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viernes, 16 de enero de 2015

DEL ARCHIVO DE KRADIARIO

Hace cuatro años...un día como hoy...


Ernesto Cardenal
Muchos aplausos, pero también fuertes críticas ha tenido como reacción la anunciada beatificación del Papa Juan Pablo Segundo por el Vaticano, fijada para el próximo 1 de mayo.

Uno de los críticos es el sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, importante figura de la Teología de la Liberación en América Latina, quien se mostró sorprendido por esta iniciativa en favor de quien “protegió” a acusados de pedofilia.

“¿Cómo va a ser declarado santo el que protegió al padre mexicano (Marcial) Maciel (fundador de la Congregación de los Legionarios de Cristo)”, declaró Cardenal esta semana al ser consultada en Managua su opinión sobre el anuncio del Vaticano.

El padre Maciel, fallecido en 2008, había sido denunciado por abusos sexuales a menores y por mantener una doble vida con dos mujeres y varios hijos. Dirigió con mano de hierro a los Legionarios de Cristo hasta que en 2006 el actual Papa Benedicto XVI lo obligó a renunciar.

Cardenal, uno de los pilares de la Teología de la Liberación en América Latina, fue reprendido públicamente y de modo enérgico por Juan Pablo II, en ocasión de la visita del entonces Papa a Nicaragua en 1983.

La beatificación

Papa Juan Pablo Segundo
A casi seis años de su muerte, el Vaticano anunció que el actual Pontífice Benedicto XVI firmó esta semana el decreto que valida el milagro de la sanación de una monja francesa atribuida a Karol Wojtyla.

La beatificación del Papa polaco, paso previo a la canonización, se llevará a cabo en tiempo récord, inferior a los cinco años habitualmente necesarios para iniciar el proceso. Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005.

La celeridad se explica por la imponente reputación de santidad de la que gozó el papa Juan Pablo II durante su vida, en su muerte y después de su muerte”, explicó el Vaticano en un comunicado.

La comisión de cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos aprobó esta semana el milagro atribuido a la intercesión de Juan Pablo II, paso clave antes de elevarlo a los altares. Se trata de la curación “inmediata e inexplicable”, en junio del 2005, de la monja francesa Marie Simon-Pierre, de 51 años, quien sufría el mal de Parkinson. Este mismo mal sufrió también el futuro beato.

La monja, enfermera de profesión, se habria curado tras oraciones y pedidos a Juan Pablo II pocos meses después de la muerte del Pontífice.

La canonización de Juan Pablo II, quien estuvo al frente de la Iglesia Católica durante 27 años, requerirá la ratificación de otro milagro.

El Papa que será beatificado
 aparece aquí con el fallecido
fundador  de la Orden de los
Legionarios Marcial Maciel,
 acusado de practicar
la  pedofilia.
Desde su elección como Papa en 1978, Juan Pablo II visitó 26 países de América Latina al que consideró el “continente de la esperanza” y de donde se llevó emocionantes recuerdos, admitió él en varias ocasiones. El llamado “Papa viajero” efectuó en total 104 periplos pastorales a cinco continentes.

Así como hay críticas por la beatificación, también hay aplausos en América Latina como son los del Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, quien mostró su satisfacción tras conocer el anuncio del Vaticano acerca de la beatificación del fallecido Papa Juan Pablo II.

"El Salvador se alegra sobremanera porque de los 16 viajes que realizó el querido Papa a América Latina, al que él llamó el continente de la Esperanza, en dos de esos viajes tuvo la dicha El Salvador de recibirlo. Sin duda que sí nos alegramos mucho, pues ya se ha aprobado el milagro obrado por su intersección en la hermana religiosa Mari Simón Pierre", exclamó.

El jerarca Católico recordó algunas frases del Papa Juan Pablo II, al referirse a El Salvador, golpeado por el terremoto de 1986 y por un conflicto armado.

"Yo quiero insistir en aquellas palabras de su visita cuando nos invitó a ser artesanos de la Paz", destacó.

De acuerdo a las normas de la Iglesia, para que una persona sea beatificada tras su muerte se necesita establecer que permitió un milagro y para que sea declarada santa eso debe ocurrir dos veces.

El Vaticano indicó en un comunicado que la celeridad de esta beatificación responde a la “imponente reputación de santidad” de Juan Pablo II, durante su vida y tras su muerte.

Santo súbito

La rapidez del proceso evoca un sistema que tenía la Iglesia antigua, que permitía la proclamación del “santo súbito”, explicó José Luis Cabria, vicedecano de la Facultad de Teología del norte de España, a BBC Mundo.

