CRISIS EN BRASIL
La sucesión de discursos, pronunciados entre las 14
y las 17 horas en la Cámara de Diputados
brasileña en Brasilia, indican que si la
jefa de Estado, Dilma Rousseff, es
separada del Poder, no lo será por corrupción sino por su “incapacidad para
gobernar”, y porque presuntamente es ella quien “hunde la economía del país”. Ni siquiera la justificación formal del
impeachment --las irregularidades fiscales-- es enarbolada por los
parlamentarios, salvo por el líder del bloque socialdemócrata Antonio
Imbassahy, quien mencionó las “pedaleadas” como un gran delito
cometido por la presidenta brasileña.
La votación se realiza
llamando a los diputados por cada estado provincial. Comienza por el norteño
Roraima (en el límite con Venezuela) y luego sigue por Río Grande del Sur. Lo
que llama la atención es que lo único que unifica a quienes votan a favor de apartar
a Dilma es la “convicción” de que ella “perdió credibilidad y por lo tanto
condiciones de gobernabilidad”.
Más temprano, diputados de
ambos bloques: los pro y los contra el impeachment, protagonizaron un enfrentamiento
casi cuerpo a cuerpo dentro del Salón Verde de esta Cámara, un gigantesco
vestíbulo que antecede al plenario. Unos gritaban: “No va a haber golpe”, en
alusión al juicio. Otros: “Impeachment ya”. No llegaron a las manos solo porque
los periodistas y camarógrafos quedaron en el medio de los dos bandos.
La Cámara de Diputados de
Brasil inició la votación en la que sus 513 miembros decidirán si el proceso
que puede llevar a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff
avanza al Senado o termina en los archivos del Parlamento.
El presidente de la Cámara
Baja, Eduardo Cunha, declaró la sesión abierta "sobre la protección de
Dios y en nombre del pueblo brasileño", en medio de gritos de "Fuera
Dilma", coreados por los promotores del proceso, y del "no habrá
golpe" del oficialismo.
La votación se hará en forma
nominal y cada uno de los 513 diputados será llamado a manifestarse frente a un
micrófono, según un orden geográfico determinado por los 27 estados del
país.
Las previsiones de la Cámara
baja dicen que cada diputado no se tomará más que 30 segundos para votar, por lo que el trámite debería durar al menos
unas cuatro horas y media.
Esta sesión fue precedida por
debates que comenzaron la mañana del viernes y se prolongaron en forma ininterrumpida durante
casi 43 horas, en las que intervinieron 389 diputados.
Para que el proceso llegue al
Senado, que tendrá la palabra final sobre la eventual apertura de un juicio
político contra Rousseff, la oposición necesita una mayoría calificada de 342
votos entre los 513 posibles.
Brasil se paralizó este
domingo para seguir la sesión en la Cámara de Diputados que decide la
continuación o no del proceso de juicio político contra la presidenta Dilma
Rousseff.
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Por la tarde, el panel del pleno ya registraba la presencia de 493 de los 513 diputados y, a la medida que los líderes accedían al micrófono para orientar el voto de sus respectivos partidos, parlamentarios a favor y en contra se manifestaban con gritos de “no habrá golpe” e “impeachment ya”.
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Tres pantallas gigantes instaladas por manifestantes a favor de la destitución en la playa de Copacabana en Río de Janeiro transmiten la sesión de la Cámara de Diputados. Cuando hablaban los diputados oficialistas, sus voces eran anuladas por gritos de “Fuera PT” desde la multitud y los diputados que apoyan la destitución fueron aplaudidos por los manifestantes.
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La periodista jubilada Janaína Sousa confía en la aprobación del juicio político. “Esta fue la primera limpieza y luego seguiremos limpiando para que el país tenga realmente una oportunidad. Mientras haya robo, este país no va hacia adelante".
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Edmir Simas, relacionador público, de 52 años, también cree que el juicio político es el primer paso para detener la corrupción en el país. “Primero apagamos el incendio y luego reconstruiremos nuestro país. Y fuera Cunha. Será el siguiente en caer”, dijo en referencia al presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, quien está siendo investigado por la Operación Autolavado, según publico la Agencia Brasil.
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En São Paulo, manifestantes que se oponen a la destitución de Rousseff se reunieron en el céntrico Vale do Anhangabaú, donde también se instaló una pantalla gigante para transmitir la votación en la Cámara. También se ha montado un escenario para debates y presentaciones musicales. Entre la multitud, circulan grupos que tocan percusión y birimbao. Con banderas de sindicatos y movimientos sociales, varios participantes se visten de rojo y llevan bandas y adhesivos que clasifican el proceso contra Rousseff como golpe.
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“Quieren destituirla para elegir a quién quieren sin una nueva elección”, se quejó Guilherme Nadoni, de 22 años. Según él, no hay ninguna razón para el juicio político. “Estoy aquí por la democracia, que está en riesgo con este golpe que se está haciendo. Dilma tiene la ficha limpia, no hizo ninguna ilegalidad”, dijo Nadoni, proveniente de Interlagos, zona sur de São Paulo, aunque no es un partidario del gobierno.
