Mantiene vigentes adjetivos de hace tres décadas:
'Indomable' o 'rebelde', llamaban a Carlos Caszely los cronistas de su tiempo y
así continúa. Como hacía en el terreno de juego, donde escapaba al control de
los defensas, sigue fuera de él, zafándose de la corrección política y las
exigencias del poder. Si la dictadura de Augusto Pinochet no le silenció, no lo
iba a hacer ahora un Gobierno democrático, por muy buen puesto que le
ofreciese. "Así soy, no hay más", recordaba a la grabadora el ex
ariete de Colo-Colo, Levante y Español hace unos días, en la entrevista
concedida a EL MUNDO que le acabaría costando su último empleo.
"No me parece bien hablar de libertad y recibir bajo
mesa dinero del Gobierno de Nicolás Maduro", opinaba preguntado por
Podemos, unas palabras que, al parecer, no gustaron al Gobierno de Michelle
Bachelet. Según medios de su país, sólo por culpa de esa charla con este diario
el Ministerio de Relaciones Exteriores decidió destituír ayer a Caszely como
agregado deportivo de la Embajada de Chile en España, un trabajo que realizaba
desde junio de 2014. Amparándose en la normativa que impide a los diplomáticos
hablar sobre la política interna de sus países de acogida, el organismo tomó la
decisión sin ofrecerle opción a réplica.
"Yo nunca le quito el poto a la jeringa [modismo
chileno que significa soslayar un tema u opinión]. En España el tema está de moda y por eso
hice ese comentario. No fue nada del otro mundo. No hablo de política interna o
partidista, sólo de una realidad", comentaba el ex futbolista el viernes,
antes de conocerse la noticia, al periódico 'La Tercera'. En breve, según
informaba el Ministerio, se ofrecerá Caszely un nuevo empleo, aunque muy
posiblemente continuará la polémica. No en vano, la oposición ya le criticó de
forma severa cuando fue 'enviado' a Madrid, por considerar que se le había
hecho un puesto a medida y que en su lugar debía contratarse a un diplomático.
"Yo de diplomático no tengo nada. Voy a seguir diciendo
las cosas que yo creo convenientes. Si me tengo que ir, me voy. ¿Cuál es el
problema?", apuntaba el chileno, que ayer no quería hacer declaraciones,
también a 'La Tercera'. En la misma pieza recordaba que su contrato en la
Embajada de Chile en España expiraba en diciembre e incluso dejaba un 'recado'
al Ejecutivo de Bachelet: "En España ahora hay ciertas dudas sobre lo que
está pasando en Chile. Y con razón. Por todo esto del caso Penta, el caso
Soquimich, el caso Cascadas y el caso Caval. Los diarios más importantes ya
dejan un pedacito donde pegan un palito".
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