La Iglesia se había distanciado de ese método para que hubiera “un tiempo para analizar” un proceso de beatificación antes de iniciarse, recordó Cabria, normalmente cinco años después de la muerte de un candidato.

Pero el propio Juan Pablo II derogó ese plazo para permitir la beatificación de la Madre Teresa de Calcuta, que se concretó en octubre de 2003, seis años después de su muerte.

La frase “santo súbito” fue coreada por muchos de los que acompañaron el funeral de Juan Pablo II en abril de 2005. Un mes después, para acelerar su beatificación, Benedicto XVI también exceptuó las normas.

“La celeridad con que se ha hecho este proceso es por la petición espontánea de una gran parte del pueblo de Dios, que pide su beatificación y su posterior canonización”, dijo Cabria.

Historia
Pero otros creen que Benedicto XVI busca con su decisión un efecto en la imagen de la Iglesia católica y de sí mismo, cuya gestión a menudo es contrastada con la de Juan Pablo II.

“Esto permite a Benedicto XVI reconocer la popularidad y el carisma de su predecesor y al mismo tiempo neutralizar la competencia que le hace siempre en el ejercicio de su ministerio”, dijo Christian Terras, director de la revista francesa Golias, crítica de la Iglesia católica.

La decisión pone definitivamente la figura de Juan Pablo II a nivel de la “historia”, aseguró Terras.

La decisión de beatificar a Juan Pablo II también surge en tiempos de crisis para la Iglesia católica, que ha perdido fieles y estuvo sacudida recientemente por escándalos de pederastia y abusos sexuales.

Acción y polémica

Durante sus años de pontificado, Juan Pablo II sobrevivió a un ataque a balazos en su contra en 1981 y tuvo una influencia considerada clave para la caída de los regímenes comunistas en Europa oriental.

Cabria indicó que la labor de Juan Pablo II permitió “poner a la Iglesia en todos los rincones del mundo, dado su espíritu viajero”.

Pero también fue criticado por su rechazo al uso del preservativo en tiempos del VIH/SIDA, por su rechazo a las uniones civiles entre homosexuales y por los abusos sexuales que cometieron responsables religiosos mientras él encabezaba la Iglesia.

Con el apoyo del entonces cardenal y actual Papa Joseph Ratzinger, también combatió en América Latina la teología de la liberación, una corriente crítica dentro de la Iglesia que Juan Pablo II asociaba con el marxismo.

En cambio, otorgó un estatus semi-independiente de “prelatura personal” al Opus Dei y autorizó la polémica canonización del fundador de esa agrupación, el español Josemaría Escrivá de Balaguer.

De hecho, algunos creen que la influencia del Opus Dei en el Vaticano ha sido importante para lograr la beatificación acelerada de Juan Pablo II.

El camino de la santidad

El proceso de canonización empieza transcurridos cinco años desde la muerte del candidato o candidata. Para tomar su decisión, la Iglesia analiza la vida y obra de la persona y busca “evidencia” que confirme su santidad.

Primera etapa: la persona es declarada “sirviente de Dios”.

Segunda etapa: la persona es declarada “venerable”.

Tercera etapa: beatificación, la persona es declarada “bendita” (require de un milagro atribuído al candidato).

Cuarta etapa: canonización, la persona es declarada “santa” (requiere de la autenticación de otro milagro).


El dogma de privatizar o nuestras frivolidades ideológicas

Por Hugo Latorre Fuenzalida

Así como en otras décadas se dio el dogma de estatizarlo todo, ahora sufrimos, pareciera que por una especie de resaca, el dogma de privatizarlo todo.

¿Es prudente, razonable y objetivo el instalar estas políticas tan extremas?

Un análisis histórico de las estatizaciones da cuenta que no fue ni razonable, ni conveniente ni bueno.

Un análisis de las privatizaciones, hecho con vista de historia en tránsito, va demostrando resultado parecido: no es razonable, no es bueno ni es conveniente.

Obviamente los partidarios de uno y otro extremo, nunca reconocerán sus errores. Los estatistas cayeron por inviabilidad económica; los privatistas vienen sufriendo varias caídas en el ring, con conteo de knock out, pero vuelven a pararse, medio grogui, pero ahí los tenemos, porfiando y sin darse por vencidos.

Los latinoamericanos somos algo tardíos para reaccionar ante los procesos históricos. Nos empeñamos en hacer la revolución marxista-socialista cuando en Europa ya hacía más de 30 años que declararon a las experiencias socialistas como propuestas fracasadas, conservadoras y autoritarias.

