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lunes, 11 de marzo de 2013

PSICOLOGÍA

¿ES LA FELICIDAD DEL HOMBRE DISTINTA A LA DE LA MUJER?


Por Jessika Krohne
Mucho se ha hablado de las diferencias que presentan el género masculino con el femenino.
La famosa frase: “Las mujeres son de Venus y los hombres de Marte” es muy cierta y cada vez se perciben e investigan más diferencias a nivel biopsicosocial entre el hombre y la mujer.
Me gustaría hoy centrarme en el concepto de la felicidad y las diferencias que existen de interiorizar este concepto entre ambos géneros.
La felicidad es un constructo inventado por el hombre. No se puede medir, es muy subjetivo y cada uno tiene la propia percepción de lo que significa la felicidad en su vida.
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Si bien, la felicidad es muy propia de cada ser humano y cada uno mide este concepto de diferente manera según su experiencia y crianza que ha tenido a lo largo de la vida y también dependiendo de las expectativas que tenga, se puede observar que hombres y mujeres tienen diferentes formas de experimentar la felicidad.
Eso viene por la cultura y las diferentes crianzas que tienen cada uno de los dos géneros a lo largo de la vida.

Las mujeres desde muy chicas son invadidas por cuentos de hadas, donde la felicidad de las protagonistas femeninas de estas historias depende siempre de alguien externo y siempre tiene que haber un príncipe que la rescate. Eso se puede percibir en todos los clásicos cuentos de los hermanos Grimm y Hans Christian Andersen, como la bella durmiente o rapunzel por ejemplo.
También se puede percibir en las historias modernas, como por ejemplo en uno de los fenómenos literario más exitosas del último tiempo, la trilogía de las sombras de Grey. Se trata de una historia, donde ambos protagonistas son un clásico ejemplo de lo que atrae a la mujer, por eso este éxito de venta. Christian Grey, un poderoso y adinerado hombre conquista a una joven niña, ingenua de clase media.  Sin analizar más profundamente el contenido, que tiene una historia mucho más trascendental detrás, a grandes rasgos se trata de una historia, donde un hombre “rescata” a una mujer de su vida rutinaria.
Volviendo a la crianza, a una hija siempre se le dice que tiene que encontrar a un hombre que la haga feliz y la cuide, mientras que un hombre tiene que encontrar a una mujer que sea buena madre a quien tiene que hacer feliz.
La felicidad del hombre es más propia y va a depender del bienestar que el mismo logre obtener por sus medios, por lo tanto es más interna e individual.
La felicidad de la mujer por otro lado no se percibe tan propia, sino que se experimenta como la consecuencia de algo externo, es decir tener un buen marido, hijos bien educados y una familia feliz.
Es importante, que modifiquemos este pensamiento y que todo ser humano, tanto hombre como mujer nos hagamos responsables de nuestra propia felicidad, ya que ésta depende total y absolutamente de nosotros.


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