KRADIARIO

Análisis internacional

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TRUMP DEPENDE AHORA DE LA RESPUESTA DE LA MAYORÍA SILENCIOSA DEL ELECTORADO

Por Martín Poblete

Superando su comienzo caótico, la Convención Republicana en Cleveland, Ohio, culminó anoche con el discurso del candidato, Donald Trump, aceptando la proclamación  de su candidatura a la Presidencia de los Estados Unidos.

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Tradicionalmente es un discurso importante al cierre de la Convención que  fija las prioridades de los candidatos, marca el talante y el tono de la candidatura, y da una idea del compromiso del partido con su candidato. Lo mismo ocurrirá en la Convención del Partido Demócrata la próxima semana en Filadelfia, Pensylvania.

Trump acertó en todos los puntos, queda por verse ahora cual será la respuesta del electorado, y de la tantas veces citada mayoría silenciosa.

El de Trump fue un discurso abiertamente confrontacional respecto del Partido Demócrata, del actual jefe de estado Barack Obama, y de la candidata por proclamarse Hillary Clinton.  

Por estilo y lenguaje, fue un discurso propio de un candidato con una visión apocalíptica del país. Según Trump, los Estados Unidos estarían al borde de un severo quiebre  institucional y social producto del gobierno inepto de líderes agotados, solo evitable si llega a la Casa Blanca un líder fuerte, él mismo, capaz de actuar como agente de cambio y renovación haciendo de América (Estados Unidos) nuevamente la nación grande, fuerte y poderosa que nunca debió dejar de ser. 

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En este mensaje, Trump reitera una y otra vez la importancia vital de su liderazgo, vinculado a la recuperación de una grandeza que nunca debió exponerse a riesgos evitables representados por ideologías foráneas;  las comparaciones y paralelos con Benito Mussolini son inevitables.

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En materia de propuestas políticas, el candidato Trump se ofrece como el líder confiable para "restaurar la ley y el orden quebrantados",  en sus propias palabras. Establece una polémica relación entre inmigración y terrorismo, prometiendo terminar con la llegada de inmigrantes provenientes de países desde dónde opera "el terrorismo". Sin perjuicio de incluir a México entre sus objetivos prometió erigir un muro "infranqueable" contra el crimen y las drogas.  

En otros rubros, promete una fuerte rebaja de los impuestos a la renta de corporaciones y personas, junto con un masivo programa de inversión pública en aeropuertos, carreteras, ferrocarriles, y puertos.

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Los temas de política exterior y la forma como fueron enunciados por el candidato dejaron a muchos círculos especializados mas que nerviosos. Trump rechaza  la forma de como se han negociado, promulgado y aplicado, los tratados de libre comercio. Al hacerlo cuestiona también aspectos claves de la lógica de la globalización; pero sin duda lo mas impactante ha sido el cuestionamiento de la arquitectura geoestratégica construida en torno a la OTAN.

"Estados Unidos debe poner fin al subsidio de la defensa de Europa", sugiriendo aplicar las garantías militares solo si el país afectado cumple con sus obligaciones presupuestarias en defensa y contribuciones a las operaciones de la OTAN.

Algunos se han sentido tentados en calificar a Trump de conservador populista, algo de eso hay, pero sus propuestas mas bien apuntan a un proyecto desarrollista con rasgos  autoritarios en su ejecución.  Todas las comparaciones quedan abiertas.

Obama en acción (Redacción)

México pesa en la campaña electoral estadounidense. En pleno apogeo de Donald Trump, cuando el xenófobo millonario acaba de tomar las riendas de la maquinaria electoral republicana y se apresta al combate final, Barack Obama ha decidido jugar sus cartas y abrir este viernes las puertas de la Casa Blanca al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto. La reunión, de alto contenido simbólico, muestra el signo de la estrategia demócrata, volcada en capitalizar el voto antitrump, pero también la fuerza electoral que la población de origen mexicano ha ido cobrando y que Peña Nieto y su diplomacia pretenden transformar en un gigantesco grupo de presión.

Estados Unidos y México tienen una vida plena al margen de los improperios de Donald Trump. México es el segundo socio comercial de su vecino del norte y el primer destino de las exportaciones de California, Texas y Arizona, así como el segundo mercado para otros 20 estados. Cada minuto comercian por valor de un millón de dólares. Un flujo del que dependen seis millones de empleos estadounidenses.