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miércoles, 16 de septiembre de 2015

OPINIÓN DEL EDITOR-KRADIARIO


EL FALSO DESTINO PARA LA PRESIDENTA BACHELET

Por Walter Krohne


El error fue una vez más  de La Moneda. Cuando el 27 de agosto un medio electrónico entregó una serie de antedecedentes sobre debilidades físicas y fisiológicas de la Presidenta Michelle Bachelet, los encargados en el Palacio de Gobierno deberían haber reaccionado de inmediato y puesto las cosas en su lugar, frenando en seco todos los rumores o especulaciones que se hacían en torno a la Mandataria, que, según éstos se vería impedida a terminar su segundo período presidencial, como está estipulado, el 11 de marzo de 2018.
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Los rumores escalaron y escalaron, combinándose con la baja profunda en las encuestas, en todas las encuestas, lo que ha ido agregando más leña al fuego y agregando cada vez a más políticos que hablan abiertamente de una posible renuncia de la Presidenta hasta dando fecha: marzo de 2016, lo que el columnista de La Tercera Jorge Navarrete considera simplemente de un argumento tan absurdo, como imbécil y sedicioso (domingo 13 de septiembre, léalo en KRADIARIO).
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A las bajas en el apoyo presidencial y del Gobierno se agregan la falta de liderazgo de la Mandataria, como lo dijo el diputado UDI Jose Antonio Kast, quien la acusó además esta semana  de desgobierno, porque "hoy día nadie conduce a este país como corresponde", dijo. Por lo tanto, es un paso (lo de la renuncia)  que ella tendría que adoptar en algún momento, se agregó.

Aquí hay en principio tres problemas de fondo:

Uno: La falta de un buen sistema comunicacional en la Casa que concentra el Poder Presidencial, lo que ha sido una característica de casi todos los últimos gobiernos, tanto de la centro izquierda como en el de centro derecha (Piñera). No sólo se trata de la existencia de un vocero, sino de la de todo un sistema estratégico comunicacional, bien estructurado y con muchas ideas, destinado a parar lo que podrían considerarse los excesos y exabruptos dañinos para la continuidad de la administración de turno,  por causar daño y desprestigio considerable..

Dos: Al compás de los rumores y especulaciones están saliendo al “baile” representantes políticos, tanto de la Nueva Mayoría como de la oposición por igual,  lo que hace que el fuego se mantenga vivo. Cuando Kast habla directamente desde la oposición de  una renuncia de la Presidenta, varios conspicuos parlamentarios oficialistas salen a defenderla, lo que queda a nivel de rumor en la opinión pública que dan pie para pensar ¿será o no será verdad?

Tres: Faltan cambios profundos dentro de La Moneda que permitan una redistribución del poder interno  destinado a despejar las dudas instaladas en el ambiente político sobre la posibilidad de que la administración bacheletista zozobre antes de marzo del 2018, cambios que no se han  podido zanjar, ya que siguen a nivel de estrategia o fórmula que se está afinando entre el Gobierno y los partidos de la Nueva Mayoría. ¿Cómo el ministro Nicolás Eyzaguirre estuvo dispuesto a hacer declaraciones en El Mercurio diciendo que la gestión del Gobierno de  Bachelet "no ha sido buena"? Varios analistas tratan de tomar estas palabras como material de estudio político por ser el ministro un estrecho colaborador y amigo de la Presidenta. Todo esto podría ser una estrategia, en una entrevista que habría sido pedida por él a El Mercurio y en conocimiento de la Mandataria, su jefa.  (Claves de lo que dijo el ministro: "El programa educacional padeció de exceso de ambición" y que de poder hacer las cosas de nuevo, él buscaría el "consenso". "No tuve la conciencia que hoy tengo de cómo las cosas se estaban crispando". “Estábamos en una vorágine de reformas que no íbamos a ser capaces ni de diseñar apropiadamente ni de tramitar políticamente, sin provocar excesivos conflictos"."La gestión del Gobierno no ha sido buena. Los problemas que tenemos en salud y en seguridad ciudadana son inaceptables. Inaceptables. Hay que mejorarlos sí o sí".)

La estrategia comunicacional debe estar orientada a defender a la Presidente y desmentir con argumentos convincentes y de peso todos los rumores que puedan causarle daño. 
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Explican que también se ha hecho necesario proteger la imagen presidencial ante los intentos subterráneos, y otros no tanto, por desprestigiarla e instalar la idea colectiva de que no está capacitada para gobernar y, así, tratar de forzar su salida anticipada del Palacio. Ya lo advirtió el senador del MAS, Alejandro Navarro, en relación a las declaraciones de Eyzaguirre: “Uno no sabe si está opinando para apoyar a la Presidenta o para apoyar la salida prematura de la Presidenta”.

