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miércoles, 14 de marzo de 2012

CHILE VUELVE RÁPIDAMENTE OTRA VEZ AL CAOS

Por Walter Krohne
Director-Editor de Krohne Archiv
Terminaron las vacaciones y el país está otra vez de cabeza o colgando de un hilo. Los meses pasan y el Gobierno, ante los múltiples problemas sociales y estructurales que hay en Chile, no reacciona o no quiere hacerlo por intereses económicos, especialmente de la derecha más extrema como es la UDI. Ya se anuncian para mañana nuevas marchas de protesta en Santiago y en Concepción, en las cuales participarán no sólo los estudiantes sino también varios otros gremios que  demandan cambios radicales como el de la salud.
La situación en Aysén es insostenible y los dirigentes del movimiento social lo dijeron al hablar  hoy con un tono fuerte y claro, pidiéndole al Gobierno  en el fondo que no se siga riendo de ellos. Mientras tanto y cuando se pierde un valioso tiempo para negociar o dialogar con una región que está al borde de la miseria, el ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter  trasmitió ya su conocido mensaje  de que el conflicto está envenenado o infiltrado por elementos radicales, como sectores comunistas. ¿Acaso estamos todavía en la Guerra Fría? Lo mismo hizo antes con los mapuches, el caso bombas y también con el palestino Saif Khan acusado de terrorismo.

Aysén puede extenderse  en forma rápida y peligrosa a Calama, Punta Arenas o  Arica, otros tres puntos del país que también han sido dejados de lado por parte de las autoridades centrales. ¿No ve el Gobierno este peligro? ¿Qué hacen o qué le dicen al Presidente los asesores del segundo piso de La Moneda?
Santiago amaneció hoy con una huelga de choferes del Transantiago que afectó a 23 comunas y a  300.000 personas. 400 buses dejaron de funcionar.  Motivo del paro fue como siempre el abuso laboral de los empresarios que en este caso afecta a los choferes,  porque la empresa Express Santiago Uno no cumple con la ley chilena y los hace trabajar diariamente diez y más horas cuando el horario no va más allá de las 7 horas y media. Al parecer no ha habido controles de la Dirección del Trabajo y quien debería responder a esto es la ministra Evelyn Matthei, pero tampoco puede hacerlo porque el Gobierno la envió a Punta Arenas para “resolver” un problema que corresponde más bien al Ministerio del Interior.

Sin embargo, como los episodios dolorosos le ayudan a los políticos que son también posibles candidatos presidenciales, el Presidente decidió enviar a la ministra a Punta Arenas y a Joaquín Lavín al norte del país, para atender dos arrasadores desbordes de ríos. Ya vimos el aumento de popularidad que lograron los ministros de Obras Públicas Laurence Golborne con el “rescate de los 33 mineros en Copiapó,  y el de defensa Andrés Allamand,  con las tareas de rescate tras la  tragedia aérea de Juan Fernández. Los cuatro personajes mencionados están en la lista de los precandidatos. ¡Qué coincidencia!
Esto indica que la derecha ha iniciado ya, con 21 meses de anticipación, la campaña para no perder el Gobierno en el 2014 y seguir transformando la estructura de este país  y la mentalidad  de la gente con su ideología conservadora en lo político y neoliberal en lo económico, donde la mayoritaria clase media no tiene nada o muy poco que hacer.

¿Cuándo los políticos se tomarán en serio el hecho concreto de que el sistema neoliberal a secas no da para más en un país lleno de complejos problemas sociales?
Todas estas situaciones deben resolverse con “cambios fundamentales” que este Gobierno, por sus intereses mezquinos,  está impedido de llevar adelante. Así tenemos la educación que en realidad hasta ahora no se ha concretado casi nada y menos en lo que respecta a la calidad.

La salud   sigue así como siempre: Un servicio público que es casi un fiasco y uno privado a cargo de grupos empresariales que buscan el lucro, como ocurre en la educación, y sus Isapres tienen balances millonarios en ganancias con las cotizaciones que pagan los usuarios que,  son altas e impagables en algunos casos, las reajustan a diestra y siniestra, sin el control del Estado,  muy por encima del índice del costo de vida, ademas que estas suben mes a mes debido al valor de la UF. 
Hasta el derechista diario El Mercurio reconoce en un reportaje la diferencia de hasta 257% que registran 23 clínicas privadas en Chile  en los precios de los doce exámenes médicos de laboratorio más demandados, siendo en Santiago las clínicas Alemana y Las Condes las más caras. Preferible sería que en Chile se abandone el lujo hospitalario y nos pongamos a tono con nuestra realidad social, logrando imponer un sistema único de buena calidad al que tengan derecho todos los chilenos sin estar obligados a desembolsos extraordinarios.
Entre los grandes y profundos cambios en Chile hay que incluir urgentemente una reforma constitucional profunda, porque es ilógico para muchos observadores mundiales que en democracia sigamos regidos por una Carta Fundamental de la dictadura de Pinochet.

Necesitamos sin lugar a dudas una amplia reforma tributaria con un aporte empresarial sobre las ganancias de al menos 35 a 40% como ocurre en los países desarrollados de la OCDE, un organismo tan cotizado por las actuales autoridades. Así podremos financiar todas las reformas más importantes mencionadas. Los empresarios deben aceptar que un país desarrollado, moderno y contento se hace entre todos y ellos no están aquí sólo para acumular riqueza personal.
Lamentablemente nada de esto se vislumbra en los dos últimos años que le quedan a este Gobierno ni siquiera las reformas políticas, que son fundamentales, descartándose entre ellas el cambio del binominal por presiones de la UDI. Todo esto es  una gran pena  para Chile.

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