Un error detrás de otro. La aplicación de la Ley de Seguridad Interior del Estado en la Región de Magallanes le va a costar muy caro al gobierno, que demuestra con ello que no es capaz de manejar políticamente el asunto.
Todo el mundo democrático está indignado con el anuncio del ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, que, además, le hará mucho más difícil la negociación al flamante biministro de energía y minería, Laurence Gollborne. Es como ponerle piedras en el camino con las cuales de todas maneras se va a tropezar y su figura presidencialista se desmoronará como un castillo de naipes. Es quizá lo que desean ciertos sectores oficialistas, especialmente ahora que entraron al Gabinete Ministerial dos potenciales candidatos y con muchas ansias de llegar a controlar el poder, como son Andrés Allamand y Evelyn Matthei.
Ya escuchamos hoy al arzobispo de Santiago, Monseñor Ricardo Ezzati, quien pidió a Dios para que "la razón y el diálogo vuelvan a ser el camino" para buscar una solución al conflicto del gas. Enfatizó que era “grave, sin duda alguna, la medida tomada”.
Palabras similares dijo ayer el Obispo de Punta Arenas, Bernardo Bastres, quien calificó de "lamentable" la medida y afirmó que "será perjudicial para la gente de Magallanes". Sin embargo lo más serio es que Monseñor Bastres está pensando si continúa o no integrando la mesa de diálogo que se formó en Punta Arenas para abordar el conflicto.
Si el tema evoluciona con renuncias de quienes pueden hacer aportes para intentar resolver este conflicto, la guerra en Magallanes podría llegar a ser total y las protestas podrían extenderse a todo el país. Vemos de hora en hora como el gobierno se va quedando cada vez más solo frente a una crisis de proporciones, mal tratada, sin capacidad política y teniendo siempre a interlocutores equivocados.
En otras palabras, el Gobierno está desarmado y sin iniciativas claras para actuar en el futuro y recurre equivocadamente a las amenazas y a la fuerza, faltando solo que llame a los militares para que actúen contra quienes, utilizando el legítimo derecho en un régimen democrático, protestan en las calles contra el alza del precio del gas en un 16,8 por ciento.
¿Qué está haciendo, qué mensaje o qué está diciendo el Gobierno en cambio? Con la derecha no se juega porque vamos a poner orden sea como sea.
Y justamente por allí no va la política. Además le está dando todos los elementos necesarios a la oposición para que ésta trapee el piso con el Gobierno. El Presidente de la DC, Ignacio Walker fue muy claro: “La aplicación de la Ley de seguridad interior del Estado demuestra falta de capacidad de gobernar del Ejecutivo. "Esto es un reflejo de un gobierno ausente, que no sabe negociar ni gobernar, que hace como que se sienta a la mesa y que, como no consigue lo que quiere, aplica la fuerza", dijo el senador.
Así como ha escalado peligrosamente la situación en Magallanes, el Gobierno sufriría menos daños si se decidiera a anular el alza del precio del gas y volviera a foja cero, y desde allí comenzara una nueva negociación con todas las fuerzas vivas, explicando las dificultades que tiene la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) de continuar pagando las mismas subvenciones como ha sido hasta ahora y proponiendo fórmulas alternativas que puedan paliar la situación que afecta a los bolsillos de los más pobres. La forma acelerada y sorpresiva en la aplicación de la medida y también de hacer las cosas, se estaría cambiando por una estrategia de más largo plazo, pero mucho más segura, concreta y sólida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario