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domingo, 19 de septiembre de 2010

Conflicto mapuche: Del pensamiento lineal al pensamiento lateral

¿Por qué el conflicto mapuche se empantana en rencillas que Chile está en capacidad de resolver con una mínima buena voluntad?
Simplemente porque se permanece en trincheras de poder que clausuran las puertas laterales y se deja abierta sólo la puerta de la acción frontal, a la que están dirigidas todas las baterías, las que exigidas en toda su prepotencia podrán aniquilar a ese molesto enemigo, si es que cae en la trampa, que con tanta habilidad le hemos tendido. Entonces no queda más que esperar agazapados y con los dedos en el gatillo.


Por
Hugo Latorre Fuenzalida

Estamos acostumbrados a actuar en base a una lógica lineal. Desde los griegos hasta los romanos, desde Descartes hasta Russel, nuestros estadistas y políticos en general operan con este bagaje mental, ocasionando inconmensurables conflictos que se prolongan en el tiempo.

Europa vivió enredada por centurias en estos líos por territorios, por herencias monárquicas, por sucesiones y por tonteras inexplicables para el hombre, más relativista del siglo XXI, que comenzamos a ser todos nosotros.

Las religiones no lo han hecho mejor: millares de muertos en nombre del “Dios de la vida”, lo que hace ver que el pobre Creador ha debido derivar en un Ser “absconditus”, justamente para no aparecer responsable de estos desaguisados de sus “ministros” (administradores) terrenales.

El problema del pensamiento unidimensional, que aqueja a la humanidad como enfermedad “sacer” (sagrada), es que se acompaña del sentido excluyente propio del pensamiento unilateral. Esta realidad no moderna del pensamiento moderno, de creer en las verdades únicas, y que los postmodernos se están encargando de echar por tierra, claro que con dudoso éxito todavía, es la causante de las instaladas conflictividades que atormentan a este “aprendiz de hechicero” que será el hombre, al parecer, mientras exista. Goethe, en su “Fausto”, en la parte inicial, llamada “Diálogo en el Cielo”, hace decir al Dios: “Mientras el hombre habite la Tierra, yerra.”

Es que el hombre pretende ser un émulo de la Divinidad: el “seréis como Dios”. Esta pretensión infecta el alma de los gobernantes desde siempre. Los viejos déspotas se sintieron inspirados por los dioses (los griegos fueron más discretos); los Césares ya se subieron a las posesiones divinas y los monarcas de Occidente actuaron en nombre de Dios, es decir como sus representantes.

Luego que llega la modernidad, los déspotas se mueven e imperan en nombre de la verdad ideológica, racial y hasta cultural. En fin, en ese juego de absolutos se producen dos guerras mundiales de dimensiones apocalípticas, hasta culminar con ataques atómicos sobre población civil.

Desde entonces, los conflictos no han cesado, pero el mundo ha seguido aplicando una lógica lineal y unidimensional. De hecho la guerra fría se resuelve no por un nuevo enfoque del problema sino por la auto-derrota del sistema más débil. Europa que fue desmantelada de sus imperios y quedó aniquilada por los conflictos de 20 siglos, aprendió desde entonces a vivir en armonía, buscando anular por el “pensamiento lateral” los conflictos nacionales y étnicos más complicados. Ahora opera casi como una sola unidad y las guerras han desaparecido de ese impenitente sepulturero que fue la Europa histórica.

El “deux ex machina” del industrialismo capitalista, hace bajar a Dios hacia el materialismo contruccionista , de la sociedad afanosa que se inicia en el siglo XVIII. Esta nueva divinidad del progreso y lo moderno, viene a cobrar tantas víctimas como los antiguos dioses épicos. Los modernos industrialistas se sienten con el “derecho divino” al pasotismo, es decir a pasar por encima de todo cuanto se oponga o resista sus impulsos y desenfrenos.

Todo el progreso moderno debe seguir una sola dimensión: acumular bienes, consumir bienes y sacrificar tiempo de vida al dios insaciable que, cual Saturno, termina por devorar a sus propios hijos.

No aparece el pensamiento alternativo; ese que permite mirar la vida y los problemas desde otra perspectiva; el pensamiento que da el rodeo, como Ulises ante Escila y Caribdis, como Jesús en su “Dad al César lo que es de César”, como el emperador romano Constantino, que asume el cristianismo como religión oficial y logra de esa manera extender la influencia evitando conflictos; como Deng Siao Ping y su “Poco importa el color del gato, con tal que cace ratones”; o como Gandhi en su viaje hasta el océano para extraer la propia sal. A propósito, el mismo Gandhi dijo una vez: ”En la Tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto para satisfacer la avaricia de algunos”.

Cada uno de ellos impuso una revolución cambiando el eje del conflicto lineal por otro tipo de confrontación: con nuevas armas, con las herramientas inesperadas, esas que producen la inflexión del eje del espíritu.

¿Por qué en el Medio Oriente no se resuelve un problema que se arrastra por décadas?

¿Por qué Chile y Bolivia no son capaces de resolver un tema que impide recorrer caminos de ayuda y cooperación para avanzar a más elevadas exigencias en el desarrollo que requieren ambos países?

¿Por qué el conflicto mapuche se empantana en rencillas que Chile está en capacidad de resolver con una mínima buena voluntad?

Simplemente porque se permanece en trincheras de poder que clausuran las puertas laterales y se deja abierta sólo la puerta de la acción frontal, a la que están dirigidas todas las baterías, las que exigidas en toda su prepotencia podrán aniquilar a ese molesto enemigo, si es que cae en la trampa, que con tanta habilidad le hemos tendido. Entonces no queda más que esperar agazapados y con los dedos en el gatillo.

Hasta ahora los gobiernos han mirado un solo lado del problema, y es el lado del poderoso, sin considerar lo que Plutarco dijo una vez: “La bebida apaga la sed, la comida satisface el hambre; pero el oro no apaga jamás la avaricia”. Los que ya han despojado y se han apropiado, siempre buscan más y más poder y riqueza, sin caer en la cuenta que aquellos despojados un día reaccionarían.

Los saltos cualitativos en las realidades conflictivas, se dan con mirada superior, con astucia y con desafiante fe en el cálculo de las mejores posibilidades. No se trata de ser inocente y poco previsor, pero sí se debe buscar con inteligencia el cambio sustancial del estado de empantanamiento y de desgaste. Llegar a una salida constructiva, alternativa, de esas que inauguran nuevas épocas, nuevas lógicas y nuevos compromisos, exige talento, fe y valor.

Tal vez esos son las cualidades que están ausentes en la política chilena desde hace muchos años.

El rabí Goldman señala: “La usura está condenada en la tradición bíblica, si bien no existe entre nosotros la idea del ascetismo, porque hay que vivir bien la vida, pero no a costa de otros, de pisarle la cabeza a los semejantes. En la tradición judía hay una gran insistencia en la justicia social, lo que llamamos” tsedaká”, que no tiene que ver con la caridad sino con la transformación de una sociedad injusta , en la cual todos puedan vivir acorde con un sentido de dignidad. Hay que lograr una sociedad decente, que es aquella que trata con dignidad a todos.”

sábado, 18 de septiembre de 2010

Brasil: Consolidar la ruptura histórica realizada por el PT

Por Leonardo Boff

Para mí el significado mayor de las elecciones brasileñas (3 de octubre) es consolidar la ruptura que Lula y el PT (Partido de los Trabajadores) han instaurado en la historia política brasilera. Derrotaron a las élites económico-financieras y su brazo ideológico, la gran prensa comercial. Como es sabido, éstas siempre mantuvieron al pueblo al margen de la ciudadanía, en el duro lenguaje de nuestro mayor historiador mulato, Capistrano de Abreu, «capado y recapado, sangrado y resangrado».

Las élites han estado montadas en el poder durante casi 500 años y organizaron el Estado de forma que sus privilegios estuviesen siempre protegidos. Por eso, según datos del Banco Mundial, son las que proporcionalmente más han acumulado en el mundo y se cuentan, política y socialmente, entre las más atrasadas e insensibles. Son veinte mil familias las que controlan más o menos el 46% de toda la riqueza nacional, y el 1% de ellas posee el 44% de todas las tierras. No es extraño que estemos entre los países más desiguales del mundo, lo que equivale a decir, uno de los más injustos y perversos del planeta.

Hasta la victoria de un hijo de la pobreza, Lula, la casa grande (de los patrones) y la senzala (de los esclavos) constituían los goznes que sustentaban el mundo social de las élites. La casa grande no permitía que la senzala descubriese que la riqueza de las élites estaba construida con su trabajo superexplotado, con su sangre, y sus vidas, convertidas en carbón del proceso productivo.

Con hábiles alianzas, barajaban de distintas maneras las cartas para mantener siempre el mismo juego y, graciosos, repetían: «hagamos nosotros la revolución antes de que la haga el pueblo». La revolución consistía en cambiar algo para que todo quedase como antes. De esta manera, abortaban la aparición de otro sujeto histórico de poder, capaz de ocupar la escena e inaugurar un tiempo moderno y menos excluyente. A pesar de ello, contra su voluntad, redes de movimientos sociales de resistencia y de autonomía irrumpieron, y ese poder social se canalizó en poder político hasta conquistar el poder del Estado.

Escándalo de escándalos para las mentes sumisas y alineadas con los poderes mundiales: un obrero, «superviviente de la gran tribulación», representante de la cultura popular, un no educado académicamente en la escuela de los faraones, llega al poder central y devuelve al pueblo el sentimiento de dignidad, de fuerza histórica y de ser sujeto de una democracia republicana, en la que «la cosa pública», lo social, la vida maltratada del pueblo ha ganado centralidad.

