas de antes? ¿Qué pasa con la salud, las isapres, las farmacias y las afp? Las preguntas son muchas y siguen sin respuesta, pero en ellas los ex presidentes y jerarcas de la Concentración pueden resolver el dilema que les atormenta de ¿por qué perdieron la elección presidencial?
Estimado,
ResponderBorrarExcelente reportaje, claro y asertivo. Tal como dice usted, se realizan una pregunta que todo el país sabe la respuesta.
¿ Por qué ellos no la saben ? ... la respuesta podría estar en esa frase muy cierta que dice “LA AMBICION CIEGA AL HOMBRE Y LE ROBA LA RAZON”.
Saludos … El Seguidor del Gurú
Muy acertado el Análisis, Claramente durante el gobierno de la Concertacion se acentuó los mismos defectos que se le reclama al Gobierno actual, los grandes conglomerados, las grandes cadenas nunca estuvieron mejor, la Pyme y la Clase Medio Nunca estuvo peor, El periodismo Independiente no existía, porque es una Pyme mas, etc
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