La experiencia neoliberal-privatista, comienza a hacerse fuerte en América Latina antes que en ninguna otra parte del mundo. Se inicia con la dictadura de Pinochet en los albores de los años 70 y, debido a la crisis de la deuda, se aplicará con fuerza extensiva y profundidad en toda la Región.

A la parte del mundo que acoge las recetas del FMI, como hemos sido los latinoamericanos, no le ha ido bien. Tampoco a Chile. Vivimos la década perdida y nuestras sociedades se encuentran entrampadas en un modelo transnacionalizado, exportador de materias primas y explotador de mano de obra barata. No generamos trabajo en cantidad suficiente y, menos, trabajo bien remunerado. Sufrimos los vaivenes del inestable mercado mundial de manera exagerada, lo que daña las tareas de desarrollo a mediano y largo plazo.

La tasa de inversión es claramente baja, para ser país en desarrollo; la industrialización y las manufacturas vienen quedando muy rezagadas, lo que reduce las demandas interempresas, en consecuencia no se activa suficientemente el acelerador y multiplicador keynesiano; por tanto la potencia de estímulos se va en parte para las economías extranjeras y no a las propias.

También, al ser pobre la industrialización, la demanda tecnológica es innecesaria, lo que hace a las economías locales más dependientes y menos competitivas.

La masa de pobres no ha cesado de crecer en el transcurso de las últimas tres décadas, hasta contabilizar 220 millones de personas, en la actualidad.

Brasil, puede considerarse un caso excepcional. Su tamaño y su empeño industrializador, desde la década de los 40 del siglo XX, le permitió llegar a ser la 8ª potencia industrial del mundo al inicio de los años 80 y retomar, luego de las crisis regionales y mundiales que se prolongan por casi tres décadas, una nueva perspectiva de relanzamiento mundial, como la que vive por estos días.

Las políticas de Brasil son pragmáticas, con los más y los menos, propio de nuestra América Latina, pero esa postura le ha permitido adelantarse a los ciclos y subsanar con mayor velocidad los errores cometidos en el camino.

Lo que no ha logrado Brasil es resolver el problema de la asimetría social y el rezago humano de gruesa parte de la población, producto de políticas excesivamente concentradoras del crecimiento económico modernizador, dirigido hacia las capas altas y media alta; pero también debe culparse a sus episodios de inestabilidad macroeconómica. Este lastre le costará un tiempo y un esfuerzo difícil de definir. Pero de intentarlo, lo intentará.

México, buscó una industrialización de maquila, soportado en las inversiones norteamericanas y asiáticas, que ocuparon su territorio para tareas estratégicas en su cadena de elaboración. Esa aparente bonanza de los 80 y 90, que llevó a duplicar el PIB y triplicar las exportaciones, no constituyó más que una “ilusión” de crecimiento, pues desarrollo no se produjo y la pobreza de la población urbana creció del 35% al 53%, en el mismo período.

Argentina, luego de la debacle de la deuda externa y del régimen privatizador de Menem, debe entrar a retomar estrategias realistas y viables de inserción en el mercado mundial. Argentina tiene las condiciones para hacerlo desde los recursos naturales y de sus recursos humanos altamente calificados. Sólo falta la conciencia de estos desafíos y una conducción suficientemente efectiva. También el recuperar los equilibrios sociales que un día tuvo –y que hoy se encuentran en declive peligroso.

Estos tres grandes países de la región latinoamericana, dan una panorámica de nuestra situación en el proceso de globalización. Tenemos potencialidades, pero hemos cometido errores que cuesta décadas superar; mientras tanto nuestra competencia, desde Asia, se proyecta a velocidad abismante, y su fórmula pragmática les permite sostener unas tasas de inversión que casi triplican las nuestras, y tasas de crecimiento del PIB que es más del doble que la nuestra; todo esto, extendido por décadas, define una distancia que se hace casi inalcanzable. El modelo adoptado por los asiáticos no es el neoliberal, sino el neokeynesiano. Este modelo implica desarrollarse con los dos pies: mercado interno y externo; competencia interna y competitividad externa; inversión tecnológica de punta y también desarrollo con tecnologías convencionales, todo de manera simultánea.

Nosotros, en general, hemos elegido el camino fácil, el atajo: la competitividad espuria, sobre la exportación de artículos llamados “menguantes”, con tecnologías blandas y de gran inestabilidad en los mercados.

