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ENGAÑAN AL CEREBRO Y A TRAVÉS DE
ÉSTE, AL
BOLSILLO DEL CIUDADANO
Por Mario Briones R.
Decir que nos relacionamos y nos entendemos en el mundo a través del cerebro, puede ser una
obviedad. Sin embargo, es en esta correlación donde se producen importantes
distorsiones que no corresponden precisamente a la realidad que nos aparece reflejada
en el cerebro.
Veamos un ejemplo simple: si usted está al interior de un
tren en una estación del metro y a través de la ventana observa que otro tren está
entrando o saliendo del anden siguiente, inevitablemente tenderá a pensar que es “su
tren” el que está en movimiento y no el del lado contrario.
Este pensamiento, sin embargo, dura mientras otros
sentidos no le comuniquen a su cerebro lo contrario, es decir que el movimiento
físico es inexistente, por ejemplo.
En los sentidos existen distorsiones que a veces
detectamos, pero que en su gran mayoría no son percibidas. El premio nobel de economía 2002 Daniel
Kahneman, lleva muchos años investigando
sobre los errores que comete la mente y que él llama “priming” o “cebado”.
En el marketing moderno y en política se conoce bastante
de estas técnicas de “cebado”, sin embargo, hemos convivido tanto tiempo con
ciertas prácticas políticas, que estas se han
enraizado como parte de una “normalidad” de nuestro entorno.
Kahneman, señala que si nos encontramos muchas veces con
algo y ese algo no me ha devorado,
entonces puedo sentirme seguro. Por eso nos gusta lo que conocemos.
En estos días, con un poco de atención podrá usted notar por
ejemplo que los políticos de derecha empiezan a utilizar frases donde enganchan
la palabra “abismo”. Felipe Morande en una reciente entrevista con “El
Mercurio” la emplea en sus respuestas y
Allamand, invitado al programa Tolerancia Cero, también se refirió a
ella. El mecanismo funciona primero
colocando palabras “buenas” como “progreso”, “paz”, “respeto”, etc., asociadas
al discurso del candidato o candidata de una coalición, y las palabras “malas”,
como “desorden”, “comunismo”, “encapuchados”, “miedo”, o “inseguridad” asociadas
a los adversarios. La palabra “abismo” fue utilizada recientemente en la
discusión presupuestaria de EE UU, y le dieron un carácter catastrófico, y por eso la utilizan.
Kahneman y Tversky
llaman “representatividad”,
al atajo que la mente toma para afrontar
los problemas del mundo real, como lo destaca Amos Nathan Tversky, psicólogo cognitivo, “asusta
pensar que no se sabe algo”, pero debe asustarnos más el pensar que, en gran
medida, “el mundo está gobernado por gente que piensa, que sí sabe lo que está
sucediendo”. No sólo estamos convencidos
de que sabemos más sobre nuestra política de lo que realmente sabemos, sino que
estamos convencidos de que “lo que no sabemos, carece de importancia”, lo que muchas veces
conduce a enjuiciar erróneamente una
situación o a una persona, cuando no la conocemos.
El economista jefe global de Citi, Willem Buiter ha dicho
que, "la deuda soberana de EE UU es el eje de la economía
global". Los ejemplos de la actual
disputa del programa de salud en Estados Unidos, llamado “Obamacare”, ha puesto
nuevos nombres en el subconsciente de los estadounidenses, “shutdown” o “cierre
del gobierno”, convirtiendo ahora a la economía en un "rehén" de los
republicanos para quienes los que recibirán subsidios son unos “flojos”. Se
trata una vez más de poder y dinero.
En EE UU, los republicanos ven que están perdiendo un
negocio monumental, como es el del seguro médico, donde tienen grandes
inversiones y empresas que les producen cuantiosas utilidades. Además, el
gobierno entregará subsidios a las familias más pobres que no puedan
costear el seguro médico y no podrán
discriminar respecto a las enfermedades pre-existentes ni poner topes en
el gasto médico, como se hace en Chile, es decir, es un problema de lucro. Si
lo que ellos pueden cambiar, ¿por qué no lo podemos hacer nosotros en salud?
En Italia el primer ministro italiano, Enrico Letta, pidió
ayer una “moción de confianza” en el Parlamento tras la dimisión de cinco
ministros claves. Si usted examina cual es la situación de fondo, verá que es
una “pelea” de poder. Silvio Berlusconi ordenó a los ministros de su partido
que presentaran la dimisión, tras comprobar que el Senado tramitará su
expulsión en cumplimiento de una condena por evasión fiscal por el caso
Mediaset (es decir prmitió estabilidad política a cambio de inmundidad).
¿Cuál es el poder de Berlusconi para poner en crisis al
gobierno? El enorme poder de su fortuna que permite financiar las campañas de
sus parlamentarios y de su partido, con el cual puede presionar al gobierno.
En nuestro país ocurre lo mismo, recordemos el rostro de
ira furibunda de Moreira cuando lo sacaron de una senaduría por Santiago y lo
mandaron al sur. ¿Por qué Moreira no renunció al partido ante tamaña
indignidad?
En el caso de la economía o las finanzas, podríamos decir
que la situación raya en lo grosero, con una terminología que todos conocemos,
como “los grandes bancos son tan grandes, que no pueden quebrar”, y por lo
tanto se deben ajustar todos los
objetivos de déficit al concepto de
“recuperación" para “salvar”
a la banca. El resto es despedir miles de trabajadores, mientras se
produce la “recuperación”, para lo cual llevan años inyectando dinero que
aumenta más y más las utilidades de accionistas, empresarios y a los
especuladores financieros.
