La gran meta de Sebastián Piñera era ser Presidente de Chile, no sólo para ocupar el sillón de O’Higgins en La Moneda, sino para llegar a tener el gran poder del que siempre soñó, decisión que tomó después del plebiscito de 1988 cuando ya había iniciado la consolidación de su fortuna con un haber de 50 millones de dólares.
Esta meta significó para el actual mandatario una trayectoria política larga y complicada que combinó con los negocios, tomando en 1976 la ruta correcta para ser millonario, cuando una asesoría en macroeconomía que le prestó al fallecido ex presidente boliviano y ex dictador Hugo Banzer, por la cual obtuvo honorarios por 70.000 dólares, le significó juntar el capital semilla para sus futuros negocios. “Es decir, política y negocios nacieron de la mano para Piñera”.
Todo esto forma parte de una acuciosa investigación periodística que el periodista y escritor Ernesto Carmona plasmó en el libro “Yo, Piñera”, cuya presentación se realizará el próximo viernes 23 de febrero, a las 18:30 horas, en la Feria del Libro de la Plaza de Armas (Local 58 de la Editorial Mare Nostrum).
La investigación se concentra en la trayectoria política del mandatario, exploración que faltaba en el mercado librero, porque casi siempre se ha abordado el tema desde el punto de vista económico. Esta incluye una indagación de los contenidos de su discurso político a lo largo de veinte años, su labor parlamentaria de ocho años como senador-empresario y su antigua obsesión por el sillón de O'Higgins. El proyecto se materializó tras las elecciones (segunda vuelta en enero) por una propuesta que le hizo la directora de la casa editora Mare Nostrum, Maura Brescia.
En entrevista exclusiva con KrohneArchiv, Carmona enfatizó que el discurso político de Piñera es de contenido “elemental”, abordando desde una posición derechista temas como la delincuencia y el crecimiento económico, pero ciertamente ha estado “concentrado en sus objetivos personales empresariales y políticos”, en su afán de la permanente búsqueda del poder y no sólo del sillón” de La Moneda.
Acotó que “no hay nada novedoso en esta aspiración al asiento de La Moneda pues, en lo más íntimo, la comparten todos los protagonistas de la política. Pero en este caso, la meta inicial fue hacerse primero de un capital que le diera sustento a una meteórica carrera política, que una vez cimentada como senador de la República, también favoreciera la otra carrera, la del éxito empresarial en el ámbito financiero y de servicios, no en la producción propiamente tal”.
El autor definió al personaje como “obcecado, pragmático, hiperactivo y exigente con sus colaboradores, buscó siempre jóvenes dóciles, sin agenda propia y muchos fueron quedando en el camino tras pocos años. Digamos que supo sacarle el jugo a la gente de su entorno. Sus ex colaboradores cuentan que rara vez recibieron una felicitación porque lo hicieron bien, pero sufrieron descargas de ira y un breve “adiós” cuando se equivocaron”, explicó Carmona.
En este punto, el escritor destacó que Piñera “posee bastante inteligencia analítica, pero no emocional”.
“Es imposible separar al empresario del político porque en su concepto ambos quehaceres se complementan y pueden cohabitar legítimamente, como lo demostró su renuencia a desprenderse –por lo menos en un plazo éticamente irreprochable– del control de las acciones de LAN y de empresas que tienen un sesgo o impronta de poder político, como la estación Chilevisión y Colo Colo”, dijo.
Porque según Carmona, en los negocios Piñera siempre fue creciendo, y sin ir más lejos, el hecho de haber ganado la Presidencia también se le tradujo en ganancias económica , “cuando el valor en bolsa de sus empresas como Axxion, tenedora de las acciones LAN, aumentó al punto de duplicar su fortuna en pocos días”.
Carmona cita como fuente la encuesta de la revista estadounidense Forbes que valuó su fortuna en 1.000 millones de dólares en febrero de 1999, pero un año después, en la instantánea captada por ese estudio, el 12 de febrero de 2010, creció a 2,2 mil millones.
En el Senado
El autor de “Yo, Piñera” investigó paso a paso los ocho años que el actual mandatario estuvo en el Senado, época en que jamás dejó de lado sus actividades empresariales, aunque esa preocupación no le impidió destacarse como parlamentario.
“Protagonizó los procesos de reforma constitucional, tributaria y laboral, mientras paralelamente tutelaba sus negocios. Todo marchó sobre ruedas hasta que en 1997 lanzó un proyecto para perfeccionar la ley de Oferta Pública de Acciones (OPA). Piñera también exigió en el Senado la modificación del artículo 54 de la Ley de Mercado de Valores, para regular la oferta pública en la adquisición de títulos ante la toma de control de una sociedad anónima abierta e impulsó una comisión investigadora sobre el traspaso –un tanto escandaloso– de la propiedad de las energéticas chilenas Endesa y Enersis a Endesa España”, explicó Ernesto Carmona a KrohneArchiv.
“Sin embargo --continuó el autor-- mientras formulaba sus críticas desde su silla en el Congreso, negoció discretamente con los españoles el traspaso de sus acciones en la empresa Chispas en 3 millones de dólares, un precio mejor al obtenido por los demás accionistas. Como hombre de negocios, Piñera aspiraba a poseer la mayor cantidad de empresas rentables”.
En el curso de estos acontecimientos, Piñera fue acusado de utilizar su condición de senador para sacar ventajas del escandaloso traspaso de acciones a Endesa España mientras la operación estuvo en pleno desarrollo.
“Pienso que esa dualidad político-empresario es éticamente impresentable. Una persona debe dedicarse a lo uno o a lo otro. ‘Se puede caminar y mascar chicle’, pero no se pueden montar dos caballos a la vez, ‘ni servir a dos patrones’. El concepto Piñera de amalgamar política/negocios se refleja ampliamente en la composición de su equipo de gobierno y es fuente de críticas de sus propios aliados RN y UDI”, comentó Carmona.
Piñera como Presidente
Carmona es crítico también con el desempeño del actual gobierno en las seis semanas que lleva tras asumir el 11 de marzo, especialmente en los tiempos actuales de crisis.
El terremoto cambió el cuadro país, ya que en vez de una nación a las puertas del desarrollo y estado miembro de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico), “desvistió ciertos ropajes ficticios para mostrar a un país subdesarrollado, vulnerable, con autoridades incompetentes ante verdaderas emergencias y, sobre todo, una pobreza oculta, de grandes inequidades consolidadas silenciosamente a través de las décadas”, reflexionó Carmona.
“Hay mucho show, casacas rojas bastante ridículas, ruido por TV, pero pocas nueces, dijo. “Me sorprende que su propia estimación de 30.000 millones de dólares iniciales en pérdidas haya sido rebajada a casi a la cuarta parte, a 8.400 millones” dijo en la entrevista de KrohneArchiv el escritor Ernesto Carmona, autor de "Yo, Piñera" que a partir del viernes estará a disposición de los lectores.
Estimado señor,
ResponderBorrarEl libro se veía interesante hasta que usted le hizo la última pregunta sobre el gobierno actual, respuesta que lo encuentro muy liviana considerando el poco tiempo que lleva el gobierno.
atte ... El Seguidor del Guru