El mundo asiático incorpora el 380% de cambio tecnológico en tres lustros, mientras que nosotros, en promedio, apenas el 60%. Esa es la explicación de nuestro atraso y de nuestros problemas sociales. Podemos, en consecuencia, vivir ciertos “milagros” económicos gracias a los precios circunstanciales de nuestros productos exportables (igual que hace dos siglos), pero de lo que no nos deben quedar dudas es que son “milagros sin mañana”.

Las claves de la crisis en Túnez por la BBC

Mapa de Túnez: país con 10,4 
millones de habitantes y 14%
de desempleo.

Hasta hace poco, Túnez -un popular destino turístico gobernado con "mano firme"- ha sido visto como un modelo de estabilidad y prosperidad relativas.
Sin embargo, desde diciembre pasado ese país del norte de África fue escenario de una ola de sangrientas protestas contra el desempleo, la carestía y la corrupción.

Y en una situación inédita para el mundo árabe, la movilización popular forzó la renuncia del presidente Zine al-Abidine Ben Ali, quien llevaba 23 años en el poder y era apenas el segundo mandatario desde la independencia de Francia en 1956.

¿Qué provocó los disturbios? 

El 17 de diciembre Mohamed Bouazizi se prendió fuego cuando las autoridades de su ciudad le impidieron la venta de verduras en las calles de Sidi Bouzid sin permiso.

El acto desesperado por parte de ese joven sin empleo, de 26 años de edad, provocó una serie de protestas y enfrentamientos con la policía.


Ciudad capital llena de contrastes.
Los demandantes reclamaban la creación de empleos en esa ciudad, que tiene una economía basada en la agricultura y se ubica en una de las regiones más pobres del país.

Estas manifestaciones se extendieron a otros lugares, ante lo cual el gobierno dijo que estaban siendo explotadas por la oposición.

Pero la violenta respuesta de las autoridades, con disparos por parte de la policía contra los manifestantes, parece haber exacerbado la ira y encendido más protestas.

Los disturbios fueron ampliamente vistos como el resultado de una profunda frustración con la clase gobernante y la supresión de las libertades políticas.

Los enfrentamientos se hicieron mucho más sangrientos el fin de semana del 8 al 9 de enero, y luego se extendieron a la capital y ciudad más poblada, Túnez.

Las autoridades dicen que 23 personas han muerto desde que comenzaron los disturbios, pero activistas de la oposición sostienen que la cifra de muertos es de al menos 60.

¿Se preveían estas protestas? 

No, el malestar parece haber tomado por sorpresa a casi todo el mundo, incluido el gobierno.

Muchos observadores dicen que ocurrió una ruptura del "pacto tácito" que había existido desde que el presidente Zine al-Abidine Ben Alí llegó al poder en 1987.

A cambio de un crecimiento económico lento pero constante, la mayoría de los tunecinos había aceptado la restricción de los derechos políticos y la existencia de una élite acusada de corrupta.

Para los inversores extranjeros, Túnez ha sido un lugar seguro y una fuente de mano de obra barata.

Pero este modelo parece haber fracasado o tal vez siempre fue insostenible en el largo plazo.

Un gran número de graduados universitarios sin empleo, la frustración con la falta de libertades, los excesos de la clase dominante y la ira por la brutalidad de la policía parece que se unieron para dar inicio a una imparable ola de indignación pública.

Revelaciones el mes pasado del sitio en internet Wikileaks acerca de la corrupción dentro de la élite gobernante pudieron haber agravado el malestar, señalan analistas.

¿Cómo reaccionó el gobierno? 

El mercado central en Túnez.
El entonces presidente Ben Ali inicialmente negó que la policía haya reaccionado de manera extrema y dijo que se estaba protegiendo la propiedad pública frente a un pequeño número de "terroristas".

Todas las universidades y escuelas fueron cerradas en un intento por mantener a los jóvenes en casa y fuera de las calles.

Pero, a continuación, el presidente pareció cambiar de rumbo y poco a poco su gobierno se desmoronó.

El 12 de enero despidió a su ministro del Interior y ordenó la liberación de todos los detenidos durante los disturbios. También creó una comisión especial para investigar la corrupción.

Hubo además una promesa para hacer frente a la raíz del problema mediante la creación de unos 300.000 puestos de trabajo.

Pero los disturbios continuaron y llegaron al centro de la capital el 13 de enero, a pesar de un toque de queda nocturno.

Ben Ali entonces se comprometió a frenar el aumento de precios de los alimentos, permitir la libertad de la prensa e Internet, y a "profundizar la democracia y revitalizar el pluralismo".

También dijo que, pese a lo que se esperaba, no iba a modificar la constitución para poder presentarse a las elecciones de 2014.

