Hu Jintao y Obama |
El presidente Obama aseguró que ha sido muy franco con Hu sobre esta cuestión pero agregó que las diferencias al respecto no deben convertirse en un obstáculo para mejorar el entendimiento en otras materias, según informó el periodista de la BBC en Washington Paul Adams.
Obama fue tachado de indulgente en su país por no haber cuestionado durante una visita oficial a China en 2009 el trato que da a los disidentes, o no haber reclamado la concesión de mayores libertades políticas en la región de Tíbet.
Activistas defensores de las minorías chinas pidieron a Obama que planteara su situación al líder chino durante su visita de Estado de cuatro días que comenzó el martes.
Obama también fue presionado por algunos legisladores estadounidenses, que argumentan que el presidente, quien recibió el Premio Nobel de la Paz en el 2009, tiene el deber de hablar públicamente sobre el ganador del 2010, el escritor y defensor de los derechos humanos Liu Xiaobo, que está preso, condenado a 11 años de cárcel, en China.
Durante la rueda de prensa, Obama aseguró que, al contrario de la percepción que muchos tienen de China, EE UU no sólo no se opone sino que da la bienvenida a "un crecimiento pacífico" de la República Popular.
Hu, que en raras ocasiones responde a preguntas de los periodistas, no contestó al reportero estadounidense que le planteó la pregunta sobre los derechos humanos en China.
Pero cuando se le volvió a preguntar, el líder chino culpó a la traducción y a ciertos problemas técnicos por su silencio.
Otro tema que estuvo en la discusión fue el valor del yuan
Obama había declarado antes que el viaje de Hu a EE UU sentaría las bases de las relaciones bilaterales durante los próximos 30 años.
Los dos presidentes prometieron cooperar en su disputa sobre el valor de la moneda china, el yuan, que EE UU considera que es mantenido a un nivel artificialmente bajo para abaratar el precio de los productos que exporta China.
Y es que como recuerda el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Carlos Chirinos "hoy China es el segundo proveedor comercial de EE.UU. y el mayor acreedor de la deuda pública de ese país, por lo que tanto su capacidad de exportación, como su salud financiera están atadas a la recuperación de la todavía primera economía mundial".
El presidente chino Hu Jintao trató de convencer hoy a los legisladores estadounidenses de que China es un motor de crecimiento no amenazante, tras una cumbre en la Casa Blanca que buscó limar las asperezas entre las dos economías más grandes del mundo.
No obstante, la política de divisa que tanto ha irritado las relaciones bilaterales y que fue remarcada por Obama con Hu, no fue un foco inmediato de los legisladores.
Hu se reunió con John Boehner, el nuevo presidente republicano de la Cámara de Representantes, antes de dirigirse al Senado para ver al líder demócrata de la mayoría Harry Reid; el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, el demócrata John Kerry, y los influyentes republicanos John McCain y Richard Lugar.
"En nuestro encuentro tocamos algunos de esos desafíos, incluyendo la necesidad de protecciones más fuertes a la propiedad intelectual en China y una reducción del comportamiento agresivo de Corea del Norte", declaró Boehner en un comunicado tras la reunión, agregando que los derechos humanos también fueron un gran foco.
"Los líderes chinos tienen una responsabilidad de hacer mejor las cosas y Estados Unidos tiene la responsabilidad de hacerlos cumplir", agregó.
Los analistas definieron la visita de Hu a Washington como la más significativa de un líder chino en 30 años, dada la creciente fortaleza militar y diplomática del país. Subrayando su importancia para la economía mundial, el jueves se publicaron datos que muestran que su crecimiento anual se aceleró en el cuarto trimestre del año pasado a un 9,8 por ciento, desafiando las expectativas de una ralentización.
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