En la línea de Gandhi, Lula anunció: «no vine para administrar, vine para cuidar; una empresa la administro, un pueblo vivo y sufrido lo cuido”. Lenguaje inaudito e instaurador de un nuevo tiempo en la política brasilera. «Hambre Cero», después «Bolsa Familia», «Crédito consignado», «Luz para todos», «Mi Casa, mi Vida», «Agricultura familiar», «Prouni», «Escuelas profesionales», entre otras iniciativas sociales, permitieron que la sociedad de los despojados conociese lo que las élites económico-financieras nunca les permitieron: un salto de cualidad. Millones pasaron de la miseria sufrida a la pobreza digna y laboriosa, y de la pobreza a la clase media. Toda la sociedad se movilizó para mejor.

Pero esta derrota inflingida a las élites excluyentes y anti-pueblo, debe ser consolidada en esta elección por una victoria convincente, para que se configure un «no retorno definitivo» y aquellas pierdan la vergüenza de sentirse pueblo brasilero así como es y no como les gustaría que fuese. Terminó el largo amanecer.

Hubo tres miradas sobre Brasil. Primero, fue visto a partir de la playa: los indios asistiendo a la invasión de sus tierras. Segundo, fue visto a partir de las carabelas: los portugueses «descubriendo/encubriendo» Brasil. Tercero, Brasil osó verse a sí mismo y ahí comenzó la invención de la república mestiza étnica y culturalmente que somos hoy. Brasil hizo frente además a cuatro duras invasiones: la colonización que diezmó a los indígenas e introdujo la esclavitud; la venida de los pueblos nuevos, los emigrantes europeos, que substituyeron a indios y esclavos; la industrialización conservadora de substitución de los años 30 del siglo pasado, que creó un vigoroso mercado interno; y, por fin, la globalización económico-financiera, insertándonos como socios menores.

Ante esta historia tortuosa, Brasil enfrentó estas visiones e intromisiones, consiguiendo saltar por encima y aprender de sus desgracias. Ahora está recogiendo los frutos.

Urge derrotar a las fuerzas reaccionarias que se esconden detrás del candidato de la oposición. No juzgo a la persona, eso es cosa de Dios, sino lo que representa como actor social. Celso Furtado, nuestro mejor pensador en economía, murió dejando una advertencia, título de su libro: La construcción interrumpida (1993): «Se trata de saber si tenemos un futuro como nación que cuenta en el devenir humano o si prevalecerán las fuerzas que se empeñan en interrumpir nuestro proceso histórico de formación de un Estado-nación» (p. 35). Éstas no pueden prevalecer. Estamos en capacidad de completar la construcción de Brasil, derrotándolas con Lula y con las fuerzas que realizarán el sueño de Celso Furtado y nuestro.

Página Editorial Latinoamericana

Diario El Mercurio de Santiago de Chile
Tarea pendiente en el Bicentenario

Al cumplirse dos siglos del acto que dio comienzo al proceso político que habría de concluir, ocho años después, en la independencia de Chile de la monarquía española, es indispensable hacer un balance de las realizaciones de la República y, sin perjuicio de una natural satisfacción por los numerosos logros alcanzados, esbozar también un diagnóstico de las deficiencias que exhibe el funcionamiento de sus instituciones y que el tercer siglo republicano debería procurar corregir.

Unos años antes de 1910, un destacado político aludió —con palabras que se hicieron célebres— al malestar que él advertía en la sociedad chilena. Cien años después abundan también las expresiones de malestar. Se han logrado, sin duda, notables avances en todo orden de cosas, en especial en los campos económico y social, pero hay ámbitos en que las inercias son de tal magnitud —salud y educación, por ejemplo— que los remedios tienen un costo político que por momentos parece casi imposible de abordar.

“El Mercurio”, nacido sólo nueve años después de haberse declarado solemnemente la independencia de Chile, ha servido de vehículo para el libre intercambio de opiniones y de observador privilegiado del desenvolvimiento de nuestra patria. Por tal motivo, sus columnas, además de celebrar como es legítimo, creen necesario plantear en este día una reflexión sobre un básico problema institucional. Y puede ayudar a iniciarla una revisión de lo que en estos 200 años ha sido la vida institucional del país.

Desplazado el régimen monárquico, durante el decenio de 1820 Chile experimentó con variadas fórmulas de inspiración liberal que resultaron inviables. Con la Constitución de 1833, el Presidente de la República fue revestido de poderes similares, si no mayores, a los que tenía el antiguo gobernador del reino en el medio siglo final de la monarquía. Eficaz para asegurar los pasos iniciales de la República, ese modelo empezó a ser resistido por los sectores políticos. Mediante la incorporación de diversas prácticas, el país derivó hacia formas parlamentarias de gobierno, lo que se hizo muy perceptible en el gobierno de José Joaquín Pérez. Pero ese parlamentarismo en ciernes estaba limitado por la Carta de 1833, y en ella se atrincheró el Presidente Balmaceda para oponerse a una evolución a la cual él mismo había contribuido.

La revolución de 1891, triunfo de las ideas parlamentarias, no se tradujo en las obvias reformas constitucionales que le hubieran dado eficacia a esa forma de gobierno. Y esa incapacidad llevó al movimiento militar de 1924 y a una nueva Carta Fundamental al año siguiente, que creyó encontrar la solución en un reforzamiento del poder del Ejecutivo.

Frente a un Presidente dotado de amplísimas facultades, los partidos políticos se convirtieron en instrumentos de presión sobre aquél. El sistema proporcional, al impedir la formación de grandes mayorías, obligó al Presidente a negociar permanentemente con los partidos, en especial con aquellos que lo apoyaban, para lo cual la moneda de cambio fue el acceso a los cargos de la administración del Estado. Los partidos, a su vez, se sirvieron de la función legislativa para satisfacer las exigencias de sus adherentes con los fondos fiscales. Esto impidió un manejo hacendístico razonable y anuló la posibilidad de despachar proyectos de ley de buena factura. La legislación de la época, abundantísima, era caótica y contradictoria, lo que llevó incluso a aceptar la delegación de facultades —un sorprendente reconocimiento del Congreso de su incapacidad para elaborar normas aceptables.

La radicalización ideológica, justificada por sus mentores en la incapacidad del sistema democrático para resolver los acuciantes problemas económicos y sociales, dio origen a proyectos reformistas que, catalogados como “intransables”, fueron impuestos a determinados sectores sociales con costos jamás medidos. Esa tendencia, acentuada a partir de 1970 con el sometimiento al modelo marxista, pero con un programa llevado a cabo dentro de la institucionalidad vigente, demostró la inoperancia de las herramientas constitucionales frente al avasallador poder presidencial.

Cabía suponer que después de tal experiencia, cualquier nuevo marco institucional sería particularmente cuidadoso en el diseño de los equilibrios dentro del sistema político. Pero eso no ocurrió: echando mano a nuestra tradición presidencialista, la carta de 1980 aumentó aún más la preponderancia del Ejecutivo.

Pero lo más notable es que las numerosísimas reformas recibidas por la Constitución desde antes de la restauración del régimen democrático evitaron, con singular cuidado, tocar siquiera al Presidente de la República. Como las modificaciones a la Constitución de 1980 la han aproximado cada vez más a la de 1925, Chile cuenta hoy con un arreglo institucional que ya probó sus evidentes limitaciones.

A un aparato público marcado por algunos reveladores signos de corrupción a los que no estábamos habituados, se agregan en la actualidad el desprestigio de la función parlamentaria, una legislación no pocas veces deplorable, la permanente improvisación normativa y los efectos no deseados que surgen de leyes mal estudiadas. En una suerte de singular involución, el país bien podría enfrentarse a un cuadro institucional que no se merece, por el que ya pasó hace 30 o 40 años.

Con casi dos siglos de vida republicana, Chile no muestra hoy un marco institucional suficientemente coherente. Urge, en consecuencia, ordenar las prioridades del país y enfrentar y resolver la que parece encabezarlas: la relación entre el Presidente y el Congreso.

Luego de las gravísimas fracturas políticas y de la convivencia en el extinto Estado de Derecho de los años 70, hoy podemos felizmente enorgullecernos de variadas evidencias de modernización. En cierto sentido, el país marcha a la vanguardia de aspectos renovadores clave que urgen en toda la región latinoamericana, y el ojo de los extranjeros, en general, es más elogioso que nuestro espíritu autocrítico. Sin embargo, estas satisfacciones que nos depara nuestra marcha hacia el desarrollo y la modernización no deben hacernos olvidar que aún no conseguimos superar la pobreza dura, ni que nuestras fallas institucionales y de funcionamiento del Estado pueden afectar

Diario La Tercera de Santiago de Chile
Chile celebra el Bicentenario y enfrenta un futuro promisorio

Chile entra hoy en su tercer siglo de vida independiente con un ánimo festivo y con una mirada optimista ante lo que viene.

Hoy,  18 de septiembre de 2010, Chile celebra 200 años de la constitución de la Primera Junta de Gobierno el 18 de septiembre de 1810, hito que inició el proceso que condujo a la independencia nacional. Todo el país se dispone a celebrar con entusiasmo y alegría este significativo aniversario patrio, que encuentra a nuestra nación en una situación de estabilidad y progreso como pocas veces ha tenido en su historia. Esta es la oportunidad propicia para mirar nuestro pasado, recordando y rindiendo homenaje a todos quienes han contribuido con su esfuerzo, su creatividad y también su sacrificio, incluso con la entrega de su propia vida, a construir la patria que nos es común. También, de observar nuestro presente y valorar nuestra identidad y todo el legado que la identifica y enriquece. Y, por supuesto, la ocasión para aventurar nuestro futuro y las metas que Chile debe alcanzar en las próximas décadas.