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Las sospechas contra los diputados que conducen el juicio político son, en la opinión de la politóloga Daliane Saroba, de 38 años, uno de los principales problemas en el proceso. Ella afirmó que no está segura del resultado de la votación. “Creo que ella no va a escapar”, dijo.
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En la Avenida Paulista de São Paulo, normalmente cerrada al tráfico de vehículos los domingos, manifestantes a favor de la destitución de Rousseff ocuparon tan solo una cuadra entre el Museo de Arte y la sede de la Federación de Industrias del estado, a diferencia de lo que ocurrió en las manifestaciones anteriores, cuando todas las calles de la región fueron tomadas por la multitud.
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La mayoría viste ropas con los colores de la bandera brasileña: verde, amarillo, azul y blanco. La asesora de viajes Márcia Guzardi, de 60 años, explicó por qué estaba allí: “Tenemos que creer. Confío en mi país. Creo que, con mucha gente junta, lograremos cambiar. Estoy luchando por un país mejor y no por un partido”, dijo.
.
El abogado Rafael García, de 31 años, cree que uno de los peores reveses es el desempleo. “La gente está sufriendo, sin seguridad, sin salud, sin vivienda, y sobre todo viviendo un camino de desempleo que afecta a diez millones. Y detrás de cada desempleado, hay una familia. Las empresas están quebrando, el dólar alcanza casi los R$ 4,00. Perdimos Petrobras y nos enfrentamos a la mayor corrupción del mundo. Eso tiene que cambiar”, dijo.
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En el lado de los contrarios a la destitución, la mañana del sábado fue dedicada a la participación en el acto Movimientos Sociales por la Democracia. en el centro de la capital.
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Por la tarde, el panel del pleno ya registraba la presencia de 493 de los 513 diputados y, a la medida que los líderes accedían al micrófono para orientar el voto de sus respectivos partidos, parlamentarios a favor y en contra se manifestaban con gritos de “no habrá golpe” e “impeachment ya”.
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Tres pantallas gigantes instaladas por manifestantes a favor de la destitución en la playa de Copacabana en Río de Janeiro transmiten la sesión de la Cámara de Diputados. Cuando hablaban los diputados oficialistas, sus voces eran anuladas por gritos de “Fuera PT” desde la multitud y los diputados que apoyan la destitución fueron aplaudidos por los manifestantes.
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La periodista jubilada Janaína Sousa confía en la aprobación del juicio político. “Esta fue la primera limpieza y luego seguiremos limpiando para que el país tenga realmente una oportunidad. Mientras haya robo, este país no va hacia adelante".
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Edmir Simas, relacionador público, de 52 años, también cree que el juicio político es el primer paso para detener la corrupción en el país. “Primero apagamos el incendio y luego reconstruiremos nuestro país. Y fuera Cunha. Será el siguiente en caer”, dijo en referencia al presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, quien está siendo investigado por la Operación Autolavado, según publico la Agencia Brasil.
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En São Paulo, manifestantes que se oponen a la destitución de Rousseff se reunieron en el céntrico Vale do Anhangabaú, donde también se instaló una pantalla gigante para transmitir la votación en la Cámara. También se ha montado un escenario para debates y presentaciones musicales. Entre la multitud, circulan grupos que tocan percusión y birimbao. Con banderas de sindicatos y movimientos sociales, varios participantes se visten de rojo y llevan bandas y adhesivos que clasifican el proceso contra Rousseff como golpe.
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“Quieren destituirla para elegir a quién quieren sin una nueva elección”, se quejó Guilherme Nadoni, de 22 años. Según él, no hay ninguna razón para el juicio político. “Estoy aquí por la democracia, que está en riesgo con este golpe que se está haciendo. Dilma tiene la ficha limpia, no hizo ninguna ilegalidad”, dijo Nadoni, proveniente de Interlagos, zona sur de São Paulo, aunque no es un partidario del gobierno.
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Las sospechas contra los diputados que conducen el juicio político son, en la opinión de la politóloga Daliane Saroba, de 38 años, uno de los principales problemas en el proceso. Ella afirmó que no está segura del resultado de la votación. “Creo que ella no va a escapar”, dijo.
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En la Avenida Paulista de São Paulo, normalmente cerrada al tráfico de vehículos los domingos, manifestantes a favor de la destitución de Rousseff ocuparon tan solo una cuadra entre el Museo de Arte y la sede de la Federación de Industrias del estado, a diferencia de lo que ocurrió en las manifestaciones anteriores, cuando todas las calles de la región fueron tomadas por la multitud.
