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jueves, 30 de octubre de 2025

LA FELICIDAD DE LOS ALEMANES

Dos estudios recientes difundidos por la Deutsche Welle (La Voz de Alemania) revelan que, tras varios años de crisis, el ánimo en Alemania vuelve a mejorar. 

Según el "Atlas de la felicidad 2025”, la gente se siente más satisfecha con su vida: una de cada dos personas asegura estar contenta. Algo parecido muestra el "Monitor de Bienestar” del Instituto Federal de Investigación Demográfica, que además analizó cómo se sienten los migrantes en el país.

"El nivel de felicidad y satisfacción con la vida se ha estabilizado y ya casi alcanza los niveles previos a la pandemia”, explica a DW Christa Katharina Spieß, directora del estudio. "Entre los inmigrantes de Europa del Este, hay una proporción especialmente alta de personas felices. Pero también vemos lo que se llama la ‘paradoja de la integración': los hijos de inmigrantes están menos satisfechos que sus padres.”


El término, acuñado por el sociólogo Aladin El-Mafaalani, plantea que, cuanto más integradas están las personas, más conflictos pueden surgir. Cuando las nuevas generaciones no solo forman parte de una sociedad, sino que además quieren tener voz y voto en ella, son inevitables las tensiones.

El estudio muestra que los inmigrantes son el grupo más satisfecho, seguidos por los alemanes sin trasfondo migratorio y, en el último lugar, los descendientes de inmigrantes. "Es posible que las expectativas no se hayan cumplido del todo o que la integración no haya funcionado como esperaban, tanto las personas afectadas como la sociedad”, añadió Spieß.

Los más conformes: los migrantes de Europa del Este

La integración de quienes llegaron desde Europa del Este parece funcionar mejor: casi uno de cada cuatro está muy satisfecho con su vida en Alemania, posiblemente por una mayor cercanía cultural. En cambio, entre los migrantes de Asia y África, más de un tercio declara estar poco satisfecho, la cifra más alta entre todos los grupos. Entre las causas podrían estar experiencias de racismo y discriminación, diferencias culturales o trayectorias migratorias difíciles.

Entre quienes llegaron como refugiados durante los años 2015-2016, el nivel de satisfacción con su vida actual en Alemania es dispar.

Entre quienes llegaron durante la ola de refugiados de 2015-2016, los resultados son dispares: casi un tercio de los sirios se muestra conforme con su vida, mientras que entre los iraquíes y eritreos la insatisfacción es mucho mayor. El motivo podría estar en el distinto nivel de protección que recibieron los sirios, incluido el derecho al reagrupamiento familiar.

El idioma alemán, clave para la integración y la satisfacción

Para las ucranianas y los ucranianos que llegaron a Alemania desde febrero de 2022, con el inicio de la invasión rusa, la situación es la siguiente: su satisfacción con la vida ha aumentado ligeramente en comparación con el año anterior, pero sigue siendo muy baja. De hecho, la mitad de ellos se declara poco satisfecho con su situación actual.

La directora del Instituto Federal de Investigación Demográfica explica: "En el gran grupo de ucranianas y ucranianos que buscan protección en Alemania, observamos, sobre todo entre las mujeres mayores, una menor satisfacción con la vida. Esto podría deberse a que sus parejas siguen en Ucrania y posiblemente estén participando activamente en la guerra.”

El estudio revela además otro resultado importante: cuanto menos se habla alemán en el hogar, menor es la satisfacción personal. El idioma sigue siendo la clave para una integración exitosa. "No solo en Alemania ocurre que los inmigrantes, cuanto más tiempo viven en el país, mejor se integran en el mercado laboral y dominan más el idioma. Esto también se relaciona con que, con la duración de la estancia, la satisfacción de las personas tiende a aumentar”, señala Spieß.

Y los que se van de Alemania… también están contentos.

El instituto no solo estudió a los inmigrantes, sino también a quienes dejaron Alemania. Los resultados no sorprenden: quienes emigraron a España, Italia, Portugal o Grecia se muestran especialmente felices con su vida.

"El clima y los costos de vida más bajos influyen, claro”, comenta Spieß, aunque aclara un malentendido frecuente: "La gente que emigra no lo hace necesariamente por descontento. Muchos están satisfechos con su vida en Alemania, pero quieren vivir nuevas experiencias en el extranjero".

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