Director General de la OIT, el chileno Juan Somavía |
En un informe titulado “Tendencias mundiales del empleo 2011: el desafío de la recuperación del empleo”, la OIT subraya que a pesar de la recuperación observada en varios indicadores macroeconómicos ésta no es suficiente para permitir un descenso significativo del desempleo.
Así, la organización advierte de que persisten “altos niveles de desempleo y un creciente desaliento en los países desarrollados”, mientras que en las economías emergentes y en desarrollo se registran “niveles altos de empleo vulnerable y pobreza laboral”, lo que contrasta fuertemente con la recuperación de varios indicadores macroeconómicos claves como el PIB mundial, el consumo, el comercio mundial y los mercados bursátiles, que lograron recuperarse en 2010, superando los niveles anteriores a la crisis.
De este modo, el desempleo mundial se ubicó en 205 millones de personas en 2010, con una tasa de desempleo mundial del 6,2% y casi lo mismo que en 2009, y 27,6 millones por encima que en 2007, en vísperas de la crisis. La OIT prevé una tasa de desempleo mundial de 6,1% en 2011, lo cual equivale a 203,3 millones de personas desempleadas.
“Precisamos repensar las combinaciones típicas de políticas macroeconómicas y hacer de la creación de empleo un objetivo macroeconómico tal como lo son las altas tasas de crecimiento, la baja inflación y los presupuestos públicos equilibrados”, señaló el director general de la OIT, Juan Somavia. “No debemos olvidar que, para la gente, la calidad del trabajo define la calidad de la sociedad”, añadió.
Economías desarrolladas las más afectadas
Por otro lado, el informe señala que el 55% del aumento en el desempleo mundial entre 2007 y 2010 se registró entre las economías desarrolladas, si bien la región latinoamericana sólo representa el 15% de la fuerza de trabajo a nivel mundial.
Por contra, en diversas economías del mundo en desarrollo, como Brasil, Kazajstán, Sri Lanka, Tailandia y Uruguay, las tasas de desempleo disminuyeron por debajo de los niveles anteriores a la crisis.
La incidencia del empleo vulnerable casi no ha cambiado desde 2008, lo cual contrasta fuertemente con el continuo e importante declive registrado en los años anteriores a la crisis.
El empleo juvenil
Asimismo, la OIT destaca que a nivel mundial un total de 78 millones de jóvenes estaban desempleados en 2010, muy por encima de los 73,5 millones en 2007, aunque por debajo de los 79,6 millones registrados en 2009.
De este modo, la tasa de desempleo de los jóvenes entre 15 y 24 años se situó en el 12,6% en 2010. Sin embargo, la OIT advirtió de que había 1,7 millones de jóvenes menos en el mercado laboral de lo previsto, y que estos trabajadores desalentados no cuentan como desempleados porque no están buscando trabajo de manera activa.
“El empleo juvenil es una prioridad mundial”, dijo Somavia. “La frágil recuperación del trabajo decente refuerza la persistente incapacidad de la economía mundial de garantizar un futuro para todos los jóvenes. Esto debilita a las familias, la cohesión social y la credibilidad de las políticas públicas”.
“Pese a un fuerte repunte del crecimiento económico en muchos países, el número oficial de desempleados siguió siendo de 205 millones en 2010, esencialmente igual al de 2009, con un incremento de 27,6 millones respecto al inicio de la crisis económica mundial de 2007”, apuntó la OIT en un informe.
“El empleo juvenil es una prioridad mundial”, afirmó Somavía. Por otro lado, cada vez más personas abandonan las tentativas de encontrar trabajo y en la mayoría de los países dejan por eso de figurar en las estadísticas.
La imposibilidad de encontrar un trabajo decente “refuerza la incapacidad de la economía mundial de asegurar un futuro a todos los jóvenes” y “eso socava a las familias, a la cohesión social y a la credibilidad de las políticas” públicas, alerta la OIT.
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