Por Hugo Latorre Fuenzalida
Se ha abierto la opción preferencial para que CODELCO acceda a la compra del 49% de la mina Disputada de Las Condes, cuyo propietario actual es la Angloamérica.
Para hacer un poco de historia sobre esta mina, Chile la vendió durante el régimen militar a la Exxon por un monto cercano a los 90 millones de dólares.
La Exxon explotó este mineral por más de 20 años en Chile y durante esos 24 años declaró pérdidas en su gestión productiva, en este caso extractiva, con lo cual no pagó impuesto alguno al Estado chileno durante todo el período de su explotación.
Durante el gobierno de don Ricardo Lagos la Exxon decide vender esta propiedad y su comprador fue otra empresa extranjera, la actual propietaria, Angloamérica. Fue transada por un monto de $ 1.300 millones de dólares y Chile reclamó un pago de impuesto equivalente a una cifra cercana a los 400 millones de dólares.
Grande fue la sorpresa del presidente Lagos cuando viaja a Chile el presidente mundial de la Exxon y lanza sin pestañear la tesis de que su empresa no debe pagar ni un centavo a Chile, por mérito de la propia ley de inversiones extranjeras y el estatuto minero, pues en esta legislación se establece claramente que estas
empresas extranjeras que invierten en Chile pueden descontar de impuestos sus inversiones realizadas en el país durante todo su ejercicio de explotación. En consecuencia, están en condiciones de demostrar que esas inversiones anulan los impuestos que Chile reclama por diferencial entre el precio de adquisición de la mina y el elevado precio de venta.
Lagos, que se sintió estafado, consulta a Eyzaguirre, quien luego de consultar a Impuestos Internos y los abogados especialistas, confirma la tesis del presidente de la Exxon y en gratitud a los 24 años en que se llevaron una incalculable riqueza, sin pagar un peso de impuesto, decidió gratificar a Chile con un pago simbólico de 36 millones de dólares; y eso sería todo.
El presidente Lagos tuvo (o simuló) una rabieta de esas, tan propias de él, pero luego calló y aceptó y ni siquiera hizo el amago de cambiar en lo sustancial la ley de inversiones extranjeras, sólo limitó su intervención a pulir algunas aristas que parecían demenciales, que sólo podían caber en la cabeza de engendros extremosos del entreguismo, como don José Piñera, el señor Büchi y compañía, que hoy acreditan altos cargos en las asesorías de los grandes consorcios multinacionales, con sede en Nueva York.
Siguiendo la historia de esta empresa, que viene facturando utilidades por 900 millones de dólares cada año (es decir 10 veces lo que pagó la Exxon por la compra de la mina, y poco menos que el valor total pagado a la Exxon por Angloamérica, hace poquitos años). Pero bien, ahora que la Angloamérica abre la opción de compra a CODELCO por el 49% de la propiedad de la mina, lo que debería pagar CODELCO a la multinacional sería la sorprendente cifra de 6.700 millones de dólares (pero, insisto, no por el valor total, sino apenas el 49% del valor de la empresa).
¿Qué les parece el negocio que ha hecho Chile al privatizar sus recursos mineros?
Esta es la radiografía más exacta del precio que se paga por vivir de las ideologías totalistas, como nos ha acontecido con la liberal, que ha dominado a Chile por casi cuarenta años, y que se impuso gracias a los afanes totalistas de nuestros marxistas criollos, que creyeron en eso de la revolución y el "asalto al palacio", la lucha de clases y la resolución final en la toma del poder, como lo predicaron a todos los vientos, por más de una década en Chile. El resultado histórico fue su antítesis conservadora y transnacionalizadora, (como lo sostenía Hegel, el filósofo inspirador), y la reconversión de esos epígonos de la revolución en los más convencidos pro-liberales, como todos lo hemos podido apreciar en estos últimos 20 años, en que fueron poder.
Esta falta de sensatez en el pensar y actuar, nos ha llevado a esta situación, que es tan ignominiosa como son las inversiones en el sector del cobre en Zambia, con la diferencia que en Chile hemos tenido hace poco tiempo en propiedad la riqueza minera y hemos sido capaces de administrar esa riqueza con solvencia y eficiencia por cuarenta años.
En resumen, producto de esta mitomanía derechista, acerca de las inversiones extranjeras, sólo en esta mina hemos dilapidado un equivalente de riqueza que se aproximaría a los quinientos millones de dólares anuales, durante 35 años, es decir unos 17.500 millones de dólares, considerando el pago inicial (que se hizo con deuda, no con dinero efectivo) y las inversiones reconocidas (por 350 millones de dólares hasta el 2004).
Para tenerlo en cuenta.
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