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martes, 21 de julio de 2015

POLÍTICA-NUEVA MAYORÍA-PC-KRADIARIO


REDEFINICIÓN DE PRIORIDADES DEL GOBIERNO DE BACHELET SERÁN CLAVES PARA DECIDIR LA PERMANENCIA O NO DEL PC EN LA NUEVA MAYORÍA

En una entrevista con La Tercera, edición impresa de este martes, el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, señala que la información que entregue la Presidente Michelle Bachelet en el próximo cónclave oficialista, fijado para el próximo 3 de agosto,  determinará la decisión que pueda tomar su partido y, asimismo, las posibilidades de proyección de la Nueva Mayoría.

La Presidenta habló de “realismo sin renuncia”. ¿Qué entiende usted?

‘Sin renuncia’ significa que vamos a seguir con las reformas adelante y que no se va a traicionar el programa comprometido. En cuanto al realismo, entiendo que hay una situación difícil de la economía, que está creciendo a una velocidad no lo suficientemente buena como para poder abarcar todo lo que se quisiera hacer. En ese caso, entiendo que hay que priorizar, no dejar de atender cosas esenciales. Ese realismo tiene que hacerse más concreto. Por eso, esperamos que en el cónclave que se va a hacer, de la Nueva Mayoría con el gobierno, esté todo establecido. Es decir, que nos digan si la reforma educacional va, tal como se ha dicho, pero por las dificultades económicas va a haber, a lo mejor, prolongaciones en el tiempo para su implementación. Eso lo queremos saber exactamente.

En el caso de la reforma educacional, ¿qué sería inaceptable para el PC?

Una de las reformas que se deben cumplir totalmente es la educacional. Esa reforma marca a este gobierno y es una respuesta a un anhelo ciudadano. Nosotros sabemos que su implementación no es de la noche a la mañana. Y también sabemos que tiene un costo alto para el país, pero es necesario desarrollarla absolutamente, porque de eso depende el futuro del país.

No hay claridad sobre la gratuidad para el 80% ni para el 100%, que es, para muchos, la principal promesa de campaña…

Eso es lo que espero que esté claro en el cónclave… La ministra de Educación ha dicho que se va a trabajar sobre la base de cumplir, al menos, con un 60% al término del período. Pero después ha habido otras declaraciones del Ejecutivo, diciendo que no se descarta el 70% al 2018. Me parece que estamos hablando sobre supuestos. Y de la gratuidad universal, habrá que ver si se va a cumplir el 2020, 2021 o 2022. Me imagino que esos son los cálculos que está sacando el Ejecutivo.

El compromiso de una nueva Constitución es otro eje, aunque su oferta es ambigua, porque en el programa no se plantea llegar a elaborar un nuevo texto durante este gobierno. ¿Qué espera usted que se logre en lo que queda de la administración de Bachelet y qué es lo que ve como factible?

Sabemos que llevar adelante un proceso constitucional no es algo de la noche a la mañana. Hay que ser muy responsables, porque estamos creando una carta constitucional para 30 años más. Y sabemos que eso tiene que resolverse bien, así que no quisiéramos equivocarnos. A muchos nos gustaría que en este gobierno saliéramos con una nueva Constitución, pero no nos cerramos a que pueda pasar un poquito más allá. Sin embargo, debe quedar establecido un mecanismo y que todo esté amarrado.

La Presidenta dijo esta semana que no puede haber una “faramalla de participación” y que el proceso debe ser “consultivo”, no vinculante. El 21 de mayo, ella dijo que la gente tendrá una “participación realmente incidente”. ¿Qué le parece esta nueva señal que envió?

Espero que se mantenga lo de ‘realmente incidente’. En eso también tenemos que ponernos de acuerdo, porque ha habido distintas voces del Ejecutivo. Primero, dio la impresión de que la Presidenta había desechado realizar un plebiscito. Después, aparece que no está desechado. También aparecía como que había dado un portazo a la posibilidad de una asamblea constituyente, pero después aparece un ministro diciendo que eso no es así. Es decir, entiendo que todo está abierto a la discusión y al diálogo. En este tema hay muchas sensibilidades, y creo que hay que escucharlas todas y hacer una síntesis. Y esa discusión, obligatoriamente, es incidente, porque si no lo fuera, entonces caemos en lo que la misma Presidenta ha dicho: que no queremos que esto lo haga una elite. Si una elite sólo va a escuchar, eso no tiene ningún valor, porque quiere decir que esa elite se va a guardar las opiniones que escuche y va a hacer lo que se le antoje. No estamos dispuestos a eso. Nosotros, como Partido Comunista, no desechamos la asamblea constituyente. Vamos a seguir luchando por ella.

En los últimos días, usted ha protagonizado un enfrentamiento con la DC, principalmente con Gutenberg Martínez. El dijo que usted se quería “sacar los pillos”, que tiene problemas internos en el PC y acusó una “irresponsabilidad” en la construcción del programa de la Nueva Mayoría. ¿Le preocupa lo que vaya a pasar con la DC de aquí en adelante?

En algunos aspectos, sí. Pero quiero decirle que la DC, como cuerpo, está por seguir con las reformas. Ahora, que la DC tiene matices que la diferencian de todos nosotros, yo creo que sí.