Igualmente, preocuparse de que ella no hable todos los días por televisión porque a la larga sus discursos cansan, no se le entienden cabalmente o cuando improvisa se tropieza a menudo con sus propias palabras o se equivoca.

Otra acotación es que mientras la política económica esté sana y se mantenga en el nivel en que está actualmente, a pesar de los coletazos externos,  no se vislumbrará peligro inminente alguno de un derrumbe irreversible en lo político. No hay que olvidar que nuestra economía es capitalista y neo liberal. Es por eso que una carta importantísima dentro del Gobierno en estos momento es la del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, que hace bien su pega.

Sin embargo, el ministro del Interior, Jorge Burgos, no le ha ayudado mucho a la Presidenta en sus gestiones al intentar ser la "su voz" como ocurría con Rodrigo Peñailillo, como señalan algunos analistas y en este contexto agregan: "Burgos no ha logrado ser el primus inter pares del gabinete”.

El mismo 27 de agosto (señalado al comienzo de este artículo)  el diario electrónico El Mostrador abordó un delicado tema sobre la vida privada de la Presidenta al detectarse, como se dijo, un problema de cierta tendencia al alcohol en el marco de un rumor originado después de la gira presidencial a Europa –Italia, Francia y Bélgica– que se realizó del 2 al 10 de junio y a la que la Mandataria asistió con una numerosa delegación política y empresarial. Afirman que, una vez en Santiago, fue desde sectores empresariales que comenzó a circular la versión de que las cenas fueron “excesivamente regadas” y que la Presidenta bebía mucho. Quienes conocen a la Mandataria hace años, aseguran que se ha caracterizado siempre por disfrutar, por “gozar” de cenas, bebidas, bailes, cocinar, pero que también ha sido un sello de ella “tener muy buena cabeza” y que jamás ha perdido el control, escribió El Mostrador". Agregan los rumores que en paralelo ingiere  varios medicamentos –como analgésicos para una dolencia que tiene en la rodilla por un problema a los meniscos–, antidepresivos y los recetados para su hipertensión. 

Este hecho, si lo es realmente, no es en ningún caso grave,  porque dicha costumbre, si efectivamente existe, o los medicamentos, no son impedimentos para tener que dejar el Gobierno en otras manos, como al parecer desearían algunos sectores de la política. La historia mundial está llena de grandes figuras políticas que en cenas privadas o en tiempos libres se han bebido algún "trago" demás y no ha pasado absolutamente nada grave o nadie se ha percatado de ello.

Son infamias que se echan a correr para ocasionar un clima de inestabilidad.

Lo grave de este asunto es que desde La Moneda no hubo ningún desmentido o reacción de fondo al artículo publicado lo que alimentó la idea de la duda sobre que la versión podría ser una verdad pura.  Es lo que falta: una estrategia comunicacional amplia  y moderna.

"Toda esta situación me recuerda mucho una época pasada y especialmente porque a mí me tocó, en esa época, resistir las críticas de la derecha para descalificar a mi marido (el general de la FACH Alberto Bachelet, asesinado por el régimen de Pinochet). Son tan parecidas. Igual que el paro de los camioneros, los atentados, las bombas, me acuerdo de eso", dijo esta semana la madre de la Presidenta Angela Jeria.
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Para el ex timonel de la Democracia Cristiana Gutenberg Martínez la solución pasaría  por entender que el presidencialismo en el país está quedando obsoleto y se requeriría avanzar hacia un sistema semipresidencial, donde el poder no lo tenga sólo una persona. "Separar los roles de jefe de Estado y jefe de gobierno permite avanzar en los temas de desarrollo sin que se mezclen con momentos de “exacerbación de combate político”, que a su juicio son propios de toda democracia y que no deben confundirse con el respeto que debe existir para con la máxima autoridad del país. 
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“Yo tengo la impresión que en países como el nuestro, la existencia de un régimen político de carácter presidencialista exacerbado, como se califica a este, es una cosa ya un poco histórica. Este es un país que tiene un desarrollo democrático y una cultura política suficiente como para entender que las configuraciones de régimen político de futuro son aquellas de un carácter más colaborativo y de un carácter más horizontal que vertical”, dijo Martínez.


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