Columna de psicología social y familiar
LA
LUDOPATÍA Y LOS TRATAMIENTOS PSICOLÓGICOS
Por Jessika Krohne
La ludopatía es una forma de adicción sin drogas. Las adicciones,
tal como figura en la nueva edición del DSM-5 (Manual de diagnósticos
psiquiátricos), no se limitan exclusivamente a las conductas problemáticas
generados por algunas sustancias químicas.
Según la OMS la ludopatía o juego patológico se define como ”una
enfermedad, un trastorno mental, una patología compulsiva, incurable y
progresiva. Esta enfermedad se instala en cualquier persona sea esta joven,
adulto, mayor, hombre o mujer”.
El juego patológico, que afecta aproximadamente el 2 o 3% de la
población de un país implica la pérdida de control, la dependencia emocional y
la interferencia grave en la vida cotidiana; los jugadores problemáticos, a su
vez, se caracterizan por presentar dificultades en el funcionamiento diario
(manejo del dinero, deudas contraídas, mentiras, aislamiento social,
dificultades en sus relaciones con la pareja, etc.) En Chile ha aumentado
bastante esta patología, debido al crecimiento de los lugares de juegos
habilitados en nuestro país.
El trastorno es mucho más frecuente en hombres que en mujeres,
pero éstas son mucho más reacias a buscar ayuda terapéutica por la censura
social existente. Mientras las motivaciones de los hombres para jugar son
la obtención de un dinero fácil y la búsqueda de excitación, las mujeres juegan
más para aliviar el malestar emocional y para hacer frente a la soledad.
A diferencia de otras conductas adictivas, el juego patológico se
distribuye por todas las clases sociales y por todas las edades. No obstante,
la edad de acceso al juego ha descendido en los últimos años. De este modo,
cada vez son más los adolescentes que buscan tratamiento por problemas de
juego.
Desde una perspectiva psicopatológica, la depresión, los
trastornos de ansiedad y el abuso de alcohol están asociados con frecuencia al
juego patológico en forma de trastornos comórbidos .
Tratamientos psicológicos efectivos
Al haberse considerado la ludopatía como una adicción, se ha
recurrido a la utilización de técnicas terapéuticas que han mostrado su
utilidad en el control del alcoholismo y de la drogadicción.
El enfoque conductual analiza la conducta de juego a partir de los
antecedentes (expectativas económicas, señales de juego, emociones
positivas o negativas, relaciones interpersonales, ansia de juego), las
conductas abiertas o encubiertas (el dinero invertido en el juego, las
estrategias de afrontamiento del malestar emocional, los pensamientos
relacionados con el juego) y las consecuencias, tanto positivas (dinero ganado,
activación psicofisiológica, oportunidades de socialización, evitación de la
soledad) como negativas ( deudas, depresión, baja autoestima, conflictos
familiares y laborales, problemas con la justicia) del paciente. La activación
fisiológica generada por el juego, el reforzamiento variable y el alivio de la
tensión son los principales factores en el proceso de reforzamiento. (Hodgins y
Holub, 2007)
La utilización de técnicas reductoras de ansiedad -la
desensibilización imaginada, principalmente - está estrechamente relacionada
con el "mecanismo de ejecución conductual" como teoría explicativa
del mantenimiento del juego. Según esta teoría, en el sistema nervioso central
se establece un mecanismo neurofisiológico de ejecución de una conducta
cuando dicha conducta se convierte en habitual. Este mecanismo es activado
cuando la persona está en presencia de estímulos que preceden a la realización
de la conducta habitual o cuando la persona piensa en llevar a cabo dicho
comportamiento. Si la cadena de conductas no es completada cuando el sujeto es
estimulado para llevarla a cabo, el mecanismo de ejecución conductual produce
un aumento de activación y, por tanto, de tensión subjetiva. El malestar
producido por esta situación fuerza al sujeto a completar la conducta, incluso
aunque no desee hacerlo. La desensibilización imaginada implica que los
sujetos, en primer lugar, tienen que describir unas cuantas situaciones que les
impulsan a jugar, pero sin culminar en la conducta de juego. A continuación, se
les enseña a tranquilizarse con un método breve de relajación. Después, los
sujetos, en estado de relajación, tienen que imaginarse la primera situación, y
así sucesivamente hasta completar las escenas descritas.
En palabras simples, el sujeto es impulsado por pensamientos o
estímulos que preceden a una conducta de riesgo y el objetivo de un tratamiento
es romper con esta cadena de pensamientos y estímulos que llevan a realizar
dicha conducta de riesgo. Eso se hace en que el paciente reconozca los
estímulos, las emociones y los pensamientos que lo llevan a realizar una
conducta de riesgo.
También es muy importante que un paciente al comienzo de un
tratamiento limite el uso de dinero, impida el recorrido de los circuitos de
riesgo y evite el contacto con amigos jugadores problemáticos. Una estrategia
adicional es firmar una hoja de autoexclusión de los casinos y bingos, cancelar
las tarjetas de crédito y transferir el control de dinero a otra persona.
Los tratamientos cognitivos conductuales tienen entre un 50 y un
65% de éxito. Para que este tratamiento resulte en un paciente es importante
que éste esté consciente de su adicción y sea capaz de decir “Yo soy un
ludópata” o “yo soy adicto/a al juego.”
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