¿Pero le preocupa el rol que pueda jugar la DC en este segundo tiempo, en medio del proceso de priorización de las medidas del programa de gobierno? La DC ya impuso su criterio al lograr que se postergara, innecesariamente, la votación de la idea de legislar sobre el aborto…

En el tema del aborto hay un sector de la DC que no quiere nada, ni siquiera por las tres causales. Hay otro sector que sí quiere. Y eso se nota. Cuando Martínez dice que ‘el Partido Comunista parece que está dividido y tienen problemas’, yo le digo que nosotros no tenemos esos problemas. O sea, yo veo que en la DC sí hay problemas. Entonces, a lo mejor es él quien quiere sacarse los pillos al ponernos en la picota de los acusados. Ahora, si usted me lo pregunta, yo veo con preocupación lo que ocurre con la reforma laboral. Hay un grupo de senadores DC que ya quiere hacerle cambios, morigerar el derecho a huelga, establecer un reemplazo que conculca derechos de los trabajadores. Esas preocupaciones yo las tengo.

El PC iniciará a fin de mes un proceso de congreso partidario, en el que debatirán su posición al interior del oficialismo. ¿Qué postura adoptarían si ven  retrocesos en esos u otros puntos de la reforma laboral, por ejemplo, o si se aplaza demasiado la gratuidad universal?

No quisiera ponerme en ese supuesto. Nosotros hemos dicho que no vamos a respaldar las propuestas del Senado en aquello que signifique un retroceso. Y lo vamos a votar en contra, porque sería no cumplir el compromiso del programa y el compromiso con los trabajadores. Espero que no se cometa ese error, porque si es por ahorrar plata, la reforma laboral no tiene ningún costo. Al contrario: mejores condiciones de negociación colectiva pueden provocar una mejora en los sueldos, por lo tanto, mayor poder de compra y mejor desarrollo de la economía. En esto de tratar de paliar la crisis tengo otra sospecha, que espero que no sea efectiva, de que para salvar lo que podría ser una crisis económica, otra vez se corte el hilo por lo más delgado, desfavoreciendo a los trabajadores. ¿En qué sentido lo digo? Por un lado, morigerando la reforma laboral. Por otra parte, una maniobra del gran empresariado para que aumente el desempleo. Si aumenta el desempleo, los salarios bajan. Por lo tanto, entonces ahí sí que a los empresarios les conviene invertir, porque ganan más plata. Espero que no se esté realizando una maniobra de ese tipo. Y también me parece muy extraño que el Banco Central, sabiendo que es necesario reactivar la economía, mantenga la tasa de interés en un 3% durante tanto tiempo. En todos los países vemos que cuando ocurren situaciones como la que hay en Chile, se baja la tasa de interés. Bueno, ¿por qué no la baja el Banco Central?

¿Qué rol espera que juegue el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, que ha sido el que más ha advertido sobre el escenario de desaceleración?

Hay elementos objetivos, que son fundamentalmente externos, como el decrecimiento de la economía china, que nos compra menos cobre y, por lo tanto, baja el precio. Eso no se va a revertir fácilmente. Además, tenemos problemas en América Latina. Entonces, creo que el temor del ministro de Hacienda es justificado. Lo que pasa es que, tal vez, tengamos diferencias en cómo enfrentar la crisis económica.

¿Se siente defraudado por estas dudas que se generan sobre cómo se terminará impulsando el programa? Las reformas fueron la principal razón por la que el PC ingresó a la Nueva Mayoría…

Nos sentimos comprometidos con el programa. Nosotros decidimos entrar al gobierno para realizar este programa. Y es por eso que hoy continuamos en el gobierno, porque queremos defender las reformas. Y las vamos a seguir defendiendo. Distinto sería si el gobierno dijera que no hay posibilidad de cumplir este programa y que vamos a instalar uno nuevo. En ese caso, nosotros tendríamos que pensar una cosa distinta. Pero ahora nosotros estamos ante el desafío de defender estas reformas. Y lo vamos a hacer desde dentro del gobierno y, si es preciso, participando de marchas.

¿Qué implica eso de que el PC tendría que pensar una cosa distinta?

Ahí hay que ver qué rumbo vamos a seguir para adelante. Tiene que ver con muchos elementos: si seguimos en el gobierno o no seguimos en el gobierno…

¿Para eso será el congreso partidario que se inicia a fin de mes?

Claro. El congreso se va a estar dando simultáneamente con el devenir de muchas cosas. La convocatoria va a ser después del cónclave que haremos entre todo el oficialismo. Y en ese cónclave vamos a tener mucha más seguridad respecto a qué atenernos con este gobierno. Por lo tanto, nuestro congreso partidario se va a basar, para tomar determinaciones, en lo que defina el cónclave de la Nueva Mayoría y el gobierno para adelante. El cónclave del oficialismo determinará la conducta del PC hacia el futuro. Ese cónclave también debiera sellar la posibilidad de que la Nueva Mayoría continúe o no hacia adelante. Si algunas reformas no pudieran cumplirse en la fecha en que termine este gobierno, pero si tenemos el firme propósito de seguir adelante, eso nos da garantías de que las reformas se van a cumplir. Ahí habría un gobierno del mismo signo, con la determinación de cumplir las reformas. Eso es lo que también vamos a determinar en el congreso partidario del PC: si seguimos adelante fortaleciendo la Nueva Mayoría o no. Esa va a ser la discusión principal.

¿Hay alguien que haya planteado en el PC, derechamente, que el partido se salga del gobierno?

Irse del gobierno no lo ha planteado nadie. Lo que está planteado es una mirada más estratégica. Ahora, yo tampoco descarto que en algún momento nos obligue a tomar una determinación como esa, pero lo que está a la orden del día es otra cosa: defender las reformas ahora. Eso es lo que determinó la comisión política. 

¿Siente que, al ponerse en duda el programa, ustedes han pagado costos con sectores en los que participan militantes del PC, como organizaciones sociales , dirigentes universitarios u organismos como la CUT?

Bueno, pero esos comunistas lo único que ven es que tienen la obligación de pelear por el programa. Si es que está en duda el programa, quiere decir que hay una disputa. Por lo tanto, hay que intervenir en la disputa.

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