Para cualquier institución humana es un desafío enorme superar 200 años de vida. No lo es menos, por supuesto, para un país como el nuestro, donde las condiciones objetivas que existían no eran las más favorables para asegurar su consolidación como Estado. Se trataba de un territorio alejado y cuyas características hacían difícil el poblamiento y las comunicaciones, con recursos escasos en comparación a otras naciones. Probablemente, estas dificultades ayudaron a definir uno de los sellos distintivos de nuestro carácter nacional, cual es la capacidad de enfrentar condiciones adversas y superarlas gracias al esfuerzo y la solidaridad de sus habitantes. Lo vivido este año a propósito del terremoto del 27 de febrero ha sido, en buena medida, un reflejo de múltiples situaciones difíciles que Chile ha debido enfrentar para salir adelante, al igual que el episodio de los 33 mineros atrapados en Atacama.

Asimismo, otro rasgo distintivo desde los primeros años de vida independiente fue la consolidación de la noción de Estado como base esencial de nuestra vida republicana, generando así una solidez institucional que siempre ha sido valorada dentro y fuera del país. La ciudadanía ha apoyado siempre la existencia de una autoridad impersonal y respetada, la vigencia de la ley y el amparo a las personas y sus derechos. Por eso, los momentos más difíciles que el país ha vivido son precisamente aquellos en que los conflictos internos pusieron en peligro estos elementos esenciales para la paz social y para el progreso. Esas experiencias, duras y dolorosas para el alma nacional, nos han enseñado la importancia de preservar los consensos fundamentales que permiten la sana convivencia y la integración de todos los habitantes en forma armónica y colaborativa al desarrollo del país.

Esa integración es un valor que el país debe mantener y profundizar, porque ha permitido que nuestra nacionalidad se haya nutrido de distintas vertientes y haya recibido el aporte de pueblos indígenas, de quienes vinieron a conquistar y colonizar el territorio, y de todos quienes han inmigrado para formar parte de una sola nación.

En las últimas décadas, nuestra sociedad ha logrado construir instituciones y aplicar políticas económicas y sociales que le permiten hoy gozar de estabilidad política y de condiciones de desarrollo económico como pocas veces conoció, recuperando una porción de la ventaja que cedió frente a las naciones más desarrolladas durante el transcurso del siglo XX. Uno de los avances más relevantes en este período ha sido que una parte significativa de quienes sufrían la pobreza ha superado esa condición, generándose al mismo tiempo condiciones de vida más dignas para el grueso de la población. Ninguna democracia puede aspirar a la madurez si no logra brindar condiciones mínimas de dignidad y de oportunidades para todos los que viven bajo ella. De la misma manera, luego de décadas de exacerbada confrontación política, el país ha logrado paz social y consolidar una democracia que ha superado sus pruebas más difíciles, entre ellas la reciente alternancia en el poder y que cierra un ciclo del que todos los sectores deben sentirse legítimamente orgullosos.

Estos avances colocan a Chile en una posición expectante ante el futuro y de cara a la posibilidad de alcanzar definitivamente el desarrollo. Sin embargo, el país tiene problemas que debe enfrentar con decisión para no desperdiciar esta oportunidad, tal como ocurrió en otros momentos de nuestra historia. Por una parte, que exista todavía una gran cantidad de chilenos que vive en la miseria o en situación de pobreza es una realidad que debe ser superada, no sólo a través de políticas que los asistan, sino generando oportunidades que les permitan salir de ella y no depender de la ayuda estatal. Nuestra sociedad debe lograr que cada chileno sienta que su futuro depende de sus capacidades y de su esfuerzo, y que no se encuentra condicionado por limitaciones económicas o de otro tipo. En esto debe jugar un papel importante una mejoría en la calidad de la educación, que ha sido largamente postergada y que no puede seguir esperando más.

En ningún caso nuestro país debe caer en la tentación de considerar asegurado su desarrollo, asignando a bonanzas pasajeras la posibilidad de contar con un bienestar económico y social que la historia demuestra que sólo puede ser alcanzado si se mantienen la disciplina institucional, el sentido del trabajo y la responsabilidad solidaria.

Chile entra hoy en su tercer siglo de vida con esperanza y optimismo sobre su futuro, lo que hace de esta fecha un hito en su historia y un motivo de justa celebración a lo largo de todo el territorio nacional.

Imposibilidad del Gobierno de parar huelga de hambre mapuche ensombreció festejos del Bicentenario

El Gobierno chileno no pudo resolver la huelga de hambre que realiza desde hace 69 días un grupo de 34 mapuches procesados por actos terroristas y agitaciones públicas y que demanda una reforma de la Ley Antiterrorista, además de exigir que sus procesos sean tramitados en el futuro por tribunales civiles y no militares, como ocurre en la actualidad.

Todos los esfuerzos que se hicieron quedaron a medio camino, situación que ensombreció parcialmente la celebración del bicentenario de Chile que el gobierno efectuó  hoy con el tradicional Te Deum Ecuménico en la Catedral Metropolitana y luego en ceremonias formales y oficiales en la Plaza de Armas de Santiago, en el Palacio de Bellas Artes y también en el Palacio de La Moneda, sede del Gobierno.

Todos estos actos fueron presididos por el Presidente Sebastián Piñera, con participación de todos los integrantes del Gabinete, altos personeros nacionales y con invitados especiales como los presidentes Evo Morales de Bolivia, Fernando Lugo de Paraguay, Cristina Fernández de Kirchner de Argentina y José Mujica de Uruguay.

Al finalizar el Te Deum, Morales manifestó su confianza de que estaba “seguro que habría un buen resultado para los hermanos mapuches”

“Es parte de los gobiernos democráticos resolver las legislaciones heredadas de los regímenes militares, como la Ley Antiterrorista que es aplicada a los casos de los presos mapuches que están en huelga de hambre y que permite el doble procesamiento por tribunales civiles y militares”

Lugo, por su parte, declaró que tenemos que “revisar el pasado, las deudas y proyectar un futuro con más equidad, justicia, integridad e inclusión, especialmente a esos pueblos que fueron históricamente olvidados".

En horas de la tarde de hoy, al grupo de tres mapuches huelguistas que están en situación crítica de salud se agregó uno más, Luis Menares, quien fue trasladado a un servicio médico de urgencia como consecuencia de una grave descomposición. Los otros tres son José Huenuche, Jonathan Huillical y Ramón Llanquileo.

En la Catedral, Piñera dijo que “"No hay que confundir a los pueblos originarios con 34 comuneros que tomaron el camino equivocado" (huelga de hambre), marcando una clara diferencia entre los huelguistas y otros miembros de los mapuches. Un día antes, el mandatario chileno había anunciado la creación de una mesa de diálogo con el pueblo mapuche.

En su discurso, Piñera señaló que “hay más de un millón de chilenas y chilenos que se identifican con el pueblo mapuche y con otros pueblos originarios y la inmensa mayoría de estos está celebrando el Bicentenario (...) y creo que la inmensa mayoría de los chilenos comparte que el país se construye con unidad y trabajo".

Saludo del Secretario General de la ONU

Todo esto ocurría cuando en Santiago se recibió el saludo especial del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, por el bicentenario, en el cual dijo que esperaba que esta celebración fuera “"una oportunidad para fortalecer los logros alcanzados en cuanto a la consolidación de la democracia, de los derechos humanos y el cumplimiento de los Objetivos del Milenio".

En ese sentido, el alto funcionario internacional destacó que las metas hayan sido alcanzadas casi en su totalidad en el país, incluidos los ocho puntos declarados el año 2000 y por medio de los cuales se busca poner fin a la mortalidad infantil, a la pobreza extrema, y al Sida, entre otros tópicos.

En dirección al diálogo
El Te Deum Ecuménico del Bicentenario estuvo fuertemente marcado por la rememoración de los hechos que siguieron a la conformación de la primera Junta Nacional de Gobierno el 18 de septiembre de 1810 y a la situación que hoy afecta al país.

El cardenal Arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, en su homilía,  emplazó a los 34 mapuches en ayuno hace 69 días y a las autoridades a "reestablecer las confianzas imprescindibles", de modo de poner punto final a la presión e iniciar un "diálogo generoso y visionario". "Nos preocupa la huelga de hambre de nuestros hermanos mapuches, que puede dejar en ellos daños irreparables", advirtió durante su alocución.

Por su parte, el arzobispo de Concepción, monseñor Ricardo Ezzati, destacó la propuesta de mesa de diálogo hecha por el Ejecutivo para solucionar los problemas de fondo que afectan a las comunidades indígenas. El prelado hizo esta declaración en el marco del Te Deum realizado también hoy en la catedral de Concepción.

"No podemos sino alegrarnos y aplaudir el anuncio presidencial hecho al mediodía de ayer. Quiera Dios que la mesa de diálogo anunciada y que se constituirá una vez terminada la fiesta del bicentenario, haga eficaz esa voluntad de reencuentro que todos anhelamos", indicó Ezzati.

La OEA

El secretario Genertal de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, emplazó al Gobierno a reconocer constitucionalmente a los pueblos indígenas. Dijo que la voluntad de reivindicar las etnias sería un primer paso importante para poner fin a conflictos ancestrales.