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La mayoría viste ropas con los colores de la bandera brasileña: verde, amarillo, azul y blanco. La asesora de viajes Márcia Guzardi, de 60 años, explicó por qué estaba allí: “Tenemos que creer. Confío en mi país. Creo que, con mucha gente junta, lograremos cambiar. Estoy luchando por un país mejor y no por un partido”, dijo.
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El abogado Rafael García, de 31 años, cree que uno de los peores reveses es el desempleo. “La gente está sufriendo, sin seguridad, sin salud, sin vivienda, y sobre todo viviendo un camino de desempleo que afecta a diez millones. Y detrás de cada desempleado, hay una familia. Las empresas están quebrando, el dólar alcanza casi los R$ 4,00. Perdimos Petrobras y nos enfrentamos a la mayor corrupción del mundo. Eso tiene que cambiar”, dijo.
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En el lado de los contrarios a la destitución, la mañana del sábado fue dedicada a la participación en el acto Movimientos Sociales por la Democracia. en el centro de la capital.
Concentrados en campamentos
montados en el centro de la capital federal, manifestantes favorables y en
contra de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff iniciaron este sábado un
maratón de movilizaciones que tendrán lugar hasta que la Cámara de Diputados
termine este domingo de votar la admisibilidad del proceso.
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Decenas de autobuses con manifestantes siguen llegando y ambos los lados esperan cerca de 200 mil personas en la Explanada de los Ministerios, donde se ubica el parlamento. La explanada fue dividida en dos partes por una valla de 2 metros de altura y un gran corredor central ocupado por la seguridad.
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En el campamento de los favorables a la destitución, montado en el parque principal de la ciudad, los manifestantes están optimistas. Ellos tienen planes de celebrar una vigilia por toda la noche frente del edificio del Congreso Nacional.
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“Con impeachment o sin él, la resistencia continuará”, dijo la empresaria Dileta da Silva, quien está acampada en Brasilia desde hace 26 días y conduce la llamada Unión Patriótica Nacional, uno entre la docena de grupos que se reúnen en el lugar. Algunos piden la intervención militar.
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En el lado de los contrarios a la destitución, la mañana del sábado fue dedicada a la participación en el acto Movimientos Sociales por la Democracia. en el centro de la capital, donde los manifestantes se reunieron bajo una carpa blanca.
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Se esperaba un discurso de la presidenta Dilma Rousseff, pero minutos antes del acto la presidencia informó que ella se reuniría con líderes de partidos. El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva asistió a la ceremonia y pronunció un discurso ante 1.500 personas, en que dijo que la destitución sin base legal es un golpe contra la democracia.
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Además de desear la continuidad del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), los manifestantes a favor de Rousseff reclaman la democratización de los medios de comunicación, no quieren más recortes en programas sociales o en la educación, y rechazan el aumento de impuestos.
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“Queremos, sí, una Patria Educadora y el 10% del PIB para la educación”, dijo la presidenta de la Unión Nacional de los Estudiantes, Carina Vitral, refiriéndose al lema del gobierno: Brasil, Patria Educadora. El acto terminó al mediodía con el grito de guerra “¡No habrá golpe! ¡Habrá lucha!"
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Decenas de autobuses con manifestantes siguen llegando y ambos los lados esperan cerca de 200 mil personas en la Explanada de los Ministerios, donde se ubica el parlamento. La explanada fue dividida en dos partes por una valla de 2 metros de altura y un gran corredor central ocupado por la seguridad.
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En el campamento de los favorables a la destitución, montado en el parque principal de la ciudad, los manifestantes están optimistas. Ellos tienen planes de celebrar una vigilia por toda la noche frente del edificio del Congreso Nacional.
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“Con impeachment o sin él, la resistencia continuará”, dijo la empresaria Dileta da Silva, quien está acampada en Brasilia desde hace 26 días y conduce la llamada Unión Patriótica Nacional, uno entre la docena de grupos que se reúnen en el lugar. Algunos piden la intervención militar.
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En el lado de los contrarios a la destitución, la mañana del sábado fue dedicada a la participación en el acto Movimientos Sociales por la Democracia. en el centro de la capital, donde los manifestantes se reunieron bajo una carpa blanca.
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Se esperaba un discurso de la presidenta Dilma Rousseff, pero minutos antes del acto la presidencia informó que ella se reuniría con líderes de partidos. El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva asistió a la ceremonia y pronunció un discurso ante 1.500 personas, en que dijo que la destitución sin base legal es un golpe contra la democracia.
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Además de desear la continuidad del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), los manifestantes a favor de Rousseff reclaman la democratización de los medios de comunicación, no quieren más recortes en programas sociales o en la educación, y rechazan el aumento de impuestos.
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“Queremos, sí, una Patria Educadora y el 10% del PIB para la educación”, dijo la presidenta de la Unión Nacional de los Estudiantes, Carina Vitral, refiriéndose al lema del gobierno: Brasil, Patria Educadora. El acto terminó al mediodía con el grito de guerra “¡No habrá golpe! ¡Habrá lucha!"
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