18-10-2013-KRADIARIO EDICIÓN N°874
PERFILES
DE UN PONTIFICADOPor Martín Poblete (*)
Desde un comienzo el Papa Francisco se proyectó distinto a
sus dos inmediatos predecesores, particularmente al Papa Juan Pablo II. Atrás
quedaron las encíclicas intelectuales, sus macizas construcciones lógicas: Laborem Exercens, Instrucción Sobre la Teología
de la Liberación, Ex Corde Ecclesia, Centessimus Annus, sus formidables
ensayos en teoría del conocimiento: Fides et Ratio, y en filosofía de la
religión y teología moral: Veritatis Splendor.
El discurso de Francisco viene con otras claves:
"Tenemos que encontrar un nuevo
equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre peligro
de caer como castillo de naipes ... La propuesta evangélica debe ser más sencilla, más profunda e irradiante
(entrevista en Civilta Cattolica)."
Al encontrarse con el borrador de la encíclica Lumen Fidei,
dejada inconclusa por Benedicto XVI,
Francisco tuvo en sus manos el instrumento ideal para dar continuidad y a la vez marcar
diferencias.
En la inteligencia del Papa, los artículos de la Fe forman
un todo estructural perfectamente imbricado entre sus partes y respecto del
conjunto, negar uno solo de esos artículos daña necesariamente la
totalidad.
La sencillez retórica se acompaña de frases de mucha belleza
descriptiva: "Cristo resucitado, estrella de la mañana que no conoce ocaso”;
“la Fe nace del encuentro con el Dios vivo ... luz en el sendero que orienta
nuestro camino en el tiempo".
Después de los debates teológicos del último tercio del Siglo XX,
Francisco no podía eludir afirmar algunas cuestiones fundamentales, lo hace sin
entrar en polémicas ya resueltas por sus antecesores, con un lenguaje
diferente: "La teología es imposible sin la Fe, forma parte del
movimiento mismo de la Fe que busca la inteligencia mas profunda de la
autorrevelación de Dios, cuya culminación es el misterio de Cristo. Esto requiere que la teología esté al
servicio de la Fe de los cristianos, especialmente la de los sencillos. La teología no puede considerar el
Magisterio del Papa y de los Obispos como algo extrínseco, un límite a su
libertad, sino al contrario como un momento interno constitutivo."
Habiendo dejado firmes sus credenciales intelectuales, Francisco abordó uno de los desafíos más
serios ante su visión de la Iglesia, cual es la reforma de la Curia Romana,
cuya estructura había sido fijada por Juan Pablo II en el documento pontificio Pastor Bonus de
1988, ampliando considerablemente las
atribuciones de la Secretaría de Estado
elevando la importancia del Cardenal titular por sobre la de los demás
cardenales en la Curia, en ese marco el Secretario de Estado pasó a tener una
relación privilegiada con el Papa de fuerte impacto en el gobierno de la
Iglesia, esto llegó a extremos con el
Cardenal Angelo Sodano, y con el Cardenal Tarcisio Bertone en el pontificado de
Benedicto XVI.
El nombramiento de un
arzobispo joven, Pietro Parolin de 58 años, para suceder al Cardenal
Bertone anuncia la firmeza del cambio, con
sus implicancias para todo el ordenamiento de la Santa Sede como bien lo
indicó Francisco en su entrevista con
Civilta Cattolica: "Los dicasterios romanos están al servicio del
Papa y de los obispos, tienen que ayudar a las iglesias particulares y a las
conferencias episcopales. Son instancias
de ayuda. Cuando no son bien entendidos,
corren peligro de convertirse en organismos de censura."
Francisco ha querido tomar la inspiración sinodal del
Concilio, haciéndola realidad en su forma de llevar la Iglesia; un primer gesto fue la designación de un
grupo de ocho cardenales, con el fin de "aconsejar y asesorar al Papa
sobre temas propios del gobierno de la Iglesia Universal". En seguida, procedió a convocar un Sínodo de
Obispos del 5 al 19 de octubre del 2014:
Los Desafíos de la Familia en el Contexto de la Evangelización.
.
Siempre innovador, Francisco ha convocado a un retiro
espiritual a todos los prefectos, presidentes y secretarios de dicasterios de
la Curia Romana, todos ellos tienen cita con el Papa en la Casa de Retiros
Divino Maestro cerca de Castel Gandolfo, el domingo 3 de marzo del 2014 para cinco días de oración, convivencia, y
atención a la prédica del Padre Angelo
de Donatis del clero arquidiocesano de Roma.
En un giro radicalmente diferente respecto de sus
predecesores, Francisco ha usado la entrevista de prensa como instrumento de
comunicación y difusión a los fieles y al mundo. Su detallada y larga entrevista con el Padre
Antonio Spadaro SJ, director de La Civilta Cattolica, puede considerarse una
breve encíclica; la otra, con Eugenio
Scalfari, director de La Repubblica, principal diario laico italiano, abrió
espacios y lectores nuevos para un Pontífice; ambas deben ser consideradas
piedras angulares del inicio de su pontificado.
La tradición indica poner atención a los nombramientos
episcopales al comienzo de un pontificado.
En palabras de Francisco, "Se trata de nombrar obispos pastores
cercanos a su gente, padres y hermanos, humildes, pacientes y
misericordiosos. No quiero obispos con
mentalidad de príncipes."
Por la
importancia de España en la Iglesia, habrá particular atención a los
nombramientos en las principales sedes cardenalicias, el Arzobispo de Madrid,
Cardenal Antonio María Rouco cumplió 76 años, igual para el Arzobispo de
Barcelona, Cardenal Luís Martínez Sistach.
En los Estados Unidos, se abre una de las sedes cardenalicias, el
Arzobispo de Chicago Cardenal Francis George cumplió 76 años. En Chile, están vacantes las diócesis de
Iquique y Arica, mientras en la de Copiapó el titular Obispo Gaspar Quintana
cumplió 77 años, y en Melipilla el Obispo Enrique Troncoso cumplió 76 años.
Algunos desde sectores conservadores, nostálgicos del estilo
y sustancia de Juan Pablo II y Benedicto XVI, han empezado a criticar una
supuesta falta de claridad doctrinaria; están errados, no corresponde a Francisco volver a un discurso ya hecho para otro tiempo y
circunstancias, en las palabras del Papa a Civilta Cattolica: "Aquel que
hoy buscase siempre soluciones doctrinales, el que tienda a la seguridad
doctrinal de modo exagerado, el que busca obstinadamente recuperar el pasado
perdido, posee una visión estática e involutiva. Y así la Fe se convierte en una ideología
entre tantas otras. Es equivocada una
visión monolítica y sin matices de la
Doctrina de la Iglesia".
En la compleja cuestión del rol de la mujer en la Iglesia,
las esperanzas están en Francisco para la instauración del Diaconado
femenino.
(*) Profesor de historia, Fordham University Nueva York 1981. Ejerció en Rutgers University (Universidad del Estado de New Jersey), New Brunswick NJ. Director del Seminario Latinoamericano de Columbia University, Nueva York, 1998-2009.
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