Invitado a los actos del Bicentenario en Santiago, declaró: "Muchos países de América tienen en sus Constituciones un reconocimiento de la existencia y presencia de los pueblos indígenas. Eso sería un comienzo", sostuvo Insulza.

Recordó que en los gobiernos de la Concertación se intentó incluir esta materia en la última reforma a la Constitución "y no se obtuvo", por lo que ahora "es el momento de hacer un llamado para que todos juntos reconozcamos la existencia de los pueblos indígenas de Chile".

Según el secretario general, se debe comprender que detrás de la crisis indígena "hay fenómenos de atraso y deuda histórica" y pidió "tratar de salir todos juntos al paso porque el peor camino que se puede adoptar es empezar a decir quién tuvo la culpa, quien no lo hizo o quien no aprobó determinado acuerdo".
 
La violencia mapuche continúa

Mientras tanto continuaron las acciones violentas de protesta de parte de los mapuches en contra del Gobierno y los sectores privados o religiosos, con la toma de un fundo de la Iglesia en la Región  de la Araucanía. Se trata de mapuches de la comunidad Llofue, quienes ingresaron al fundo Santa Lucía y que actualmente está en manos de la familia Prizkie en una superficie de 60 hectáreas, mientras que otras 10 pertenecen a la Iglesia Católica,  la que instaló allí el Seminario San Javier.

Los mapuches movilizados coincidieron en señalar que no depondrán la movilización mientras no les restituyan la totalidad de las tierras que reclaman, por lo que no se descartaba el desalojo.

En este contexto, el obispo de Temuco, monseñor Manuel Camilo Vial, junto con destacar los avances que significará la instalación de una mesa de diálogo a partir de la próxima semana, dijo que "también es necesario, con la misma fuerza, repudiar los actos de violencia provocado por exposición pública".

"Tenemos que detener el proceso de acostumbramiento de la sociedad a la violencia y a su aprovechamiento sistemático, por parte de otros actores ajenos a nuestra realidad", declaró.

Ex presidenta Bachelet

La ex presidenta Michelle Bachelet cuestionó hoy, tras asistir al Te Deum Ecuménico, el período de conversaciones que tendrá la mesa de diálogo propuesta por el gobierno para mejorar la calidad de vida de los mapuches, pues no entrega soluciones en el corto plazo para finalizar la huelga de hambre de 34 comuneros de este pueblo originario.

"Creo que la mesa de diálogo es muy importante, pero esta mesa, que tiene plazo hasta diciembre, no va a resolver el conflicto contingente (...). Esa mesa debería tener otro plazo a la brevedad para ir en apoyo de la solución del problema de la huelga de hambre", dijo la ex Mandataria, que viajó hoy a Nueva York para asumir como secretaria adjunta de la ONU-Mujeres.

Pueblos indígenas e institucionalidad en Chile

Por Jorge Contesse (*)
Ciper

El último 15 de septiembre se cumplió un año de la entrada en vigencia del Convenio 169 de la OIT, que tras dos décadas de debate reconoció a los pueblos indígenas como titulares de derechos colectivos. Entre ellos, el derecho a ser consultados antes de tomar cualquier decisión que los afecte. Pero el mismo día, Ministerio de Planificación de Chile (Mideplan) limitó ese deber de consulta. El director del Centro de Derechos Humanos de la UDP explica cómo por decreto se pasó a llevar un convenio internacional y cómo eso puede transformar en un nuevo foco de conflicto entre el Estado y los pueblos indígenas.

A fines de agosto de 2010, la Contraloría rechazó un decreto del Ministerio de Educación que regulaba el ejercicio de la función docente de los profesores de lengua indígena. ¿La razón? Se había adoptado sin consulta a los pueblos indígenas y, por lo mismo, en contravención a las normas que obligan a los órganos del Estado a llevar adelante las políticas públicas y las medidas que tienen relación con los pueblos indígenas, contenido esencialmente en el Convenio 169 de la OIT, vigente en Chile desde septiembre de 2009.

El Convenio 169, que establece una serie de derechos a favor de los pueblos indígenas, fue adoptado a fines de los años ochenta. Es el instrumento internacional vinculante de mayor relevancia producido por la comunidad de naciones, en tanto reconoce que los pueblos indígenas son titulares de derechos colectivos y que los Estados tienen la obligación de respetar y promover esos derechos. La ratificación por parte de Chile del Convenio 169 fue, durante dos décadas, una de las principales demandas que impulsaron los pueblos indígenas y se logró, no sin problemas, en 2008.

Lo primero que hace el Convenio es cambiar el paradigma de entendimiento entre los Estados y los indígenas. Así, reemplaza la noción según la cual los pueblos originarios son nada más personas que viven en situación desmejorada, “los más pobres entre los pobres”, y que por tanto la manera de “ayudarlos” es mediante su integración a la sociedad mayor. El Convenio acoge la idea que son los pueblos, no la suma de personas indígenas, los titulares de los derechos (a ser consultados, a participar políticamente, a administrar los recursos naturales, mantener su cultura, entre otros). En pocas palabras, pasa de una relación paternalista entre el Estado y los indígenas a una que podríamos llamar “democrática”.

El principal botón de muestra de esta nueva manera de relacionarse es el derecho a la consulta previa, consistente en que cada vez que se prevea alguna medida que pueda afectar a un pueblo indígena, se le debe consultar. Y esta consulta se tiene que hacer de buena fe, mediante procedimientos adecuados y a través de las instituciones representativas del pueblo en cuestión. Ello supone un cambio nada menor a la forma como hasta ahora se han implementado las políticas indígenas: desde el centro, según el entendimiento de “expertos” y sin que los afectados tengan real posibilidad de opinar al respecto.

¿Qué ha pasado en nuestro país? El mismo día que entró en vigencia el Convenio, Mideplan publicó un decreto que busca regular las instancias de consulta y participación de los pueblos indígenas. El objetivo es comprensible: se inserta, de un momento a otro, una norma jurídica que nadie conoce muy bien y que obliga a funcionarios públicos a hacer cosas –consultar– que hasta entonces solían no hacer. Por ello, es natural que se quiera detallar la manera como llevar adelante las consultas: ¿a quién preguntar?, ¿por qué medios?, ¿con algún plazo?

Pero ocurre que esta reglamentación vino a confirmar las suspicacias de algunos sectores en torno al real compromiso del Estado de Chile por honrar su palabra internacional. Y es que el decreto de Mideplan lo que hace en rigor es limitar el alcance del Convenio y ponerse en tensión con las obligaciones jurídicas que Chile libre y soberanamente contrajo.

Veamos. Mientras el Convenio señala que la consulta debe hacerse “cada vez” que se prevean medidas legislativas o administrativas que puedan afectar a los pueblos indígenas, el decreto limita la consulta a “determinadas medidas”. No sólo eso: se debe consultar con independencia del organismo de la Administración (o el Parlamento) de que se trate. Pero el decreto de Mideplan dispone una lista de órganos específicos que serán responsables de consultar.

Aquí llama la atención que se excluya expresamente de la consulta al órgano que probablemente mayor interacción tiene con las comunidades indígenas: los municipios. Dejar fuera a los gobiernos locales del deber de consultar previamente es una manera nada elegante de deshacer la obligación internacional que tiene Chile.

Y, por último, aunque los ejemplos siguen, el decreto de Mideplan señala, respecto de uno de los temas más sensibles para los pueblos indígenas, que los proyectos de inversión se someterán a los procedimientos de consulta “que se contemplan en las respectivas normativas sectoriales” en circunstancias que esas normativas se caracterizan ¡por no tener procedimientos de consulta! Y entonces Mideplan da la posibilidad para que, si el órgano estatal lo desea, someta de todos modos ese proyecto de inversión a la consulta regulada en su decreto, en cuyo caso ésta “deberá quedar concluida en un plazo máximo de noventa días”. El Convenio no establece plazos, y la experiencia comparada demuestra que las consultas pueden tardar desde un par de meses hasta varios años.

Cuando la ex ministra de Mideplan, Paula Quintana, se sumó al mea culpa de algunos líderes de la Concertación por la aplicación de la ley antiterrorista a dirigentes mapuche, hizo bien. Sin embargo, bajo su competencia no caía este tipo de decisiones, pues ellas son resorte de la Subsecretaría y del Ministerio del Interior, no de Mideplan. Sí es, en cambio, de su entera responsabilidad el haber dictado un decreto que se aparta de las obligaciones del Convenio 169 y que, más importante, será terreno fértil para nuevos focos de conflicto en la ya trizada relación del Estado chileno con los pueblos indígenas.

¿Habrá alguien dispuesto a tomarse estos derechos en serio?

(*) Es director del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Renunció ministra de la Presidencia de Brasil acusada de corrupción

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva perdió hoy a una de sus más cercanas colaboradoras, la ministra de la Presidencia Ernenice Guerra, quien sustituyó en el cargo a la actual candidata presidencial oficialista Dilma Rousseff (en la foto abajo con el presidente Lula), faltando sólo 17 días para las elecciones presidenciales.

Guerra fue acusada de un caso de corrupción que la obligó a prtesentar su renuncia para evitar que se perjudicara la candidatura de Rousseff.

La dimisión fue anunciada por el portavoz de Lula, Marcelo Baumbach, y fue el corolario de una semana de denuncias de tráfico de influencias en el seno del poder.

