Por Patricio Peralta – France 24
En 1945, los
Juicios de Nuremberg fueron un hito en la historia de la humanidad, que
surgieron por la necesidad de juzgar el genocidio perpetrado por el régimen
nazi, especialmente el Holocausto, en el que millones de judíos fueron
asesinados. A 80 años de este suceso, los principios fundamentales del derecho
penal internacional, que se originaron a raíz de esos juicios, se desvanecen
con las guerras en Ucrania y Gaza al no poder aplicar la misma justicia que se
ejecutó en Nuremberg.
Hace ochenta
años el mundo estaba asolado por los conflictos. La Segunda Guerra Mundial
había concluido y los aliados victoriosos decidieron marcar un precedente
contra los responsables de la muerte de millones de judíos. En 1945 se
realizaron los juicios de Núremberg. Un conjunto de tribunales militares que se
llevaron a cabo con el objetivo de juzgar a los principales líderes nazis por
sus crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Estos juicios se
realizaron entre noviembre de 1945 y octubre de 1946, en la ciudad alemana de
Nuremberg, seleccionada debido a su importancia simbólica como centro del
Partido Nazi. El Tribunal Militar Internacional (TMI) fue el encargado de los
juicios, y se basó en los acuerdos alcanzados entre las potencias aliadas
(Estados Unidos, Unión Soviética, Reino Unido y Francia) en la Conferencia de
Yalta de 1945.
Un total de 24
personas fueron acusadas en el juicio principal. Sin embargo, algunos ya habían
muerto antes de que el juicio comenzara, como fue el caso de Adolf Hitler, que
se suicidó días antes del fin de la Segunda Guerra Mundial.
El Juicio a
Hermann Göring
De los 24
acusados, 12 fueron condenados a muerte, tres fueron sentenciados a prisión de
por vida, y otros fueron condenados a penas menores. Entre los acusados más
destacados se encontraban figuras clave del régimen nazi como Rudolf Hess,
Albert Speer, Wilhelm Keitel y Hermann Göring.
Desde diciembre
de 1946 hasta abril de 1949, también se juzgó y condenó a otros 177 nazis más
en 12 juicios, conocidos como Juicios Subsiguientes de Nuremberg en contra de
médicos, industriales, miembros de las SS y líderes de la policía nazi, entre
otros.
El caso más
sonado fue el de Hermann Göring, quien era uno de los principales asesores de
Hitler y que ocupó varios cargos. Además, lideró la represión y fundó la
policía secreta nazi: la gestepo.
Durante el
juicio, se le atribuyó la responsabilidad de la persecución y el exterminio de
millones de personas, principalmente judíos, y de la planificación y ejecución
de la invasión de otros países europeos.
Sin embargo, su
muerte no llegó como esperaba el Tribunal. Göring nunca llegó a ser ejecutado.
La noche anterior a su ejecución se suicidó ingiriendo cianuro en su celda que
había sido proporcionado por uno de los alguaciles encargados de vigilar su
custodia.
Confrontarse
con el horror
Uno de los
elementos claves en estos juicios fue el fiscal Benjamin Ferencz. Tenía 25 años
y era un soldado estadounidense cuando, en los últimos días de la Segunda
Guerra Mundial, fue asignado para recopilar pruebas sobre los crímenes de
guerra cometidos por la Alemania de Adolf Hitler.
Él se dedicó a
recopilar pruebas para poder asegurar las condenas de 22 miembros de los
escuadrones de la muerte. «Son muy pocas las personas que han visto lo que yo
he visto», dijo en 2020.
«Mi trabajo era
entrar a los campos de concentración mientras los liberaban, con los cadáveres
por el suelo y la gente esperando a ser quemada porque el crematorio estaba
abarrotado», relató el fiscal. Ferencz falleció en abril de 2023 a los 103
años.
Nuevos
conflictos sin justicia
El Museo del
Holocausto en Estados Unidos, en su página web, escribe que el “estudio del
Holocausto plantea interrogantes sobre cómo el mundo puede reconocer y
responder a los indicios de que un país corre el riesgo de ser víctima de un
genocidio o de una atrocidad masiva”.
Los juicios de
Nuremberg dieron origen al derecho penal internacional. Se estableció la
Convención sobre el Genocidio dos años después de las sentencias de 1946 y
fueron el antecedente para la creación de la Corte Penal Internacional (CPI).
Creada en 1998,
la CPI tuvo como objetivo asumir el trabajo de los tribunales temporales que
llevaron a cabo juicios por crímenes de guerra basados en los principios jurídicos establecidos durante los juicios de Nuremberg contra los nazis
después de la Segunda Guerra Mundial.
Durante los
últimos 80 años, este sistema de justicia ha intentado que los peores
violadores de derechos humanos sean responsables por sus crímenes contra la
humanidad y que no puedan evadir la justicia por haber sido gobernantes de
algún país o líderes militares.
Con las guerras
en Ucrania y Gaza esta primicia se ha desvanecido. A ello, se suman presiones
de poderes políticos y una sensación de impunidad.
El fiscal de la
Corte Penal Internacional, Karim Khan, defendió su decisión de presentar
acusaciones de crímenes de guerra contra el primer ministro de Israel, diciendo
que su país no había hecho «ningún esfuerzo real» para investigar las
acusaciones.
En noviembre de
2024, Khan dijo que tiene «fundamentos sólidos para considerar» que se han
cometido crímenes de guerra y contra la humanidad por parte del primer ministro
de Israel, Benjamin Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, por su
ofensiva en la Franja de Gaza. Así mismo contra los líderes de Hamás por su
ataque el 7 de octubre de 2023.
La ratificación
de Khan se da por las presiones políticas que llegan desde Estados Unidos para
ayudar a Israel, su aliado en Medio Oriente. El fiscal mantuvo su decisión
sobre la orden de arresto a pesar de una votación la semana pasada de la Cámara
de Representantes de Estados Unidos para sancionar a la CPI en protesta, una
medida que describió como «no deseada y no deseada», en una entrevista
concedida a Reuters.
Ahora, dice
Khan, se suma una nueva preocupación: el regreso de Donald Trump a la Casa
Blanca. En 2020, en su primera administración, Trump impuso sanciones a la CPI
por las investigaciones sobre crímenes de guerra en Afganistán, incluidas
denuncias de tortura por parte de ciudadanos estadounidenses. Esas sanciones se
levantaron durante la presidencia de Joe Biden.
«Por supuesto,
no es deseable que una institución que es hija de Núremberg… sea amenazada con
sanciones. Esto debería llamar la atención de la gente, porque este tribunal no
es propiedad del fiscal ni de los jueces. Tenemos 125 estados», dijo Khan.
La misma
sensación de impunidad se genera por el caso contra Vladimir Putin y la guerra
en Ucrania. Pese a que existe una orden de captura, el presidente ruso no ha
enfrentado la justicia, luego de dos años del conflicto.
Tanto Israel
como Rusia desconocen a la Corte Penal Internacional y niegan los cargos en su
contra por las guerras que llevan a cabo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario