KRADIARIO

PUROS DIMES Y DIRETES EN UN TEMA TAN TRASCENDENTAL COMO EL ENERGÉTICO, PERO EN REALIDAD  NO PASA NADA

Por Walter Krohne

El Gobierno de Sebastián Piñera está en una verdadera encrucijada después que fuera “criticado” por la inexistencia en Chile de una política o regulación clara sobre lo que se pretende hacer en el sector energético.

El presidente de Colbún, Bernardo Larraín Matte, dijo que esperaba que Hidroaysén fuera “analizado en el marco de una política energética nacional”. Sus palabras incomodaron al Gobierno y hoy tuvo que salir el ministro de Hacienda Felipe Larraín para “corregir” al empresario respondiéndole que en Chile “sí existe” una estrategia en este campo.

"Tenemos un comité asesor que elaboró una estrategia 2012-2030, y queremos solucionar el problema de la energía, no para este Gobierno, sino que para Chile", sostuvo el ministro en el Canal13 TV de Santiago.

La decisión de la empresa Colbún de suspender indefinidamente el ingreso del estudio de impacto ambiental del proyecto de transmisión de la energía generada por HidroAysén agitó las aguas en un tema que está y ha estado desde hace tiempo en tela de juicio en Chile

Igual que como dijo anoche el ministro de energía, Jorge Bunster, Felipe Larraín argumentó hoy que el paso dado por Colbún era una decisión "de una empresa privada", insistiendo en que Chile no puede “descartar una fuente de energía limpia como la hidroeléctrica".

Bernardo Larraín Matte recalcó ayer en su declaración que "es el momento oportuno para detenernos", al señalar que "Hidroaysén partió el 2006 y estamos en el 2012 y Chile cambió", por lo que "lo que queda ahora es un debate a nivel país que ya se ha dado a través de las instituciones”.

Para Bunster, recién llegado al cargo de ministro de energía, el país “cuenta con una institucionalidad del sector eléctrico que le ha permitido a las más diversas empresas llevar adelante sus proyectos de inversión, cumpliendo con las normativas eléctricas y medioambientales”.

En el hecho esencial enviado a la Superintendencia de Valores y Seguros por parte de Colbún, que destapó la olla de este vacío energético en el que está Chile, se consideró que “mientras no exista una política nacional que cuente con amplio consenso y otorgue los lineamientos de la matriz energética que el país requiere, Colbún estima que no están dadas las condiciones para desarrollar proyectos energéticos de esta magnitud y complejidad”.

“Será misión de los poderes ejecutivo y legislativo consensuar los cambios institucionales y regulatorios necesarios para viabilizar los proyectos de generación y transmisión que demanda el desarrollo económico y social de Chile”, agregó la empresa privada.

Según Bunster, el Gobierno de Chile ha impulsado una política energética que le permitirá al país contar en el largo plazo con la energía suficiente para lograr las metas de ser un país desarrollado.

Sin embargo, en la cuenta anual del 21 de mayo el Presidente Piñera advirtió que había que hacer todo lo que esté al alcance para mejorar el déficit grave que tiene Chile en esta materia, considerando una amenaza para nuestra seguridad nacional si no se logra duplicar la capacidad de generación de energía en los próximos doce años. Su declaración dejó dudas o al menos muchas suspicacias, porque la denominada Estrategia Nacional de Energía, que no conocen en detalle los chilenos, habría sido un armado al estilo “dominó o puzzle” efectuado por los cinco ministros de energía que ya han pasado por este cargo desde que asumió el Gobierno de Piñera el 10 de marzo de 2010.

A pesar de todo lo que se diga, se reitere y se afirme, Chile está en una encrucijada en esta materia porque este punto aparece como la mayor amenaza para el país en el futuro y que puede entrabar seriamente el desarrollo chileno del que tanto se “cacarea” con anuncios concretos y hasta con fechas fijas: “El 2020 seremos un país desarrollado”, se escucha hoy, mientras otros ex mandatarios hablaron ya antes del 2012 y sigue sin pasar nada.