2-4-2014-KRADIARIO-Nº891
SÉGOLÉNE ROYAL ES OTRA VEZ LA MUJER FUERTE EN EL GOBIERNO DE MANUEL VALLS EN FRANCIA, COMO LO DIJO AYER KRADIARIO
Fue ex compañera sentimental del Presidente Hollande con quien tuvo cuatro hijos
La nueva cara del Gobierno de Manuel Valls no es
tan nueva. Se trata de Ségolène
Royal, malograda candidata del Partido Socialista (PS) al Elíseo en el
2007 y única figura de peso de la izquierda que, acantonada en la presidencia
de la región de Poitou-Charentes, había quedado al margen del nuevo poder
socialista inaugurado por la elección de François Hollande como presidente de la República en el 2012.
Royal regresa, como lo adelantó KRADIARIO ayer, por todo lo alto, como superministra de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, una de
las carteras que más peso ha de tener en esta segunda parte del quinquenato, en
la que Hollande quiere impulsar la transición energética. El regreso a la
primera línea política de Ségolène Royal, excompañera sentimental del
presidente francés -del que se separó en el 2007- y madre de sus cuatro hijos,
era cosa hecha desde principios de año, cuando saltó el único obstáculo que
impedía su regreso: Valérie Trienweiler, la excompañera sentimental
de Hollande, que había vetado personalmente a la primera mujer del presidente.
La ruptura de la pareja presidencial, tras
conocerse la relación amorosa de Hollande con la actriz Julie Gayet, le despejó
el camino para acceder al Gobierno. Del mismo modo que la sorprendente negativa
de Los Verdes a seguir en el Gabinete, donde el nuevo primer ministro, Manuel
Valls, les había ofrecido justamente el ministerio de Ecología, le ha abierto
las puertas a lo grande. En el nuevo Ejecutivo francés, paritario entre hombres
y mujeres, y mucho más reducido que el anterior –sólo 16 ministros-, hay únicamente dos nuevas incorporaciones. La de Ségolène Royal y la de François Rebsamen, un
amigo de siempre de Hollande, que lo coloca como nuevo ministro de Trabajo,
Empleo y Diálogo Social.
En cuanto al resto, algunos siguen en el mismo puesto, otros amplían sus
poderes y otros cambian. Lo más destacado es el cambio en el área económica,
donde se acaba con la anterior dispersión de competencias –había hasta siete
ministros- y se potencian dos grandes polos.
El nuevo hombre fuerte es Arnaud Montebourg, anterior ministro de
Regeneración Económica, que amplía sus competencias y asume la cartera de
Economía en sustitución de Pierre Moscovici. Esta promoción tranquilizará sin
duda al ala izquierda del PS como inquietará en Bruselas y Berlín. Para
compensar, el exministro de Trabajo, Michel Sapin, un hombre de la confianza
extrema de Hollande, asume la cartera de Presupuesto.
.
Esto es, el encargado de buscar dónde recortar 50.000 millones de euros en
los próximos tres años, de acuerdo con los planes del presidente. Dos de los
puntales del Gobierno anterior se mantienen en sus puestos: Laurent Fabius, en
Asuntos Exteriores, y Jean-Yves Le Drian, en Defensa. Y, acaso la máxima
sorpresa en este nuevo gabinete, Christiane Taubira seguirá al frente de
Justicia. Nadie lo esperaba, pues había chocado en numerosas ocasiones con
Manuel Valls cuando éste estaba al frente del Interior, básicamente a causa del
proyecto de reforma penal.
François Hollande se ha cuidado mucho de colocar a algunos de sus
principales hombres de confianza en torno a Manuel Valls, con el fin de
mantenerlo controlado. Además de los ya citados, François Rebsamen y Michel
Sapin, el presidente conserva a Le Drian en Defensa y promociona al ministro de
Agricultura, Stéphane Le Foll –que conserva su cartera- como nuevo portavoz del
Gobierno. En el Ministerio del Interior entra –procedente de Presupuesto-
Bernard Cazebeuve, que si bien no es un hollandista, tampoco es un hombre de
Valls.
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