Desde hace varios días, la prensa local ha ventilado supuestas irregularidades en las que estaría implicado Israel Guerra, hijo de la ministra, quien actuaría como intermediario en la concesión de créditos oficiales o la adjudicación de contratos con el Estado. El primer medio en destapar el escándalo fue el diario O Estado Sao Paulo.

La última de las denuncias fue publicada hoy por el diario Folha de Sao Paulo, que fue más allá e involucró a Guerra en unas maniobras que al parecer habría hecho su hijo para que una empresa obtuviera un millonario préstamo del estatal Banco de Desarrollo Económico y Social (BNDES).

En una carta dirigida a Lula en la que comunicó su "renuncia irrevocable" al cargo, Guerra se dijo víctima de una "implacable campaña" de "difamaciones" al calor de la disputa electoral.

"El único objetivo" de las denuncias, según Guerra, es "crear en forma artificial un clima de escándalo" que afecte al Gobierno y a la campaña de Rousseff para las elecciones del próximo 3 de octubre.

"No conocen límites", sostuvo en la carta, en la cual apuntó que "las pasiones electorales no pueden justificar ese vale todo".

La renuncia de Guerra había sido exigida horas antes por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que postula para la presidencia a José Serra, a quien los sondeos le adjudican el respaldo del 27% del electorado, contra el 51% que le atribuyen a Rousseff.

Fujimori comienza lucha por la libertad - Acudirá al Tribunal Constitucional


La defensa del ex presidente Alberto Fujimori acudirá al Tribunal Constitucional (TC) para que se deje sin efecto su condena a 25 años de prisión por los homicidios producidos en los casos Barrios Altos y La Cantuta y el secuestro del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer.

Fujimori tomó esta decisión debido a que la Cuarta Sala Penal para Reos en Cárcel rechazó su pedido para anular la ratificación de su pena de 25 años de prisión por presuntas violaciones a los derechos humanos durante su gobierno.

El tribunal desestimó la apelación presentada por la defensa de Fujimori contra la decisión de la jueza Cecilia Pollack, quien rechazó el hábeas corpus que presentó para dejar sin efecto la ratificación de la mencionada condena.

En dicho recurso, la defensa legal del ex jefe de Estado cuestionaba la decisión de la Corte Suprema de desestimar su pedido para que se revisara la resolución judicial que rechazó una recusación que plantearon contra los jueces supremos que revisarían la condena.

En abril del año pasado, Fujimori fue condenado luego de un prolongado juicio público donde se determinó que los delitos fueron ejecutados por agentes públicos del Estado, miembros del Grupo Colina y que a las víctimas se les atribuyó una vinculación con Sendero Luminoso.

"No existió una voluntad institucional de esclarecimiento sobre los crímenes de violación de los derechos humanos, la respuesta fue lamentable y obstaculizadora, (pues) fueron al objetivo de negar los hechos y no contribuir a esclarecer los hechos", subrayó la resolución que lo condenó, informó el diario Expreso de Lima.

Fujimori fue presidente del Perú entre 1990 y 2000.





El Bicentenario de Chile - Una reflexión

Por Krohne Archiv



Las efemérides son momentos de gran importancia para la vida de las personas, de las comunidades y de las naciones. Recordar un hecho especial permite volver simbólicamente al pasado y analizarlo en sus múltiples dimensiones y consecuencias a través del tiempo.

El sábado 18 de Septiembre de 2010 se conmemoran 200 años de la Primera Junta Nacional de Gobierno de Chile, aunque la verdadera independencia ocurrió el 5 de abril de 1818 tras la batalla de Maipú cuando el general San Martín derrotó a Mariano Osorio, militar español y gobernador del Reino de Chile.

Esta efemérides debe conducir a la reflexión, no sólo sobre lo ocurrido en 1810 y los años posteriores, sino de todo el período hasta ahora y, de cómo se proyecta nuestro futuro.

Si se hace una reflexión es siempre complicado por el temor a caer en distintas opiniones y tendencias de cómo se habría podido hacer mejor las cosas. La mayor parte de los avances están ligados al modelo económico, político y social que la mayoría de los chilenos han construido y validado consciente o inconscientemente en las dos últimas décadas.

Sin embargo, todavía no existe una visión más profunda y crítica de los actores sociales, salvo situaciones particulares y menos un movimiento social articulado, que promueva una reflexión más inquisidora y permita aprovechar en su sentido más amplio el Bicentenario. Se debe plantear que esta tarea es responsabilidad de todos, pero primordialmente lo es de quienes impulsan el Bicentenario desde el ejecutivo, de las universidades, de los partidos políticos, de las organizaciones sociales de todo tipo y de las familias.

El primer centenario de Chile fue concebido con mucha anticipación desde el Gobierno del Presidente Balmaceda. Sin embargo la Guerra Civil de 1891 y sus secuelas alteraron el curso de los acontecimientos instaurándose en Chile una república de corte parlamentario, siendo los principales hacendados, los dueños de la minería y de la banca quienes administraron sin contrapeso los destinos del país hasta la década de los años 20, en que Chile vuelve a un sistema presidencialista y con una participación más amplia de la sociedad, especialmente de los sectores medios urbanos.

Por lo tanto, el sello de la conmemoración del primer centenario fue esencialmente elitista y marcado por la construcción de obras como la Biblioteca Nacional y el Museo de Bellas Artes, que enaltecieron la visión de un Chile moderno. Fue una celebración que acercó a la clase alta y dirigente, pero con escasa participación popular. No obstante Chile dio una imagen de lo que quería representar y ser.

El segundo centenario de Chile, este Bicentenario que comenzamos a celebrar hoy, debe provocar a todos una profunda reflexión sobre nuestra realidad como nación independiente y nuestros desafíos, para dejar huellas en la memoria de nuestros sueños y utopías en un contexto de fiesta que sea celebrada por todos, y que nos permita además revisar profundamente nuestros valores.

Para el cronista Angel Cabeza, a lo menos existen cuatro claves que deben considerarse para que el Bicentenario cumpla su función como hito conmemorativo y simbólico del proceso histórico de formación de Chile. Estas claves son: 1.- El significado de la gesta de la independencia; 2.- El reconocimiento de la diversidad cultural de Chile; 3.- La fiesta ciudadana y los hitos conmemorativos como mensaje a los chilenos del futuro; y 4.- Una propuesta de integración con América y los países vecinos que reencarne el ideario de la Independencia.

En esta ocasión, lo más importantes es discutir los valores que queremos promover de aquí hacia adelante.

La libertad y la autodeterminación son dos de los principales, pero también los que son vitales para la convivencia nacional como la justicia, la democracia, el respeto a la diversidad, a las creencias religiosas, a los derechos humanos y el cuidado del medio ambiente.

El significado de la independencia es una de las claves que deben analizarse y discutirse de la manera más amplia y es la mejor forma de rendir tributo a quienes se levantaron en nombre de la libertad y la autodeterminación de las futuras naciones de América. Recordar su ideario puede dar nuevas luces que guíen los destinos de los países que ayudaron a crear y resolver las contradicciones que todavía nos agobian.

Esta celebración debe permitir además una respetuosa discusión sobre la desigualdad y cómo combatirla. Pero la celebración debe ser también un acto de reencuentro y de fiesta ciudadana en cada rincón familiar. A diferencia de las festividades del centenario, nuestra celebración debe ser popular, de todos los habitantes, de toda la sociedad sin exclusiones.

El secreto desastre de las cárceles para jóvenes


Por Juan Andrés Guzmán
CIPER.

Hace sólo dos semanas el ministro de Justicia, Felipe Bulnes, dio a conocer información que las anteriores administraciones consideraban secreta. Son los informes hechos por una docena de comisiones supervisoras que visitaron en junio pasado los centros donde son sancionados los adolescentes chilenos que han cometido delitos. El panorama que muestran es desalentador y su publicación debería haber encendido un debate sobre por qué el Chile del bicentenario no cumple las normas internacionales de trato a los jóvenes. Aquí, Francisco Estrada, director del Sename, da algunas luces sobre el problema de fondo. Dice que encontró el servicio que hoy dirige cooptado políticamente, con un gran desorden de recursos y con varias sorpresas desagradables. Entre ellas, un sumario por el suicidio de un joven interno que no sancionó a nadie porque misteriosamente se perdió cuatro años.

En junio pasado una comisión de siete expertos visitó el centro de Internación Provisoria de Cholchol. Allí cumplen su condena 121 jóvenes menores de 18. La comisión determinó que los baños y los talleres eran indignos y que las habitaciones “donde viven la mayor parte del día son denigrantes. Las mínimas necesidades no están cubiertas”. En Cholchol, ubicado al norte de Temuco, llueve 450 mm al año y el agua se filtra por todas partes. Los jóvenes condenados deben dormir en colchones que están “permanentemente mojados” y en dependencias sin calefacción.

Los siete visitadores intentaron con su informe que las autoridades recobraran el sentido común: “No por el hecho de haber cometido delitos resulta correcto impedirles acceso a calefacción. Se trata de una garantía mínima de los seres humanos”, concluyeron.

Durante los últimos tres años grupos de especialistas de diversas instituciones han visitado los distintos centros donde los adolescentes chilenos que han cometido algún delito son internados. En sus informes se repiten adjetivos como “inadecuado, indigno, denigrante”. Alguna que otra vez se describe un avance, pero la mayor parte de las ocasiones los expertos constatan que lo denunciado en la revisión anterior, hecha seis meses antes, sigue sin arreglarse.

Esas evaluaciones fueron calificadas como “secretas” por el ministro de Justicia anterior, Carlos Maldonado (PR). Tras un reciente fallo del Comité para la Transparencia, los informes de estas comisiones comenzarán a subirse a la web del Ministerio de Justicia. Ahora está abierta a todo el público la revisión hecha en el primer semestre de 2010.

