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martes, 15 de junio de 2010

DUELO VIDAL-VELASCO VISTO POR MEDIOS DIGITALES


Crítica “lucha de egos” entre Vidal y Velasco

Por Paula Correa y Sebastián Silva
Radio Universidad de Chile

Las declaraciones cruzadas entre los ex ministros del gobierno de Michelle Bachelet, Andrés Velasco y Francisco Vidal, enfrentaron a varios dentro de la Concertación, quienes observan con molestia cómo dos emblemáticos miembros del bloque se enfrentan por la prensa.

Quien tiró el primer dardo fue Vidal, acusando a Velasco de imponer una “lógica tecnocrática, profundamente ideológica y tremendamente liberal en lo económico” que según el ex ministro, llevó al Gobierno a definir políticas públicas que se contraponían con las ideas del mundo concertacionista, lo que se habría convertido en una de las causas de la derrota en las elecciones presidenciales.

La respuesta del ex ministro de Hacienda también fue en duros términos, afirmando que “si de asignar culpas se trata, que Vidal parta por mirarse al espejo”, fustigando que en las elecciones pasadas “la gente penalizó con el voto la política pequeña, de operaciones y contubernios, de la zancadilla y el insulto, que – según Velasco – Vidal “encarna como pocos”.

Y si bien estas posiciones existen dentro de la coalición y son parte de un debate que aún no se sincera, los presidentes de la Concertación criticaron esta “lucha de egos” entre los ex ministros.

Simbólico es que esta crítica la haga la propia presidenta del PPD, Adriana Muñoz, la misma del partido de Francisco Vidal. La diputada afirmó que es “impresentable pensar en hacernos cargo de la derrota a través de caricaturas. El egocentrismo que hoy día hemos puesto en el centro del debate, le hace muy mal a la coalición y creo que los egos personales deben guardarse para los seminarios, los talleres, para un debate profundo del partido”.

En medio de la polémica queda Michelle Bachelet y los cuestionamientos a su liderazgo, sobre todo porque la idea de Vidal respecto de una imposición de la tecnocracia choca de frente con el “gobierno de protección social” que la ex Mandataria se empeñó en instalar.

“Hacer de las diferencias entre tecnócratas y políticos como el gran problema de la Concertación me parece una caricatura. Llama la atención que esta fue una administración que tuvo un sello claramente social, y después aparece un ministro de ese mismo gobierno diciendo que perdió su derrotero en lo social porque tenía un ministro de Hacienda tecnócrata” critica el presidente del PS Fulvio Rossi.

Pero Francisco Vidal no está solo e insistirá en hacer público este debate. El llamado “girardismo” del PPD fue uno de los sectores que apoyó explícitamente al ex ministro.

El diputado Pepe Auth criticó la “soberbia” de Andrés Velasco, quien en la entrevista no se hizo cargo de los cuestionamientos y sólo atacó de vuelta.

Auth afirma que la poca autocrítica de Velasco es “una soberbia bastante predecible, porque es la misma  que nosotros observamos desde su servicio como ministro”. Una actitud que el parlamentario ejemplifica con compromisos presidenciales como la AFP Estatal “que estuvo en el programa de la Presidenta Bachelet, que luego fue comprometido después de un acuerdo político a la hora de votar las reforma a las pensiones, y que, soy testigo, fue bloqueado por Hacienda y del anuncio de desconocer la existencia siquiera de la deuda histórica (de los profesores) algo que había hecho previamente el ministro Viera Gallo”.

Auth agregó que estas “son razones que estuvieron presentes en la mayoría de los chilenos a la hora de decidir por quién votar”.

“Me preguntaban en qué país vivía. Vivo en un país donde el 11 por ciento de los trabajadores está sindicalizado solamente, donde el mercado abusa (…) hay tantas cosas que quedaron pendientes, el único punto que estoy pidiendo es que reconozcamos errores, si también nos equivocamos. (…)Yo reconozco que puedo no estar en lo correcto, pero por lo menos que me den argumentos. Quiero saber en resumen, porqué no hicimos el puente en Chacao, porqué el tren no llegó a Puerto Montt, porqué no eliminamos el siete por ciento de salud a los jubilados”, sostuvo el ex portavoz de La Moneda.

Forma y fondo del harakiri concertacionista

Editorial de El Mostrador

Las duras acusaciones cruzadas entre los ex ministros de Michelle Bachelet, Francisco Vidal y Andrés Velasco, sobre la culpa de la derrota de la Concertación en las últimas elecciones presidenciales es un indicador potente de la crisis y desconcierto interno de la otrora exitosa coalición política.

Su forma virulenta hace que los más perjudicados sean la ex presidenta Bachelet y los dirigentes partidarios que tratan de mantener al menos la apariencia de cohesión, en una coalición que hace rato está en proceso de desintegración.

Lo que si persisten son las malas prácticas cívicas o la baja transparencia de los procedimientos electorales internos. Cultura emblemática en este sentido es la del Partido Socialista. La crudeza de las opiniones de Francisco Vidal al sindicar al ex-ministro de Hacienda de Bachelet como el gran responsable de la derrota, omite que durante su ejercicio, como nunca antes en la historia de los gobiernos concertacionistas, la hacienda pública se abrió al gasto público. Si de algo no se puede acusar a Andrés Velasco es que no haya sido generoso cuando se lo requirió.

Probablemente el tema esté más bien en la calidad del gasto, es decir en qué se gastó, lo cual incide en la responsabilidad de todos, desde la Presidenta hasta el último ministro. Y por lo tanto, en la incidencia real del gobierno y su calidad en la derrota de Eduardo Frei.

Un instinto de conservación básico ha llevado a un grupo significativo de dirigentes concertacionistas a tomar distancia de las opiniones de Francisco Vidal. Ellos entienden que en el escenario planteado por el ex ministro de Defensa, todos deberán salir al pizarrón a explicar dónde estaban y qué hicieron en los gobiernos pasados. Incluso la propia Michelle Bachelet en relación a la pérdida temprana de la mayoría parlamentaria oficialista, y al fenómeno de los díscolos, anclado en críticas a su gobierno por políticas consideradas erradas en educación, salud, transporte o pequeñas empresas.

La presión levantada por Francisco Vidal llega, además, en medio de la renovación de las directivas internas en los partidos de la oposición. Allí la situación es compleja pues esta vez el poder ordenador del Estado hacia los grupos en pugna no existe.

Lo que si persisten son las malas prácticas cívicas o la baja transparencia de los procedimientos electorales internos. Cultura emblemática en este sentido es la del Partido Socialista, donde la semana pasada su Tribunal Supremo suspendió al encargado de organización del partido por la supuesta adulteración del padrón electoral con unas dos mil o tres mil fichas que estarían viciadas.

Es evidente que la Concertación necesita recomponerse orgánica y políticamente como oposición, teniendo presente que no tiene perspectivas inmediatas de premios o compensaciones de poder al interior de la Administración, lo que todavía no se advierte de manera abierta.

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