América Latina/Chile
El Presidente Sebastián Piñera reiteró hoy el llamado a los mapuches para que depongan la huelga de hambre, que cumple 59 días y afecta a 32 procesados por "acciones terroristas" y que se encuentran en distintas cárceles en el sur de Chile.
"Parece contradictorio que cuando un país lucha por la vida (refiriéndose a los 32 mineros que se encuentran a 700 metros de profundidad en la tierra) tengamos un grupo de personas que está atentando contra su propia vida a través de una huelga de hambre. Quiero pedirle a los comuneros mapuches que depongan su huelga de hambre. Que la huelga de hambre no es un instrumento legítimo en un Estado de Derecho y en una democracia", dijo.
En ese sentido, el mandatario destacó la reforma al Código de Justicia Militar y la Ley antiterrorista, al tiempo que pidió un papel activo de la Iglesia Católica.
"El gobierno escucha a todos los chilenos y también a los comuneros mapuches que están formalizados por un conjunto de delitos, incluyendo delitos terroristas, cuyas causas están siendo conocidas por nuestros tribunales, que escucha a todos los chilenos", agregó el presidente.
Ramón Llanquileo, el mapuche que permanece en huelga de hambre y que ayer se autoinfirió heridas cortopunzantes, no descartó medidas más drásticas ante la falta de voluntad del gobierno de buscar una solución a sus demandas.
Natividad Llanquileo, hermana del comunero, visitó esta mañana a quien es sindicado como el segundo líder de la Coordinadora mapuche Arauco Malleco (CAM).
Según la mujer, Llanquileo está "tranquilo" tras su acción y que las heridas -un corte de ocho centímetros en la zona abdominal y otro de 3 centímetros en uno de sus brazos- no son una "medida de desesperación, sino de presión".
"Ramón estaba llamando a repudiar la acción del gobierno porque hasta el momento ha manifestado cero interés", dijo.
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