Tal como se esperaba, la opinión de los expertos en terreno muestra un panorama desastroso. Una suma de carencias e injusticias que exhiben que lo que se inauguró hace tres años –y permaneció oculto al escrutinio público- fue un sistema de apoyo que no tenía ni la infraestructura ni el personal necesario. Hoy el sistema no ofrece a los jóvenes la prometida rehabilitación sino, muchas veces, un castigo que afecta su dignidad y que habla muy mal del país que mantiene esa situación.

En la Octava Región, por ejemplo, Paulo Egenau, director de la fundación Paréntesis, visitó la sección juvenil de El Manzano, donde hay 24 jóvenes condenados, todos recluidos en un solo modulo, al interior de una cárcel para adultos. El centro es un bloque de cemento desprovisto de cualquier estímulo que no sea la vida “canera”. Está hecho de tal manera que recibe muy poca luz. En su informe, Egenau describe: “Oscuro, frío, ciego, este lugar carece de los requisito necesarios para no provocar graves daños a la salud mental de los adolescentes que permanezcan privados de libertad aquí”. Y recalca: “Es un espacio infrahumano e indigno. Ningún proceso de reintegración social es posible en un entorno con las características de esta sección”.

El desorden es grande

Francisco Estrada, director del Sename, afirma que en la institución que asumió hace siete meses hay un desorden que explica en parte la distancia a la que está Chile de cumplir con los estándares que fija la Convención de los Derechos del Niño, que firmó hace 20 años.

Hoy, por ejemplo, no se sabe cuánto le cuesta al Estado mantener a un joven en uno de esos centros. Algunas fuentes entienden que es por sobre los 2 millones y medio de pesos mensuales. Pero Estrada no puede ni confirmarlo ni desmentirlo.

-Estamos terminando recién ahora un estudio de costos de todos los centros de privación de libertad de menores del país. Porque lo único que había al respecto era una investigación de 2008, completamente desactualizada. Aquí los problemas de gestión son graves. No hay control financiero riguroso de cada centro –explica.

La falta de control que acusa le ha dado sorpresas desagradables en los primero meses en el cargo. Un ejemplo es un centro en el sur que gastó en un año 20 millones de pesos en teléfonos celulares:

-Cuando pregunté el motivo de esa cifra, me dijeron: “Es que el reglamento dice que los jóvenes se tienen que comunicar con sus familias”. Claro que se que tienen que comunicar pero ¡¿Quién dijo que tenía que ser por celular?! Entonces me explicaron que optaron por el celular “porque era más cómodo”. Yo pienso que en realidad lo hicieron porque era plata pública y nadie los controlaba.

El hogar del Tila

Otro de los centros que despierta fuertes críticas es la sección juvenil de la Cárcel de Puente Alto. Ese lugar tiene un pasado siniestro. Durante la década de los ‘80 y ‘90 se transformó en el agujero donde la sociedad chilena envió a cerca de diez mil niños. Algunos llegaban allí porque los habían abandonado; otros porque les pegaban en sus casas o abusaban de ellos; también eran encerrados en ese centro los que habían cometido algún delito. En esos años el sistema decía que a los niños no había que juzgarlos, sino protegerlos. Y se cumplía esa tarea en Puente Alto, al interior de una cárcel de adultos, donde la violación entre los mismos niños era cotidiana.

Ese infierno fue descrito en varios informes que nadie parecía leer. Uno de ellos, fue hecho por Sergio Avalos en 1985 y afirmaba que “estos menores son bombas de tiempo para sí mismos y para la sociedad. En estas condiciones, ¿qué se puede esperar sino futuros adultos traumatizados, psicópatas, bandas de crueles delincuentes vengativos y violadores?”. La profecía resultó exacta, pues en esa cárcel se “formaron” varios de los más despiadados asaltantes que dieron vida a la página roja de los ‘90 y del ‘2000, entre ellos el Tila, también conocido como el “Sicópata de La Dehesa”.

Hoy Puente Alto sigue recibiendo jóvenes y aunque están separados del mundo de los adultos, los visitadores critican el recinto duramente. El representante de la Fundación Tierra Esperanza escribió en su informe: “Este centro resulta definitivamente inadecuado para la reinserción social. La pequeñez del espacio y el mal estado en que se encuentra genera condiciones de hacinamiento y promiscuidad que replica las de cualquier cárcel y que complotan con el desarrollo vital de los adolescentes”.

Un segundo especialista, enviado por la Universidad Católica, concordó: “Resulta evidente que corresponde a una verdadera cárcel juvenil con un trato absolutamente penitenciario y donde además existe una ostensible falta de recursos derivada de la sobre población general del recinto”.

Esta cárcel revela otro grave defecto que afecta a todo el sistema. No tiene cursos ni talleres. Cuando se puso en marcha el sistema, hace tres años, las autoridades se comprometieron a que los jóvenes encontrarían en estos centros las oportunidades que no tuvieron afuera. No solo se harían responsables de los delitos cometidos, sino que se les abrirían puertas para que al salir pudieran optar por otros caminos.

Pero en muchos centros la oferta educativa es inexistente. En el Centro de San Bernardo los visitadores reclaman que los cursos son completamente inadecuados. No hay cursos de computación, por ejemplo. En cambio, se les ofrecen aprender talleres de madera, cuero, fabricación de peluches y de mosaicos. El sistema implícitamente parece esperar que el joven que ha robado se vuelva talabartero.

Ese centro también tiene una historia dura. Se inauguró en los ‘90, de la mano de la firma de la Convención de los Derechos del Niño. Como un signo del cambio de trato que la democracia daría a los niños, este centro recibió el nombre de “Tiempo Joven”. Pero en 1996, a dos años de su inauguración, el Relator especial de las Naciones Unidas, Nigel Rodley, indicó que las medidas de castigo adoptadas ahí constituían un trato “cruel, inhumano y degradante”. El relator afirmó sentirse choqueado por las condiciones bajo las cuales se castigaba a los menores. Y describió: “Las celdas de castigo son contenedores. Los menores son encerrados allí por varios días por orden judicial en completo aislamiento, sin posibilidad de realizar ninguna actividad y sin poder comunicarse con nadie.”

Los castigos no son tema en el informe de los visitadores de junio de este año, entre los que se encontraba un representante de la Unicef. Pero sí el ambiente de cárcel que impera en este centro. “En la última semana se han generado agresiones de un interno a aproximadamente tres jóvenes con un estoque fabricado artesanalmente, causando incluso perforación de pulmón”. El visitante de la Unicef concluye que aunque hay aspecto destacables, el centro es “inhóspito, frío y gravemente sobrepoblado”.

En varios centros para menores que delinquen, el encierro se intenta aprovechar para completar la educación básica y media. El proceso no es fácil. Los jóvenes tienen graves deficiencias. En el centro de Coronel, el representante de la Defensoría contabilizó a siete jóvenes analfabetos que, sin embargo, no estaban recibiendo ninguna instrucción. En el centro de Iquique los supervisores sospecharon de la calidad de los cursos realizados: “En materia educativa no hay avances, sino retrocesos. Actualmente la educación, impartida por la Serpaj, consta de sólo tres horas de clases a la semana y permite nivelar dos y tres cursos en un año. Se puede deducir que la calidad y la profundidad de los aprendizajes no es satisfactoria”.

La sospecha aumenta porque el día de la visita sólo había un interno en clases, en una sala que “además de desaseada, no cuenta con pizarra ni mesas adecuadas”. Este centro, además, está sobrepoblado. En habitaciones hechas para dos, duermen tres, por lo tanto uno lo hace en el piso.

La jerarquía católica ha traicionado a Jesucristo

Por Juan G. Bedoya

Jesús, el fundador cristiano, se alzó contra la casta sacerdotal de su tiempo. Los teólogos de la Asociación Juan XXIII lo hacen ahora contra el poder episcopal. Lo confirmaron con un manifiesto en el que lanzan "un reto" a los creyentes en el nazareno crucificado cerca de Jerusalén hace algo más de dos mil años.

"Se ha acabado el tiempo de los silencios. Son tiempos de testimonio, de compromiso, de avivar la fe en Jesús, de seguir sus huellas, de hacer nuestras las demandas de servicio y solidaridad con los más deprimidos, y de ayudar a implantar el reino de Dios entre nosotros como reino de justicia, de paz, de libertad, de igualdad y de fraternidad-solidaridad", proclama el mensaje final del trigésimo congreso de la organización.

El congreso tacha de "antievangélico" el castigo al franciscano José Arregi. Nacido en Azpeitia (Gipuzkoa) el 8 de noviembre de 1952. Es franciscano y vive en el Santuario de Arantzazu. José Arregi se ha hecho noticia para ciertos medios con ocasión del nombramiento de Mons. Munilla como obispo de San Sebastián.

Poco antes, el jesuita Jon Sobrino había dicho en su lección de clausura que "la Iglesia ha traicionado a Jesús". "Esta Iglesia no es la que Jesús quiso. Esta es la idea que tengo ahora, viejo y medio ciego, en espera de la muerte", dijo a los congresistas. Más tarde, en la colecta celebrada durante la eucaristía aportaron 17.000 euros, que se destinarán a proyectos de solidaridad con África, América Latina y Asia.

