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martes, 8 de junio de 2010

VIDAL Y VELASCO FRENTE A FRENTE


Por Walter Krohne

El ex ministro de Hacienda, Andrés Velasco, evitó encontrarse de frente con el ex ministro de Defensa, Francisco Vidal, en la cena que anoche se efectuó en el Restaurant El Divertimento, que la ex presidenta Michelle Bachellet escogió para reunirse con todos sus ex ministros y mirar hacia el futuro. Es decir una cantidad respetable de “exs” que Bachelet quiere mantener unidos por si las cosas se dieran de una manera tal que le permitiera volver a postular a la Presidencia en 2014.

Vidal, después de todo lo que dijo en contra de Velasco a través de los medios de comunicación, utilizando la artillería más sofisticada que logró acumular en la cartera de Defensa, tampoco mostró mucho interés en saludar al hombre que se encargó de “manejar las platas” en los últimos cuatro años en Chile.

Esta mañana Vidal fue muy claro: “No me saludaron” dijo, calificando a Velasco de “soberbio”. Sin embargo, se olvidó de los duros ataques. Faltó muy poco para que calificara a su ex colega como el “único gran culpable” de la derrota sufrida por la Concertación. “Esto parece una separación de por vida”, comentó un analista.

En pocas palabras y sin rodeos, Vidal responsabilizó a Velasco de liderar una lógica "tecnocrática", que impidió sacar adelante las reformas legales y laborales y afectó diversas políticas como la del Transantiago, lo que tuvo como resultado la derrota concertacionista.

La cita fue a las 20:30 horas. Vidal llegó puntualmente vistiendo su característica casaca de cuero que el denomina “mi chaqueta de combate”. Fue el primero en llegar.

Si bien la cita era para coordinar los pasos a seguir, todo quedó opacado por las críticas de Vidal a Velasco, especialmente las del fin de semana en la Sección Reportajes de “El Mercurio”. Cuando llegó Velasco su malestar era tan fuerte y notorio que su "bajoneo" afectó hasta al restaurant situado en la vereda del frente. Todos lo notaron, pero el ex de Hacienda no quiso referirse al fondo del asunto. Sólo se limitó a decir que “habla (Vidal) para decir siempre las mismas cosas. Yo voy a hablar de política cuando corresponda. Hay cosas que tomo en serio y hay cosas que me cuesta".

En los primeros momentos, Vidal quedó solo a pesar de haber llegado primero. La única que resistió su conversación sin puntos ni comas fue la paciente y tolerante ex ministra de la Vivienda, Patricia Poblete. La mayoría de los demás ministros intentaron sentarse más cerca de Velasco, quizá por solidaridad. Sólo a los que llegaron más atrasados no les quedó otra cosa que acercarse a Vidal por falta de puestos vacíos al otro lado de la mesa, lo que le ocurrió al ex de Trabajo, Osvaldo Andrade, quien quedó al final al lado izquierdo de Vidal, con quien tampoco se entiende muy bien.

Tarde llegaron también los ex ministros José Antonio Viera-Gallo y Edmundo Pérez Yoma, quienes tampoco no tuvieron otra alternativa que sentarse en los lugares que quedaban cerca de Vidal.

Hubo varios integrantes de los gabinetes de Bachelet que estaban molestos, no por lo que dijo Vidal, sino de cómo lo dijo. "No comparto la forma en que lo ha hecho. Es injusto personalizar", dijo la ex ministra de Bienes Nacionales, Romy Schmidt. "La ropa sucia se lava en casa", dijo Laura Albornoz. Sergio Bitar: "Los ministros de Hacienda en Chile, a mi juicio, tienen un poder exagerado, pero es por la institucionalidad, no por las personas". Vidal señaló que su crítica era "política y no personal".

Hasta el menú que eligieron ambos fue distinto: Velasco, albacora y Vidal filete grillé.

Bajo este estado de tensión no se pudo avanzar mucho en la pauta de trabajo diseñada para esa noche. En un primer momento se pensó que este grupo podría convertirse en una instancia de discutir y acordar políticas opositoras, pero después de un debate, cuya tónica fue de mucha cortesía, hubo coincidencia de que esa tarea le correspondía a los partidos políticos, a los que había que fortalecer.

Vidal, esta mañan en Radio Cooperativa, dijo que la Concertación podría volver al poder si hacía bien tres tareas: 1.- Hacer una autocrítica de la derrota y analizar los errores cometidos; 2.- Defender todas los logros en los 20 años de la Concertación; y 3.- Asumir un papel de oposición constructiva.

Sobre la autocrítica, contrariamente a lo que piensan otros ex ministros, debe ser en la plaza (públicamente) porque “no hay nada que ocultar ni trapitos que lavar en casa”.

La duda está en que quizá no es muy bueno para la Concertación decir todo "a calzón quitado", porque se producen rivalidades innecesarias y se debilitan tanto la ex Presidenta, por falta de liderazgo, como el mismo conglomerado opositor. Vidal contó cosas muy privadas del gabinete, lo que molestó.  El mismo diario El Mercurio dijo que las “críticas que alcanzaron su punto más álgido el domingo pasado, fueron cuando éste acusara al jefe de Hacienda de hacerle una "descalificación brutal" de contenido "personal" en un Consejo de Gabinete.

"No hay una cosa personal, sino sólo planteamientos políticos", destacó Vidal. Pero a continuación insistió en sus reparos a la conducción económica del ex gobierno: "Quiero que me expliquen por qué no hicimos el tren a Puerto Montt, el puente sobre el canal de Chacao, las reformas laborales y por qué no hicimos nosotros el descuento del 7% de salud a los jubilados", preguntó.

Presentes en la cena invitada por Bachelet: 13

Sergio Bitar (ex OO.PP.), Edmundo Pérez Yoma (ex Interior) y Álvaro Erazo (ex Salud), los tres fueron los organizadores de la cita; José Antonio Viera Gallo, René Cortázar (ex Transportes), Romy Schmidt (ex Bienes Nacionales), Osvaldo Andrade (ex Trabajo), Paulina Urrutia (ex Cultura), Marcelo Tokman (ex Energía), Santiago González (ex Minería), Pilar Armanet (ex Segegob) y Laura Albornoz (ex Sernam).

Andrés Velasco regresa a Harvard

No se sabe si es por las criticas de Vidal o por planes anteriores, el ex  ministro de Hacienda Andrés Velasco renuncia a su cargo en Ciesplan y se regresa a la Universidad de Harvard en Estados Unidos.

Antes había dicho que se quedaría en Chile, especialmente cuando su nombre, por la alta evaluación como ministro, sonaba como posible presidenciable.

Sin embargo, mantendrá una oficina en Vitacura, en la sede del Centro de Estudios para Latinoamérica David Rockefeller, que representa a la universidad de Harvard, pero frecuentemente viajará a Boston, Estados Unidos, a dictar clases e investigar.




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