NI TERMOMETROS NI SEMAFOROS
Por Gabriel Sanhueza Suárez
Usar el termómetro a cada rato, no baja la fiebre. Creo que fue José Joaquín Brunner, ex ministro de Educación, el que lo dijo refiriéndose a la prueba SIMCE*.
Una frase acertada. Nunca he entendido porque esa prueba es censal y no muestral. Es decir, porque todos los años, todos los colegios deben darla. ¿No sería más sensato, escoger una buena muestra representativa y dejar al resto trabajar tranquilo sus planes de desarrollo?.
Ahora Lavín agrega al termómetro, un semáforo, que indica en que nivel se encuentran las escuelas del país.
Obvio que los padres y apoderados deben tener información de la calidad de los colegios que sus hijos visitan. Pero hacerlo de esa manera simplona no ayuda mucho.
Imaginemos una escuela vulnerable que hace dos años tenía 210 puntos SIMCE. Con un trabajo sostenido de toda la comunidad escolar, o sea, la dirección, los maestros, los niños y los padres y apoderados, sube hoy a 240 puntos.
Un gran avance. Pero igual va a ser estigmatizada con rojo en el semáforo SIMCE. El esfuerzo mancomunado del colegio se transformará en decepción, desánimo, apatía.
¿No sería más inteligente ofrecerles a los padres un informe que de cuenta de la evolución del colegio?. De sus avances o retrocesos en el tiempo. Del proceso.
Hoy miraba en un diario el mapa metropolitano de estos semáforos de colores. Verde el oriente, rojo y amarillo el poniente.
¿No refleja eso, una vez más, la segregación socio económica de nuestro país?
Lo que propone Lavín es una medida superficial.
Me gustaría que fuera al quid del problema. Por ejemplo, ¿como se van a lograr directivo educacionales de excelencia?. ¿Cómo obtener un buen uso de las subvenciones preferenciales?. ¿Cómo alcanzar una formación docente rigurosa en escuelas de educación de calidad?. ¿Cómo implementar la lecto escritura en el sistema básico?.
O sea, acciones de fondo con metas claras.
*Sistema de Medición de la Calidad de la Educación
No hay comentarios.:
Publicar un comentario