El paraninfo del sindicato Comisiones Obreras en Madrid se quedó pequeño para acoger a los pensadores cristianos convocados por la Asociación Juan XXIII para reflexionar sobre Jesús de Nazaret. Se esperaba. Nadie como el fundador cristiano concita en la Iglesia católica tanto entusiasmo y tanta polémica, desde quienes subrayan su faceta humana, radical, valiente, combativa contra los poderosos, y los que lo prefieren como un ser supremo y divinamente pacificador.

Gran parte de las sanciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es como se llama ahora el viejo y siniestro Santo Oficio de la Inquisición, tiene origen en escritos sobre el famoso nazareno crucificado.

Para curarse en salud, el mensaje del congreso se inicia con una proclamación del Concilio de Calcedonia, del año 451. "Nos reafirmamos en la doctrina de que Jesucristo es perfecto en la divinidad y perfecto en la humanidad, verdadero Dios y verdadero hombre, por lo cual sus dos naturalezas, la divina y la humana, están unidas sin confusión".

Los teólogos funden así el Jesús histórico y el Cristo de la fe, pero no renuncian a sus principios, que tanto incomodan a sus obispos. "A la pregunta de Jesús a sus discípulos: 'Y vosotros ¿quién decís que soy?', creyentes católicos, ortodoxos y protestantes, en una manifestación de ecumenismo activo, han expresado la dimensión de la fe en un Jesús liberador, compañero de viaje, con plena actualidad para un mundo que sufre la violencia, la discriminación, la intolerancia, los fanatismos, los abusos hacia las clases más desfavorecidas, el hambre...", añaden.

Se pide a la jerarquía que respete la dignidad de las mujeres

Tampoco se olvida el manifiesto del discreto papel de las mujeres en la Iglesia romana. "Jesús abre una puerta de esperanza y produce seguridad, respeto y dignidad a la mujer en medio de una sociedad que con frecuencia la rechaza, y en la que los órganos de decisión y poder procuran convertirla en instrumento de placer o servicio, reduciéndola a un plano de subordinación con respecto al varón; todo lo contrario a la práctica de la lapidación o a la negativa a la ordenación de mujeres, considerada arteramente por la jerarquía como un grave delito, al mismo nivel que la pederastia".

Jesús mantuvo una relación de amistad con las mujeres, "en la que queda patente la complicidad y la sintonía", añade el mensaje.

La teóloga Mariola López Villanueva, de la congregación de los Sagrados Corazones, había planteado antes que, quizás, en vez de preguntarse qué enseña Jesús a las mujeres, sería mejor preguntarse qué aprendió Jesús de las mujeres.

Solidaridad con José Arregi

El congreso también aprobó un mensaje de solidaridad con el teólogo José Arregi o.f.m., forzado a abandonar la orden franciscana por el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla.

Antes, los congresistas habían subrayado "la actitud dialogante, acogedora y respetuosa de Jesús ante los disidentes". Sobre el castigo a Arregi, se afirma que el ya ex franciscano "aceptó con humildad el silencio impuesto por la autoridad eclesiástica, pero se rebeló frente a la humillación de que fue objeto al ser acusado por el obispo de ser 'agua sucia". "Es antievangélico el comportamiento inmisericorde del poder eclesiástico contra creyentes sinceros testigos de Jesús con su vida y sus enseñanzas", concluye el congreso.

Página Editorial de América Latina


Diario El Cronista de Buenos Aires, Argentina 
El ‘noventista’ plan K para las elecciones: tipo de cambio 1 a 1

Por Juan Cerruti
Subeditor de Economía

Paradojas de la Argentina contemporánea, nadie hubiera imaginado que la estrategia económica que apunta a utilizar el matrimonio Kirchner para dar pelea en las elecciones 2011 guardar similitudes con el plan que aplicó Carlos Menem en los noventa. No menos curioso, es que mientras la Convertibilidad tenía como rasgos centrales la sobrevaluación cambiaria y el alto consumo interno, el modelo post 1 a 1 arriba a su décimo año con semejanzas de su predecesor, debido a la erosión que ha generado la inflación en el programa económico original.

Desde hace casi un año y medio el Gobierno dejó de acomodar al dólar ante cambios en los precios relativos. Desbocada la inflación, sin posibilidades de contener el gasto ni intención de moderar la emisión monetaria, optó por utilizar el tipo de cambio como ancla nominal de este ajedrez económico.

La rigidez del tipo de cambio nominal en un contexto de elevada inflación (en torno al 25%) genera una marcada apreciación del tipo de cambio real (TCR, es el nominal descontada el alza de precios). Tras alcanzar un máximo de $ 2,81 por dólar en enero de 2002, el TCR cayó a un nivel de $ 1,98 durante gran parte de 2004 y 2005. Actualmente se ubica en $ 1,22 y, de continuar esta tendencia, las proyecciones indican un valor de $ 1,17 para fines de este año. Y de $ 1 en diciembre de 2011 (en plenas elecciones), el mismo nivel que tenía en 2001.

¿Vuelve al 1 a 1? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Curiosamente, la suerte de esta estrategia escapa a las posibilidades del Gobierno. Dependerá en gran medida de dos factores que los K no controlan: el clima y lo que haga Brasil con el real. O, mejor dicho, con el ‘superreal’. Hasta ahora la pérdida de competitividad del peso fue ‘disimulada‘ por la cosecha récord de este año (que en principio no se repetiría el próximo) y por la fuerte apreciación del real. Esto último explica por qué el tipo de cambio multilateral (con el resto de los países, no sólo frente al dólar) aun está en niveles más competitivos. Pero Brasil –que ayer anunció medidas para contener la apreciación– enfrenta el mes próximo un cambio de gobierno y es una incógnita si la administración entrante (aun si fuera presidida por la oficialista Dilma Rousseff) convalidará la actual política cambiaria.

En este contexto, los analistas miran con atención la evolución del superávit comercial, que en lo que va del año cayó 33% frente a 2009. Inquieta más el frente externo, que el plano fiscal (el gasto sigue creciendo pero la recaudación reacciona).

Las importaciones están aumentando al 43% anual (el doble que las exportaciones), impulsadas no sólo por la apreciación cambiaria, sino también por el mayor consumo interno, que ya no puede ser abastecido solamente con la producción local. Aunque suena paradójico que en un país con inflación del 25% el consumo (que ya representa dos tercios del PBI) se haya transformado en el motor del crecimiento.

No se trata de un comportamiento irracional de la población. En una economía capitalista, los agentes económicos responden a las señales de precios. Con la inflación actual y el tipo de cambio nominal quieto en torno a $ 4, las opciones tradicionales de inversión de los argentinos (dólar, plazo fijo, etc) carecen de atractivo. Un depósito a 30 días rinde (en el mejor de los casos) 9% anual, con el alza del costo de vida del 25% anual, ello representa una pérdida del poder adquisitivo del 15% en 12 meses.

En este escenario, la mejor opción es, sin duda, consumir: bienes durables o no durables. Autos, inmuebles, electrodomésticos, etc. Porque siguen a la inflación. Esa que el Indec no mide, pero el bolsillo padece.

Radio ABC de Asunción Paraguay
Fracaso del castrismo lo condena a su definitiva extinción

De manera casi simultánea a la confesión de Fidel Castro de que el “modelo” por él instaurado ya no les sirve ni siquiera a los mismos cubanos, el gobierno encabezado por su hermano Raúl hizo público el anuncio de que en los próximos seis meses procederá a despedir ni más ni menos que a 500.000 empleados públicos.

Lo llamativo del caso es que el anuncio fue formulado por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), que paralelamente anuncia el incremento del número de trabajadores “en el sector no estatal”. Es el reino del revés: en el mundo de la filosofía y los principios marxistas, es una central obrera la que informa sobre la necesaria reducción del aparato estatal y proclama, esperanzada, el impulso vigoroso de la actividad privada.

Lo vivido en las últimas décadas por el pueblo de Cuba es verdaderamente trágico; tanto o más patético que lo que nuestro propio pueblo debió soportar durante los treinta y cinco años de inacabable dictadura stronista (Alfredo Stroessner).

Es menester, pues, sacar lecciones de la historia y aprender a valorar las innumerables ventajas de vivir en un ambiente de respeto a la libertad y de consolidación de la democracia, por lo que hace falta hacer también aquí un franco análisis de la situación nacional en el tema para realizar lo antes posible las correcciones que deben impulsarse.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

La niñez

Por Eugenio Alvial Díaz
Dicen que recordar tiempos pasados es volver a ser niño o joven, refrescar el espíritu y alegrar el alma. Otros, advierten que no es bueno retroceder mentalmente en el tiempo, porque la nostalgia, casi siempre, acarrea penas por lo que pudo haber sido y no fue, y así...

En esta ocasión hemos decidido alegrar el alma y transmitir, especialmente, a las nuevas generaciones, como era la niñez de antaño en sus formas y costumbres.

Estamos hablando de una época en que, el único artefacto eléctrico que proporcionaba distracción a la familia era el radiorreceptor de ondas larga y corta; la primera para escuchar los programas locales y la segunda los programas del extranjero. Por otra parte, muy contadas casas tenían línea telefónica, aparato que servía sólo para comunicarse.

Pero, aún así, nos divertíamos mucho y bien. A poco de entrar a clases, a principio de año, empezaba la temporada de las bolitas (de piedra) que se llevaban en los bolsillos del pantalón, lo que significaba trabajo extra para mamá, zurciéndolos cada tanto. Luego venía el turno del trompo, el que debía estar “sedita” para competir, es decir, tener el giro totalmente centrado, de lo contrario estaba “cucarro”, por lo que el golpe a la moneda era incierto; y el emboque, donde se desataba una ola de competencias y apuestas entre los diestros.