Al día siguiente, Ben Ali anunció que había despedido a su gobierno y llamó a nuevas elecciones parlamentarias en el plazo de seis meses, antes de declarar un Estado de Emergencia.

Un toque de queda se extendió en todo el país, las reuniones públicas de más de tres personas fueron prohibidas y las fuerzas de seguridad adquirieron poderes para disparar a cualquiera que desobedeciera sus órdenes.

Por último, se anunció que el presidente se retiraba del poder el cual había sido transferido al primer ministro, Mohammed Ghannouchi.

¿Qué podría suceder ahora? 

Ghannouchi ha dicho que se va a "respetar la Constitución".

Pero queda por ver si esto será suficiente para satisfacer a los manifestantes.

Y la erupción del descontento popular en Túnez y en la vecina Argelia podrían extenderse más allá de las fronteras de esos dos países.

Magdi Abdelhadi, de la BBC, dice que las protestas "podrían tener una amplia repercusión y cambiar todo el orden poscolonial en el norte de África".

Los tunecinos que hoy domingo hacían compras en los pocos negocios abiertos en el principal mercado de Túnez daban rienda suelta a su alegría por la caída del presidente Ben Alí, pese a la escasez de alimentos y al aumento de los precios.

"Nuestros hijos van a vivir en un país libre", dice feliz una clienta de la única panadería abierta en todo el mercado, en la que unas 60 personas esperan que se las atienda.

Numerosos comercios de la capital permanecieron cerrados durante varios días de manifestaciones y represión policial o actos de violencia atribuidos en algunos casos por testigos a partidarios del ex presidente Zine El Abidine Ben Alí, quien huyó el viernes a Arabia Saudí.

"Falta comida. No hay bastante pan ni harina. Si las cosas siguen así, va a haber una crisis alimentaria", explica Najla, mientras, "por las dudas", llena su canasto con carne y verdura. Agrega que prefiere no revelar su apellido, tras caer el régimen de Ben Alí que dirigió Túnez con mano de hierro durante 23 años. "Hay que seguir teniendo cautela", asegura Najla, según versión de la Agencia AFP.

¿Es Túnez peligroso para los turistas? 

El espacio aéreo de Túnez se cerró, pero no está claro hasta cuándo.

No hay informaciones sobre turistas heridos y la violencia ha ocurrido fuera de los sitios a los que ellos suelen acudir.

El Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido aconsejó a los ciudadanos británicos no viajar a Túnez, a menos que su viaje sea esencial.

Sin embargo, Francia, el antiguo poder colonial, origen del mayor número de visitantes europeos a Túnez, no ha emitido recomendaciones de ese tipo.

París aconsejó a los franceses ser prudentes, evitar las muchedumbres, llevar sus documentos de identidad y obedecer las instrucciones de las fuerzas de seguridad. EE.UU. ha dado a sus ciudadanos consejos similares.

¿Quién asume como Presidente?

El Consejo Constitucional de Túnez anunció que el presidente del parlamento, Fouad Mebezza, tomará las riendas del gobierno como presidente interino, tras el vacío de poder que dejó el viernes el ex mandatario Zine al-Abidine Ben Ali al renunciar y huir del país.

En la capital, Túnez, se mantiene la tensión un día después de que una revuelta masiva tumbara al régimen que estuvo en el poder durante 23 años.

Por orden del primer ministro Mohammed Ghannouchi, quien asumió el poder poco después de la salida a Arabia Saudita de Ben Ali, las fuerzas de seguridad tomaron el control del centro de la capital con cientos de tropas patrullando en las calles.

A pesar de las medidas de emergencia, el ejército no ha podido aplacar las protestas en otras zonas, como en la localidad de Monastir donde se prendió fuego a una prisión, que causó la muerte a decenas de presos.

El corresponsal de la BBC en la región, Wyre Davies, señaló que no está claro quién está al mando del país, pues el viernes por la noche Ghannouchi asumió la presidencia interina, pero en la mañana de ayer el Consejo Constitucional dijo que debería ser Mebezaa.

Hasta ahora ha habido pocas reacciones oficiales de los países vecinos sobre los sucesos.

La Liga Árabe hizo un llamado a las fuerzas políticas de Túnez para que se mantuvieran "juntas y unidas" en pro de la paz.

Túnez en cifras - Fuentes Banco Mundial y la ONU


Población: 10.4 millones
Población de 15-24 años: 20%
Idiomas: árabe (oficial) y francés
Economía: agricultura, turismo, manufactura
Ingreso promedio: US$3.720
Desempleo: 14% (cifra oficial)


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