Director-Editor de Krohne Archiv
Camila Vallejo ha vuelto a causar revuelo nacional. Su viaje
a Calama preocupa notoriamente a la derecha a escasos días que la dirigente estudiantil
ocupó junto a su grupo – las juventudes comunistas - la sede de la Unión
Demócrata Independiente (UDI) en la comuna santiaguina de Providencia. No cabe duda, que tras haber dejado la vocería
del movimiento estudiantil, desea seguir activa y movilizada para que los medios y el mundo político sigan ocupados de ella y sus fotografías sigan dando la vuelta al
mundo, especialmente cuando existe la firme
posibilidad de que se convierta en candidata a diputada por el Partido
Comunista.
Desde ya, sorprendió que el portavoz de La Moneda, el UDI Andrés Chadwick, ocupara varios minutos ayer lunes en criticar a Vallejo por su proyectada incursión en la nortina ciudad de Calama, donde hoy participó en una nueva y masiva protesta social.
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No cabe duda que su carisma y figura femenina le han ayudado y le ayudarán en una futura
campaña política. Si bien comenzó en la Federación de Estudiantes de la
Universidad de Chile (FECH) consiguiendo continuar con la “rebelión de los
pingüinos” realizada en 2007, logró un
pedestal, no sólo movilizando al mundo estudiantil para luchar por una
educación de calidad en Chile, sino también despertando a todas las fuerzas vivas de
nuestra sociedad y captando el entusiasmo de otros gremios interesados en crear
un clima de cambios a nivel nacional.
Este es el mayor resultado que tuvo el movimiento
estudiantil el año pasado, porque volver a poner a la gente en una posición de
lucha, terminando con el miedo que introdujo la dictadura militar en la mente
de los chilenos, es ya un gran logro. Esto significa además que gobernar será
mucho más difícil en el futuro de lo que fue hasta el 2010, especialmente en un
país que tiene un sistema presidencialista muy fuerte y donde los políticos son cada vez menos respetados
o tomados en cuenta.
Esto se nota más cuando existe un Presidente débil que no toma las decisiones adecuadas en el
momento preciso y prefiere dilatar los problemas quizá para ver si se resuelven
solos o la gente que está en las protestas se aburre o se desalienta de tomar
parte en ellas.
El caso de Aysén, los mapuches, Punta Arenas, la educación,
la salud, el binominal, el aborto terapéutico, la ley del Lobby, la protección de la propiedad privada y ahora
Calama, están vivos como siempre estuvieron y no se vislumbra una solución
amplia y definitiva para ninguno de ellos.
Todos son temas complejos que no se pueden ni se deben tomar
a la ligera, como ha ocurrido en la Región de Aysén, donde llegó un ministro
para dialogar y llegar a un acuerdo, pero
que no logró ni lo uno ni lo otro y para peor, ni siquiera estuvo dispuesto a conversar
o a intercambiar algunas ideas con los dirigentes del Movimiento Social culpando
de ello a los desórdenes que protagonizaron en la vía pública ciudadanos
frustrados y aburridos de vivir en la postergación y en la pobreza.
En cambio, la respuesta que dio el Gobierno central fue la
aplicación de la Ley de Seguridad del Estado contra 22 personas, al parecer
elegidas a dedo, porque la mayoría nada tiene que ver con “el violentismo” del
que se le acusa.
Los reclamos y protestas de la
gente en Chile se levantan sobre una base sólida de pura verdad y, sino veamos como vive la gente
en regiones. El hambre, la desolación y
la carestía de vida recorren los extremos de Chile, mientras en Santiago un
alcalde autoriza la construcción del
edificio más caro entre miles, sólo porque a un empresario se le ocurrió que su
nombre debía recorrer el mundo como propietario del edificio más alto de
América Latina, sin darse cuenta, ni él ni menos el alcalde, que han levantado
el bodrio más gigantesco de toda América o del mundo que desentona con la línea
arquitectónica de su entorno y que
además provocará un gran trastorno vehicular.
Estas realidades convierten a
personas como Camila Vallejo en líderes que movilizan masivamente a una
población llena de necesidades. Ella participó hoy en la marcha del movimiento
social de Calama, ciudad a la que seguramente se enviará más de un ministro
que, quizá tampoco esté dispuesto a conversar para luego poner en práctica una
serie de medidas, decididas unilateralmente por el Gobierno en Santiago y
dejando fuera las principales demandas de la ciudadanía. ¡Qué viva la democracia!
La verdad que es difícil entender a este país, donde a
sus dirigentes lo único que les interesa es el crecimiento del PIB, que suba el
precio del cobre reconocido como el sueldo de Chile desde hace cincuenta o
sesenta años, respetar a pies juntillas las “doctrinas” de
la OCDE y sin molestarse en crear nuevas
fuentes de producción nacional o de controlar los altos precios de algunos productos que son, en su mayoría consecuencia de la
especulación de empresarios inescrupulosos.
Seguramente los sabios del Gobierno me calificarán de un ignorante, pero yo sé lo que escribo y ellos
saben muy bien a lo que me estoy refiriendo.
Estimado,
ResponderBorrarMuy de acuerdo y muy asertivo su artículo, no me queda claro que la Camilita tendrá el mismo empuje cuando logre su escaño público, creo que se aburguesará como el resto.
saludos ... El seguidor de Guru