Más adelante en el calendario, los primeros aires primaverales, indicaban que pronto llegarían los vientos del sur y junto a ello, la temporada de volantines y las competencias para “mandar cortado” al contrario; había tres tipos, “ñecla”, “chupete” y “pavo”, de menor a mayor tamaño respectivamente.

Mientras tanto, en la vereda de enfrente, las niñitas jugaban al “luche”, a las rondas, a saltar el cordel, a las muñecas o a las “visitas”.

Cuando los fines de semana eran lluviosos, la familia se reunía después del almuerzo, a jugar juegos de mesa: lotería, dominó, cartas, etc., partidas que se interrumpían, para dar paso a la hora del té, que venía acompañado con ricas sopaipillas pasadas, hechas por mamá.

Los días domingo, era casi obligado ir a la matiné en el cine del barrio, para seguir las seriales donde normalmente había tres personajes infaltables: el jovencito, la niña y el malo.

Aquellos días, era una época de barrio, donde los vecinos se conocían y se trataban amistosamente. Fueron días en que las mañanas de los domingo, papá nos llevaba a la plaza, lo que significaba un gran algodón de azúcar o un cambucho de crujientes barquillos, mientras mamá, con cariño preparaba el almuerzo dominguero. Eran los domingo alegres.

En las noches nos sentábamos alrededor del aparato de radio a escuchar noticias y música.

Como la radio era el único y principal medio externo de entretención, tenía una gran importancia. Las radio emisoras se preocupaban de transmitir programas variados y de calidad con el propósito de captar auditores (hoy, rating)

Había programas para todos los gustos y edades. Para los niños y pre adolescentes dichos programas tenían características educacionales netas; había radioteatros basados en cuentos y leyendas de autores como Dumas, Salgari, Twain, Dickens, Las mil y una noches, Sabatini, etc., cuya música de fondo, y que realzaba los episodios, provenía de Tchaikowsky, Brahms, Debussy, Strawinsky, Copland y tantos otros.

¿Qué se conseguía con este estilo de radio en la juventud? Que las apariencias y formas de los personajes, escenografía, paisajes, vestuarios, coreografía e iluminación quedaban a cargo de nuestra imaginación, incentivando la creatividad, al mismo tiempo que, sin darnos cuenta, fuimos educando el oído en la música de los grandes maestros.

Hoy, estamos perplejos, no logramos comprender qué pasa con los niños, las madres o las esposas, que están expuestos a maltratos vejatorios; no entendemos por qué los vecinos rehuyen y no se saludan o por qué los amigos se ignoran.

Para aquellos que vivimos en la infancia, el trato y el ambiente que sucintamente hemos descrito, resulta conmovedor y triste lo que acontece a diario hoy en día.

Es impactante saber, por ejemplo, que los mentores morales de los niños, abusan sexualmente de ellos o que madres y esposas son ultrajadas hasta la muerte por hombres desquiciados por las drogas y el alcohol.

Se ha dicho y advertido en libros, estudios, seminarios, artículos periodísticos, charlas, que la sociedad debe prestar la debida atención a los niños porque ellos encarnan el futuro, pero no vemos una reacción sólida de los gobernantes para encarar el desafío.

Tal vez, las personas llamadas a colaborar en este tema, están muy ocupados en agrandar sus fortunas, o alcanzar un puesto de poder, o de gozar de las cosas materiales que consigue el dinero hasta que...

Los ingleses tienen un viejo dicho: “La letra con sangre entra”

Documentación: Concertación continuó política económica de la dictadura y de desintegración

Por Felipe Portales

El liderazgo de la Concertación debiera explicarle también al pueblo chileno porque ha experimentado un giro copernicano en materia de política económica internacional, respecto de las políticas desarrolladas por los gobiernos de Frei y Allende.

Ambos gobiernos se comprometieron fuertemente en la búsqueda de la integración latinoamericana; en la lucha conjunta con muchos países en desarrollo por modificar el injusto sistema económico internacional; y en el intento por desarrollar una política exterior común de los principales países exportadores de cobre agrupados en el Comité Intergubernamental de Países Exportadores de Cobre (CIPEC)

En cambio, los gobiernos de la Concertación han seguido la misma política económica internacional desarrollada por la dictadura de Pinochet, aunque evidentemente con mucho mayor éxito. La opuesta valoración que la comunidad internacional les confirió a ambos regímenes permitió la inmensa diferencia de resultados; pero el sentido de sus políticas fue análogo.

En efecto, desde sus inicios la dictadura desechó los esfuerzos de integración económica regional. Rápidamente se retiró del Pacto Andino cuyo principal gestor había sido el gobierno de Frei y que el gobierno de Allende había apoyado también vigorosamente. Incluso, intelectuales adherentes a la dictadura acuñaron la soberbia frase “Adiós América Latina”. Y tampoco manifestó posteriormente algún interés integracionista.

Análogamente, los gobiernos de la Concertación no solo no manifestaron ningún deseo de volver al Pacto Andino, sino que además se negaron a aceptar las reiteradas invitaciones que los países del Mercosur les hicieron para integrarse como miembro pleno en dicho esquema de integración subregional. Se obsesionaron, en cambio, en efectuar un tratado bilateral de libre comercio con Estados Unidos y -en general- en desarrollar este tipo de relaciones económicas con el máximo de países del mundo. Naturalmente que estos tratados –al ser Chile un país chico y subdesarrollado- contribuyen a perpetuar nuestro perfil de país exportador de materias primas o de bienes con escaso valor agregado.

Por otro lado, la dictadura abandonó la política exterior tradicional que Chile había desarrollado desde la creación de la ONU, de estimular una profunda modificación del sistema económico internacional en beneficio de los países en desarrollo. Estímulo que se tradujo incluso en la acogida de la sede permanente de la CEPAL en Santiago a comienzos de los 50; y en la celebración de la tercera reunión mundial de la UNCTAD en 1972 en nuestra ciudad capital.

Lo mismo han hecho los gobiernos de la Concertación que se han limitado a promover –y prácticamente de forma contradictoria con su énfasis bilateral- una disminución del proteccionismo agrícola de los países desarrollados en el marco de la OMC. Y que se han ufanado de constituirse en una suerte de alumnos aventajados de América Latina respecto de los criterios impulsados por los organismos financieros internacionales (FMI y Banco Mundial) para los países en desarrollo: superávit fiscal; apertura arancelaria y financiera; beneficios extremos para la inversión extranjera; etc.

Por último, la dictadura retiró a Chile del CIPEC provocando su liquidación y se negó a seguir toda política exterior de defensa de los precios internacionales del cobre, pese a que la experiencia de la OPEP con el petróleo estaba demostrando la eficacia de la coordinación de los principales países exportadores de recursos vitales para la economía mundial.

Asimismo, los gobiernos de la Concertación no hicieron ningún intento para reactivar el CIPEC o para influir de cualquier manera en los precios internacionales del metal rojo. Es más, con su entusiasmo por acoger el máximo posible de inversión extranjera de las grandes empresas multinacionales del cobre –asegurándoles, de paso, los más extremos beneficios imaginables- nuestro país incrementó de modo gigantesco la exportación mundial del mineral, convirtiéndose así en el principal factor de la sobre-oferta que afectó a los mercados internacionales por muchos años, con el consiguiente desplome de los precios internacionales del cobre.

Doblemente lamentable fue el hecho que, al incurrir en esa miope política neoliberal, se rechazaran los llamados que con sabiduría y ahinco efectuó al final de sus días el egregio líder de la democracia cristiana y especialista en materias cupríferas, Radomiro Tomic. La tecnocracia concertacionista del cobre, en su converso entusiasmo neoliberal, rechazó con altanero desprecio las proféticas advertencias de Tomic, provocando para nuestro país la pérdida de miles de millones de dólares.

Todavía no se aprecia ninguna autocrítica del liderazgo concertacionista por haber logrado lo que la dictadura de Pinochet quiso infructuosamente: la conversión de nuestro país en el líder mundial –dentro de los países en desarrollo- de la prédica y la práctica del neoliberalismo en las relaciones económicas internacionales. Por el contrario, dicho liderazgo continúa ufanándose de haber colocado a Chile como “ejemplo” en ese sentido.

martes, 14 de septiembre de 2010

Mineros atrapados en Chile: Día 40

Chile: Nace hija de minero atrapado a 700 metros bajo tierra


El minero Ariel Ticona, atrapado a 700 metros de profundidad en la mina San José, ubicada a unos 800 kilómetros al norte de Santiago, fue hoy padre. Nació su primera hija Esperanza por cesárea en el día Nº 40 de su encierro que comparte con otrros 31 mineros, uno de ellos de nacionalidad boliviana. El nacimiento ocurrió en la clínica Copiapó, en la ciudad del mismo nombre, cercana a la mina. Así Ticona tiene un nuevo motivo para sobrevivir. Esperanza llegó al mundo a las 12:20 horas, pesó 3,050 kilos y midió 48 centímetros. Su madre, Elizabeth Segovia, admitió antes de entrar al quirófano de la clínica,  que ``estoy muy nerviosa''. No es para menos, pocas veces en Chile el nacimiento de un bebé atrajo a tanta prensa, especialmente extranjera. Ticona había prometido estar en la sala de partos, pero el derrumbe de la mina San José, ocurrido el 5 de agosto último, le impidió cumplir con su promesa, por lo que solicitó a su esposa que pidiera grabar en video el nacimiento para disfrutarlo a 700 metros de profundidad.