Los bancos se capitalizan y descargan la deuda a los ciudadanos, a los cuales se les echa a la
calle sin trabajo y les quitan las casas mientras les dicen que está por llegar
el bienestar o el chorreo, una gran falsedad.
En Minnesota, EE UU, se está estimulando a todos los estudiantes en un
nuevo programa de capacitación para costura industrial. A nivel nacional, los fabricantes han creado
centros de reclutamiento que utilizan pantallas táctiles y otras tecnologías
interactivas para promover los beneficios de las textiles y hacer prendas con
trabajo para los estudiantes universitarios. Les dicen que, “si usted tiene una
habilidad cuando la economía empeora, es más probable que tenga éxito que
alguien que no lo hace”. Lo que no le dicen, es que todo lo que estudió y gastó
en formarse en la universidad, no le sirve más que para un trabajo manual.
En el transcurso de las diferentes crisis, numerosas
generaciones se han quedado fuera del circuito de la economía de mercado, son
los sub-consumidores de segunda a cuarta clase, los desplazados, cuyo
consumo para la gran empresa es
marginal, y por lo tanto tienen poco interés en ellos. Para el gran empresario
y los ricos, estos desplazados son “los nuevos flojos” que no quieren ser emprendedores. Una valiosa generación de jóvenes que están
confiando en sus estudios para salir de la miseria, probablemente se va a
frustrar, porque al parecer, nadie quiere aceptar que lo que estamos viviendo,
está para quedarse para siempre. Y la gran apuesta para el futuro es si las nuevas tecnologías y la innovación
científica estarán disponibles a tiempo y serán suficientes para mantener el nivel de vida mundial; o si la situación
de crisis económica y la finitud de los recursos acabarán por someter a la humanidad a un ciclo crónico de simple
sobrevivencia.
Hasta hace poco, Yantian, en China, era una ciudad
manufacturera en el sureste de China, un emblema del enorme auge en las exportaciones del país. Para 1998,
había más de 400 empresas extranjeras que se habían instalado en ella. Hoy, la
cantidad de firmas extranjeras en la ciudad ha descendido a unas 150 y simboliza los problemas que China afronta
para sostener su futuro crecimiento. El costo de fabricar en China ha ido
subiendo y se eleva en alrededor de US$ 11 la hora, más prestaciones adicionales.
La falta de empleos de las nuevas generaciones de los países desarrollados,
como EE UU, porque ni mencionemos a los pobres viejos ya sumidos en la miseria,
está permitiendo que los egresados de las universidades de hoy puedan ganar
entre US$ 14 o US$ 18 horas la hora, en costura industrial. O sea, se están
ajustando los costos a las economías emergentes. No estamos demonizando el trabajo de costura industrial, al
contrario, lo que estamos diciendo es que, este
modelo de economía de mercado global esta igualando hacia abajo la distribución
del ingreso, porque no tiene nada más que ofrecer.
La deuda es el problema, toda la deuda. Han diseñado un
modelo que ha vivido de la deuda y han disfrutado del paraíso en la tierra por
la deuda, pero que ya no se sostiene,
como se aprecia en la presente crisis de deuda entre la Casa Blanca y los
republicanos en el Congreso. En EE UU y
Europa han despilfarrado monumentales
sumas de dinero y endeudaron a varias
generaciones futuras, sin embargo, los causantes siguen “vivitos y coleando” a
cargo de la “recuperación” de la economía, que no es otra cosa que seguir
distribuyéndose las platas entre ellos mismos.
En Chile, a partir del golpe militar, el traspaso de
dineros y de una cuantiosa riqueza al sector privado ha sido constante y
creciente, de otro modo no se explicaría el fuerte aumento de la concentración
económica. Cuando se haga una auditoría
al dinero gastado por el actual gobierno, probablemente se encontrará que ha
aumentado la deuda y que ha ayudado más al sector privado y a sus empresas,
pero lo difícil es que hagan una auditoría.
Este modelo seguirá siendo un bien administrado como tal,
porque les permite seguir acrecentando la concentración de la riqueza en unos
pocos, por lo cual será muy difícil cambiar, hasta que se corrompa totalmente y
se desmorone, que es el curso que está tomando, según vemos por las tensiones políticas en EE UU y
en Europa. Las discusiones son por el poder y para repartir la riqueza futura
que provendrá del trabajo real, formal o informal, que deben hacer los
ciudadanos para sobrevivir, en medio de tanta desesperanza. En nuestro caso, la banalidad de algunos
discursos políticos de los postulantes a la presidencia es impresionante.
Algunos proponen y proponen cosas irrisorias y para que decir nada de aquellos
que lo van a cambiar todo, sin mencionar cómo, con quién ni con qué lo van a
hacer, para un periodo de cuatro años de gobierno. Eso es seguir faltando a la verdad, y ellos
lo saben.
La impresión constante de dinero por parte de la FED,
está enmascarando la mala realidad económica de EE.UU. Pero el mercado y la
ciudadanía están creyendo esa ficción. ¿Qué clase de techo es uno que cada vez
que uno lo alcanza sube?, tal cual lo asegura el economista Peter Schiff. No
existe tal techo de deuda en EE UU, sino un mecanismo para vivir sin una
producción equivalente. No olvidemos que uno de los mayores avances a que han
contribuido los estadounidenses es la manipulación del lenguaje, engañan al
cerebro y a través de éste, al bolsillo del ciudadano.
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